En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información
aquí
Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión
¡Hola! Parece que has alcanzado tu límite diario de 3 búsquedas en nuestro chat bot como registrado.
¿Quieres seguir disfrutando de este y otros beneficios exclusivos?
Adquiere el plan de suscripción que se adapte a tus preferencias y accede a ¡contenido ilimitado! No te
pierdas la oportunidad de disfrutar todas las funcionalidades que ofrecemos. 🌟
¡Hola! Haz excedido el máximo de peticiones mensuales.
Para más información continua navegando en eltiempo.com
Error 505
Estamos resolviendo el problema, inténtalo nuevamente más tarde.
Procesando tu pregunta... ¡Un momento, por favor!
¿Sabías que registrándote en nuestro portal podrás acceder al chatbot de El Tiempo y obtener información
precisa en tus búsquedas?
Con el envío de tus consultas, aceptas los Términos y Condiciones del Chat disponibles en la parte superior. Recuerda que las respuestas generadas pueden presentar inexactitudes o bloqueos, de acuerdo con las políticas de filtros de contenido o el estado del modelo. Este Chat tiene finalidades únicamente informativas.
De acuerdo con las políticas de la IA que usa EL TIEMPO, no es posible responder a las preguntas relacionadas con los siguientes temas: odio, sexual, violencia y autolesiones
Exclusivo suscriptores
Meluk le cuenta... (Mundial Qatar 2022: el que ataja y el que la mete)
El portero y el goleador agarran los papeles de la sobreteorización y los mandan a la basura.
Courtois, considerado el mejor portero del mundo, se come el gol de la derrota de la triste y amodorrada Bélgica contra Marruecos. Otro palazo en este comienzo de Mundial en Qatar.
(A propósito, ¿cómo diablos esta Bélgica es la siembra uno del torneo por ser la primera del escalafón de la Fifa...? ¡Exijo una explicación!, diría Condorito).
Neuer, un guante de oro ‘nieto’ de Maier, ha sido cómplice de los tres goles recibidos por Alemania que la dejan caminando sobre el alambre y sin red: en el primero que le hizo Japón dio rebote manso al centro, y en los otros dos la pelota entró por su palo y no puso ninguna resistencia.
Neuer y Morata. Foto:EFE
El polémico ‘Dibu’ Martínez confesó que se estiró en el diván del psicólogo porque Arabia Saudí le pateó dos veces y le hicieron dos goles...
Al otro lado del campo, a 90 metros del 1, está el 9, el artillero, el goleador, el sumo sacerdote destinado para el rito sagrado, “el elegido para oficiar gran momento de la ceremonia”, decía Vicente Verdú. Sí, el verdugo que no perdona, de pulso firme y la sangre fría. En inglés los llaman killers, ‘asesinos del gol’.
Morata celebra su gol. Foto:EFE
El español Morata entra en carrera y, de primera, cachetea el balón que viene en contravía de su empeine y con el borde contrario (obvio, venía en contravía, ¡je!) la clava burlando la pared alemana. Golazo de quien estaba sentado en el banquillo y entró para que entrara la pelota. Artillero.
Otro que también se quitó el chaleco de suplente y se amarro los guayos fue el alemán Füllkrug, que patea tan duro y seco como ladra su apellido. Un tanque, otro tanque alemán, que reventó el arco con un bombazo. Demoledor. Sirve y bebe tazas llenas para calmar la sed de gol. En alemán, Füll es lleno y krug es taza.
Un par de horas antes, Kramaric, el 9 croata, cargó dos balas en el tambor, apuntó, y donde puso el ojo puso la bola: ¡bang, bang y gol, gol! para su doblete definitivo en la remontada inobjetable a Canadá.
En un fútbol en el que el trabajo de los técnicos y la adoración por sus tácticas y estrategias, los funcionamientos grupales, las sincronizaciones en conjunto son sinónimo de sapiencia y erudición, los solistas máximos de la cancha, el portero y el goleador, agarran los papeles de la sobreteorización, los arrugan entre sus manos y los mandan a la cesta de la basura.
En esta primera semana de Mundial, el peso de las atajadas han resultado determinantes: Gonda, el de Japón, mantuvo vivo a su equipo en cuatro jugadas, una de ellas fue una triple atajada sensacional cuando su equipo perdía 0-1 contra Alemania. Y ganaron 2-1.
Al Owais sacó dos remates sobre la raya, debajo del palo, fundamentales en la histórica victoria de Arabia Saudí sobre Argentina. El polaco Szczesny estuvo fenomenal al atajar el penalti del árabe Aldawasari y, un segundo después, atajó el rebote que pateó Al Amri, una jugada quizás más exigente que el mismo penalti. Evitar los goles vale tanto o más que marcarlos.
En un torneo como el Mundial, en el que apenas se juegan tres partidos, para luego ir de final en final hasta la final, un error o un acierto resultan determinantes, la bisagra para abrirse paso a la gloria o cerrar la ilusión en la nariz de un pueblo. Del 1 al 9, de la mano al pie, hay 90 metros que separan a los solitarios del juego acostumbrados a viajar del cielo al infierno.