'Hoy sí habría puesto el caso en manos de la Fiscalía': Francisco de Roux, sobre supuesto encubrimiento a abuso sexual de jesuita

Una tormenta mediática cayó sobre el padre jesuita Francisco De Roux, quien afrontó esta semana los señalamientos por un supuesto encubrimiento de un caso de abuso sexual, cuando ejercía como superior provincial de la Compañía de Jesús.

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La denuncia, hecha por Luis Fernando Llano, daba cuenta de unas violaciones que habrían sufrido él y sus tres hermanas por parte del sacerdote jesuita Darío Chavarriaga, a finales de los años 70, las cuales fueron puestas en conocimiento del padre De Roux en el 2014.

El lunes pasado el caso volvió a salir a la luz luego de que en un foro sobre pederastia, en la Universidad Javeriana, la víctima tomó la palabra para acusar que el proceso en contra de Chavarriaga había quedado impune y que De Roux, como el superior jesuita, no habría tomado los correctivos necesarios.

Frente a estos señalamientos, el ex presidente de la Comisión de la Verdad citó a una rueda de prensa en la que, detalladamente, expuso la cronología de los hechos y cada una de las sanciones, contempladas en el derecho canónico, que aplicó para castigar al pederasta.

De Roux dijo que, luego de presentar la versión de las víctimas y obtener la aceptación de responsabilidades de Chavarriaga, puso en conocimiento de todas las autoridades eclesiales el hecho, incluyendo el Tribunal Eclesiástico así como el arzobispado de Bogotá, y apartó al sacerdote acusado de la Decanatura de Odontología de la Universidad Javeriana, donde ejercía como decano del medio universitario.

“Lo recluí en la Enfermería, que es a donde van los padres jesuitas en estado terminal”, aseveró. Así mismo aseguró que le prohibió celebrar los sacramentos de forma permanente.

El sacerdote Chavarriaga, meses después de su traslado, enfermó de cáncer y murió.

Con el paso a paso del procedimiento aplicado, el padre De Roux aseguró que no presentó el caso a la Fiscalía, que es la omisión que hoy le está pasando factura, por dos razones. La primera, porque el derecho canónico no obligaba la compulsa de copias, por el secreto pontificio que los cobija, y la segunda, porque después de hablar con las víctimas, ellas, a excepción de una de las hermanas que vive en México, se mostraron satisfechas con la investigación y los correctivos impuestos al perpetrador.

Sin embargo, en el mea culpa hecho este jueves, el padre aseguró que hoy, después de 10 años, sí habría dejado en manos de la justicia ordinaria la imposición de las penas correspondientes.

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“Apliqué todos los instrumentos que estaban en mis manos. No manipulé a Luis Fernando ni a sus hermanas para propiciar su silencio. Pero si me preguntan hoy qué hubiera hecho, repetiría el proceso del Código Canónico, porque es muy riguroso, pero una vez establecido el final, me hubiera presentado con eso en la Fiscalía”, dijo.

Vale la pena señalar que en 2019, y tras el escándalo de pederastia que azotó a la Iglesia católica en todo el mundo, el Papa Francisco reconoció que el silencio para proteger a la Iglesia había hecho mucho daño y obligó a los sacerdotes y al Comité Eclesial a trasladar los procesos de este tipo a las autoridades civiles y penales.

El padre De Roux pidió perdón en nombre de la Compañía de Jesús a todas las víctimas, dijo que estaba muy golpeado moralmente y aseguró que presentará un derecho de petición a la Fiscalía para conocer la denuncia que había sobre él y presentarse inmediatamente.

El sacerdote jesuita le dijo a EL TIEMPO que cuando fue supervisor provisional de la Compañía de Jesús, además de los abusos del padre Chavarriaga, tuvo que proceder bajo el Código Canónico en otros dos casos.

Señaló que actuó utilizando las herramientas establecidas para estos delitos, aunque no fueron de la misma gravedad.

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Además, defendió la rigurosidad del este protocolo. “Si en todos los casos se hubiera actuado igual, no habría ocurrido el horror de la pederastia en la iglesia con la magnitud en la que la conocemos”. Y afirmó que sí hubo una impunidad institucional. "En muchos casos en distintos lugares del mundo hubo encubrimiento, los sacerdotes criminales fueron protegidos por el silencio y no se pusieron en marcha las exigencias del Derecho Canónico. Teniendo las herramientas, muchas veces no fuimos tan severos como se requería ante el daño causado”, dijo a nombre de la iglesia.

Como ex presidente de la Comisión de la Verdad, la institución encargada de esclarecer los hechos del conflicto, también se refirió, con este diario, al tema de la paz. E insistió en permanecer en las mesas de diálogo hasta encontrar una resolución pacífica con los actores armados vigentes.

Sara Quevedo - Redacción Justicia - @JusticiaET - [email protected]