El capítulo desconocido de Venezuela en la Comisión de la Verdad: la relación Farc-Chávez y otros datos claves

El Cartel de los Soles, una organización narcotraficante integrada por funcionarios venezolanos de alto rango y, según Estados Unidos, coordinada por Nicolás Maduro y Diosdado Cabello —por quienes ofrece una recompensa de 25 millones de dólares—, tiene un capítulo importante en la estrecha relación que mantuvo ese Gobierno con la extinta guerrilla de las Farc, incluso desde antes de que se atornillara en el Palacio de Miraflores, cuando Hugo Chávez apenas comenzaba a afinar su discurso. 

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Como producto de los Acuerdos de Paz, firmados en el Teatro Colón en 2016, las ex-Farc se comprometieron a entregar una verdad exhaustiva sobre los crímenes y graves violaciones a los derechos humanos perpetrados durante el conflicto. Uno de los entramados que se esperaba revelar era el de este grupo armado con el gobierno de Venezuela en el tráfico ilegal de armas y el envío de cocaína a los mercados norteamericanos, en los que uno de los eslabones fue Álvaro Córdoba, hermano de Piedad Córdoba, quien fue extraditado por el gobierno de Gustavo Petro a Estados Unidos bajo los cargos de narcotráfico.

Sin embargo, han sido contadas las declaraciones de los del antiguo secretariado respecto a estos nexos, y el esclarecimiento liderado por las entidades hijas de los acuerdos, como la Comisión de la Verdad y la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), no ha sacado a la luz todas las aristas. Algunas de estas incluyen la elección de Hugo Chávez, el financiamiento ilícito y la protección de Venezuela a los cabecillas guerrilleros en su territorio, puntos que hoy vuelven a estar sobre la mesa tras el apoyo de Comunes, el partido político de las Farc, a la dictadura de Nicolás Maduro, quien acaba de juramentar —sin justificar los resultados de las elecciones— su tercer periodo consecutivo.

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La Comisión de la Verdad tiene entre sus archivos un episodio titulado: "Un vecindario en tensión: conflicto armado colombiano en las fronteras, diplomacias, insurgencias y tensiones ideológicas entre estados, a la luz del caso venezolano", en el que se aborda el tema de la relación Farc-Caracas, a partir de numerales como Chávez, aliado de las guerrillas, y Colombia como plataforma para la intervención estadounidense en Venezuela.

"La complejidad de la relación oficial binacional, así como de los nexos entre las guerrillas colombianas y altos funcionarios del gobierno venezolano, escalaría con la llegada del presidente Hugo Chávez", se lee en el capítulo de la Comisión de la Verdad.

El canciller de las ex-Farc, Rodrigo Granda, le dijo a la Comisión de la Verdad que, desde la guerrilla, y como producto de las economías ilícitas, financiaron a Chávez en su camino hacia la toma del poder. A través de un video que él les envió desde la cárcel al secretariado, cuando lo capturaron por la intentona golpista de 1992, acordaron apoyarlo.

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"Hacemos una reunión, no están todos los integrantes del secretariado, pero está Manuel Marulanda, está Jorge Briceño y está Raúl Reyes, esos tres, Alfonso Cano no está. Vemos el video, que no eran más de 4 o 5 minutos, mientras lo estamos proyectando. Manuel está así, como mirando allá ese televisor (…) casi en trance mirando eso (…) entonces, una vez que él ve eso dice, Raúl la plata que nosotros tenemos no es un objetivo, es un medio para la lucha revolucionaria y a este hombre tenemos que ayudarlo, y ordena que se le entregue una ayuda económica para medio solventar la grave situación que están pasando los revolucionarios venezolanos. Es así como se inicia ya a nivel de la dirección de las Farc, con Chávez unido en una intentona maravillosa de la toma del poder", dijo Granda.

El informe también retrocede el caset frente al primer acercamiento entre Chávez y las Farc, que se dio en el marco del Foro de Sao Pablo de 1996. Tres años después, con Hugo Chávez en el Miraflores y las negociaciones entre el gobierno de Pastrana y las Farc, en el Caguán, el presidente venezolano no ocultó su simpatía y apoyo a la guerrilla. Incluso aseguró dar asilo en su territorio a cualquier combatiente que lo requiriera.

Otro de los apartados tiene que ver con el rol de facilitador que asumió el gobierno Chávez en temas como la liberación de secuestrados, junto con la entonces senadora Piedad Córdoba, lo que a su vez afianzó la presencia formal de delegados de la guerrilla en el vecino país.

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Igualmente, los archivos de los computadores de Raúl Reyes, analizados por la Comisión, dan cuenta del apoyo que ofreció la guerrilla en el entrenamiento militar de las milicias bolivarianas, una de las piezas claves del engranaje chavista, que hoy incluso mantiene a raya a la fuerza opositora ante un eventual levantamiento popular.

"Las Farc habrían recibido solicitudes de entrenamiento de otras tres organizaciones venezolanas autónomas que apoyaban el régimen de Chávez: las Fuerzas Bolivarianas de Liberación, elementos radicales del barrio 23 de Enero de Caracas y el Movimiento Gayones. La organización insurgente parece haber respondido a estas solicitudes por afinidad ideológica y sin pedir ningún pago, para extender su red de influencia en la coalición de apoyo a Chávez", dice el capítulo.

Y así mismo recibían una retribución económica del lado venezolano a la causa subversiva. 

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"Eso era clandestino. Había gente, claro, gente que apoyaba, gente que apoyaba, políticos que apoyaban de ciertos partidos del núcleo chavista, pero no todos, no todos. (...) incluso alcanzamos a hablar con Andrés, ¿Andrés qué es él?, se me olvida. Que viene de los golpistas, de la gente firme de Chávez, que lo tenía de tesorero, era el que manejaba el billete. Y el tipo sí, uy, claro; cuando a mí me dicen “no, que el hombre está dispuesto apoyarnos y tal. Y ahí está, el maneja bodegas de plata”. Entonces yo dije “un hospital, yo más que armas... no, un hospital con todas las de la ley necesitamos aquí”, estas cosas. Pues el tipo sí nos ayudó a conseguir un aparatico, (…) ¡un ecógrafo! Eso lo conseguimos con el hombre", le dijo Rodrigo Londoño, 'Timochenko', a la entidad.

Por parte de la JEP, Venezuela ha sido abordada solo desde el tema de las desapariciones. Aunque la magistratura encargada de los macrocasos apunta a que podría haber víctimas de desaparición de las Farc en ese territorio, el único paso que se ha dado en esta materia proviene del lado opuesto, las autodefensas, con el testimonio de Salvatore Mancuso, quien aseguró que, cruzando la frontera, "hay por lo menos 200 personas desaparecidas por el Bloque que comandé". 

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Desde la Jurisdicción esperan seguir desenredando la pita de este capítulo, en la medida que avancen las diferentes investigaciones en las que mandos medios y el antiguo secretariado está imputado. 

Redacción Justicia