Así fue la caída definitiva de alias Zeus, el mercenario de la mafia que se enfrentó a fuerzas élite de la Policía de Colombia

En una carretera destapada del municipio de San Francisco, Antioquia, a las 4 de la tarde del sábado 28 de septiembre, se escribió la última página de una de las historias criminales más escandalosas de los últimos 20 años en Colombia: la del mayor retirado del Ejército Juan Carlos Rodríguez, el ‘Zeus’ de la mafia.

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Rodríguez tenía 54 años y desde abril pasado era, de nuevo, prófugo de la justicia colombiana. Hijo del coronel Homero Rodríguez –el jefe militar durante el escándalo de la fuga de Pablo Escobar de su cárcel de la Catedral, en 1992–, Juan Carlos Rodríguez tuvo el mejor entrenamiento que puede tener un soldado en Colombia. Fue lancero, contraguerrilla y comando. Y también terminó protagonizando uno de los capítulos más deshonrosos de las Fuerzas Militares en el país: en el 2010 su alias empezó a aparecer en los informes de inteligencia que daban cuenta del entrenamiento de militares retirados y activos a la tenebrosa banda de Diego León Montoya, ‘don Diego’, en su guerra contra alias ‘Jabón’, el otro capo del cartel del Norte del Valle.

Para ese momento ya llevaba cinco años por fuera de las filas, pero seguía teniendo entrada franca a muchas instalaciones militares. En el 2005 fue sorprendido en un carro con 200 kilos de cocaína en plena capital de la República y así terminó su carrera, aunque ya desde 1997 se hablaba de supuestas reuniones suyas con jefes ‘paras’ como Carlos Mauricio García Fernández, alias Doble Cero, quien impuso el terror en Antioquia y también había llegado a capitán del Ejército.

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Pero su vida militar no solo se manchó con los crímenes, los negocios de la mafia y los ‘paras’, además perpetró ‘falsos positivos'. Juan Carlos Rodríguez fue condenado como comandante de los escuadrones militares responsables de las masacres de Cajamarca (2003) y Potosí (2004), en las que humildes campesinos de la cordillera Central en el Tolima zona fueron presentados como supuestos guerrilleros dados de baja en combate.

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A pesar de su amplio prontuario criminal, alias Zeus estaba en libertad porque en el 2018 logró un cupo en la Jurisdicción Especial de Paz, la JEP y tres años más tarde, en 2021, logró que le dieran un beneficio de libertad condicional.

El 10 de abril lo capturaron en Norte de Santander en una caravana de cinco camionetas llenas de armamento ilegal. En una inexplicable decisión que aún es investigada, no lo mandaron a una cárcel sino a una estación de Policía, de donde se fugó pocos días después en medio de un motín. Desde ese momento volvió a ser uno de los delincuentes más buscados del país y apenas hace unas semanas su cara empezó a aparecer en una circular azul (de localización) de Interpol, pues se creía que había huido, como otros capos, hacia Venezuela.

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Pero no fue así. ‘Zeus’ se enfiló hacia el Magdalena Medio, según inteligencia, para tratar de consolidar una alianza criminal con el ‘clan del Golfo’ (que ahora está pidiendo pista en la ‘paz total’ y con otra banda heredera del poder del jefe ‘para’ Ramón Isaza conocida como el ‘clan de Oriente’. De hecho, las investigaciones de la Policía apuntan a demostrar que poderosos alfiles de Isaza volvieron al crimen y se preparan para actuar en consecuencia.

La caída de ‘Zeus’ se convirtió en un asunto de honor para la Fuerza Pública. Casi un centenar de comandos Jungla y Copes (la élite de la Policía) fueron encargados de seguir su rastro en una operación que se denominó ‘Tifón’. Según las fuentes consultadas por EL TIEMPO, tres mujeres que habían sido identificadas como cercanas al mayor (r) Rodríguez fueron claves para llegar a su ubicación final.

El sábado, el grupo de la Policía que logró ubicarlo se encontró de frente con una camioneta blanca avaluada en más de 350 millones que iba escoltada por cinco motos en esa polvorienta vía del oriente antioqueño. 

Según las fuentes, los hombres de las motos se atrincheraron a las orillas de la carretera a la altura de la vereda Pocitos y atacaron con tiros de fusil las camionetas de la Policía, en las que iban ocho comandos.

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En el intenso cruce de disparos fue alcanzada una pareja que pasaba en una moto por el sitio en el justo momento en el que empezaron los disparos y las explosiones. Tras 20 minutos de guerra, en el lugar se hallaron nueve cuerpos sin vida: uno correspondía a la mujer de la motocicleta.

“Siete de los hombres vestían prendas oscuras y portaban brazaletes con las letras en mayúscula AGC (Autodefensas Gaitanistas)”, dijo a EL TIEMPO, el general Rosemberg Novoa, cabeza de la operación Agamenón, quien añadió que el octavo cuerpo fue identificado como el de Juan Carlos Rodríguez Agudelo.

El general lamentó la muerte de la mujer, cuya pareja se recupera de las heridas en un hospital de la zona. La Policía resaltó que la pareja nada tenía que ver con el grupo de ‘Zeus’ y que fue víctima del fuego cruzado.

De acuerdo con el general Novoa, la Policía venía desarrollando una serie de actividades de inteligencia y judiciales frente a la Alerta Temprana (AT 00422) de la Defensoría del Pueblo, que advertía de la presencia de un grupo de delincuentes que pretendía tomar control territorial sobre municipios como Sonsón, San Luis, El Peñol y San Francisco. De hecho, en este último, en su zona rural se registró el o armado que dio con la muerte de ‘Zeus’ y sus lugartenientes, cuyos cuerpos fueron traslados el domingo en la noche a Medicina Legal.

En el lugar, la Policía incautó seis fusiles (R-15, M4, M16, Galil y hasta de francotirador) y seis armas cortas, entre ellas una pistola de las llamada ‘mata policías’, (‘Five-Seven’, capaz de atravesar blindaje), que de acuerdo con la Policía era de alias Zeus.

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El mayor Rodríguez –cuya historia de traición al uniforme y alianzas con la mafia es equiparable a la del coronel de la Policía Danilo González, experto en inteligencia y quien llegó a perfilarse como un capo entre ‘paras’ y narcos del norte del Valle– protagonizó uno de los capítulos más vergonzosos para la Fuerza Pública en Colombia.

En el 2006 fue condenado a 12 años de cárcel por tráfico de drogas y de armas. Incluso desde prisión fue él el cerebro y articulador de un plan que puso a decenas de oficiales y suboficiales altamente entrenados a órdenes de ‘don Diego’ y su banda de ‘los Machos’, que sembró el terror en el Norte del Valle y otras regiones del país y que protagonizó una frustrada entrada a la franquicia criminal de las Auc.

Los 40 años de cárcel que recibió por los ‘falsos positivos’ del Tolima se sumó a 12 condenas adicionales que, sumadas, daban más de dos siglos. Todas las sentencias quedaron suspendidas cuando logró que la JEP lo aceptara y lo dejara en pista para esperar sentencia alternativa en libertad.

Quienes lo conocieron lo recuerdan como un hombre amenazante hacia los externos, pero con ascendiente en las tropas. De hecho, otro de los grandes escándalos del Ejército fue el protagonizado por ‘Zeus’ y sus lujos y privilegios en la base militar de Tolemaida, donde estaba purgando pena.

Aunque esos excesos terminaron por costarle su envío a una cárcel normal, nunca perdió sus os. Y desde un primer momento buscó la oportunidad de lograr un cupo en la JEP, donde ofreció contar su versión de la participación de altos mandos en casos de ‘falsos positivos’ y de nexos con ‘paras’. Sus supuestos aportes a la verdad aún están por establecerse.

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En agosto, tras la fuga, la JEP lo expulsó por volver a delinquir. Con él se repitió la historia de otros delincuentes que terminaron aprovechando los beneficios de la justicia transicional para volver al crimen.

De hecho, las investigaciones que se reactivaron en su contra pusieron en evidencia otra de sus burlas a la justicia: la fortuna ilegal que logró esconder por casi dos décadas.

Hace unas semanas la Policía Judicial y la Fiscalía General adelantaron una diligencia de extinción de dominio a los bienes de ‘Zeus’, ubicados en Yondó (Antioquia), Puerto Boyacá (Boyacá) y Bogotá.

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Los mismos alcanzan un valor comercial de $11.710 millones y figuran, según las autoridades, a nombre de su actual compañera sentimental, su exesposa y una hija.

Dentro de la información obtenida por EL TIEMPO se concluye que el millonario capital de alias Zeus se concentra en dos fincas ubicadas en zona rural de Yondó, Antioquia.

Redacción Justicia.

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