Presidente Petro plantea una Policía del 'cuidado' y advierte aumento de homicidios en Cali, Bogotá y Pereira

Durante la ceremonia de ascenso del director de la Policía, mayor general Carlos Fernando Triana el presidente de la República, Gustavo Petro, centró su discurso en el aumento sostenido de homicidios en tres ciudades clave del país: Cali, Bogotá y Pereira.

(Lea: ‘Se negó formalmente y no cabe discusión jurídica’: la alerta del Procurador por consulta popular a 'decretazo') 

En su intervención, el primer mandatario hizo un diagnóstico sobre el actual panorama de violencia urbana y la necesidad de reformar estructuralmente las fuerzas del orden.

En relación con la situación específica de Cali, Bogotá y Pereira, el presidente subrayó que la tasa de homicidios se mantiene alta y no muestra señales de reducción sostenida. Contrario a la percepción generalizada sobre las regiones más conflictivas, señaló que el crecimiento de los homicidios en estas grandes ciudades urbanas merece una atención especial por parte del Estado.

Dentro del diagnóstico expuesto, Petro relacionó el auge de estas dinámicas violentas con factores estructurales como la desigualdad social.

Según lo expuesto por el presidente Petro, el fenómeno de la criminalidad en estas capitales ya no responde a una violencia dispersa o espontánea, sino a una estructura organizada, financiada y cada vez más sofisticada.

Las bandas criminales actuales, advirtió el mandatario, “operan con un alto nivel de planeación y, en muchos casos, con nexos internacionales. Su objetivo no es solo el control territorial, sino también el dominio de economías ilícitas como el narcotráfico, el contrabando y la minería ilegal”.

En ese sentido, propuso al director de al Policía diseñar una estrategia que combine presencia institucional con una transformación social enfocada en la juventud de los barrios populares.

Uno de los ejes de la propuesta es construir lo que denominó un “Estado del cuidado” en zonas urbanas vulnerables, con énfasis en la prevención del reclutamiento por parte de organizaciones criminales. En ese marco, destacó el creciente protagonismo femenino en las filas de la Policía Nacional, valorando su vocación hacia el cuidado y la preservación de la vida, por encima de la fuerza coercitiva tradicional.

Es por ello que el mandatario planteó que esta transformación no solo debe pasar por mejores condiciones laborales, sino también por una profesionalización profunda del cuerpo policial y de las Fuerzas Militares e insistió en que se requiere formar agentes capaces de desarrollar múltiples competencias, más allá del uso de la fuerza, con enfoque en la defensa de los derechos humanos y la construcción de alianzas con las comunidades.

Durante su intervención, Petro recalcó a importancia de fortalecer un cuerpo policial que deje de ser visto como una amenaza por los jóvenes en los barrios y pase a ser un aliado en sus procesos de desarrollo. A su juicio, el papel de una policía cercana a la comunidad, y especialmente con presencia femenina, puede ser determinante para prevenir que la juventud caiga en dinámicas delictivas impulsadas por la codicia.

Además, remarcó que el crimen que enfrenta hoy el país no es exclusivamente nacional y aseguró que estas organizaciones tienen capacidad para movilizar grandes sumas de dinero, lo que las convierte en actores que desafían, incluso, el poder financiero del Estado.

En este contexto, insistió en que se requiere priorizar el uso del presupuesto nacional para dignificar la labor de base en las fuerzas armadas y policiales.

Una de las propuestas más concretas del jefe de Estado fue garantizar, a partir del próximo año, un salario mínimo para los soldados regulares, como parte de un esfuerzo por reducir la brecha entre las ofertas del crimen organizado y la remuneración del Estado y señaló que en la actualidad, muchos jóvenes reciben ofertas de entre dos y tres millones de pesos mensuales por vincularse a actividades ilegales, lo que plantea una “pelea desigual” frente a las instituciones.

Petro también hizo énfasis en la necesidad de depurar los vínculos entre actores armados y sectores de la fuerza pública. Reconoció que en algunas regiones del país se han consolidado alianzas entre el crimen organizado y del Estado, incluidos actores políticos.

Según el mandatario, para enfrentar estas dinámicas se requiere una separación tajante entre las instituciones y el delito, sustentada no solo en principios éticos, sino también en condiciones económicas que permitan a los uniformados sostenerse dignamente.

Redacción Justicia