De acuerdo con el Sistema de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (Simci), de Naciones Unidas, en 2019 se detectaron 154.475 hectáreas sembradas con matas de coca, lo que equivale a una producción de 1.137 toneladas métricas de cocaína, dejando nuevamente a nuestro país como el primer productor de este estupefaciente en el mundo.
Expertos de la Policía Antinarcóticos señalaron a EL TIEMPO que los principales compradores de la coca que se produce en Colombia son los carteles mexicanos. De hecho, mientras en Tumaco un kilo de cocaína puede costar 5 millones de pesos, ese mismo kilo en las calles de Estados Unidos alcanza un valor de 34.000 dólares; en Europa, 60.000; en Asia, 80.000 y en Oceanía, 244.000 dólares.
Ese mercado es el que se disputan –aparte del ‘
clan del Golfo’– cinco redes consideradas como grandes.
La guerrilla del Eln, que cuenta, según informes de inteligencia, con unos 4.800 hombres; de ellos, unos 2.540 en armas. En temas de
narcotráfico, el
Eln libra guerras territoriales en Norte de Santander, Nariño y Chocó. Las disidencias hacen referencia a hombres de la otrora guerrilla de las Farc que se alejaron del camino de la paz y decidieron seguir delinquiendo. Las autoridades han detectado 19 grupos. Ubicados en asuntos de tráfico de cocaína en Cauca, Nariño, Putumayo, Antioquia, Guaviare y Norte de Santander.
En la costa Pacífica nariñense, por citar un ejemplo, hacen presencia 7 redes dedicadas al tráfico de base de coca y cocaína: 5 de las disidencias, uno del Eln y otro del ‘clan del Golfo’.
La situación es tan compleja que en un mismo territorio los enfrentamientos marcan jornadas de violencia como la registrada hace una semana en zona rural de
Tumaco, donde, en cuatro acciones, fueron asesinadas 11 personas. De acuerdo con las investigaciones adelantadas, las víctimas serían integrantes del frente ‘Oliver Sinisterra’, y los victimarios, integrantes de ‘los Contadores’. Todos tuvieron sus orígenes en las Farc.
A este coctel se suma la ‘Segunda Marquetalia’, que son las disidencias de ‘Iván Márquez’, ‘Santrich’ y ‘el Paisa’, antiguos jefes de las Farc, quienes, según el gobierno del presidente Iván Duque, se encuentran en territorio venezolano.
Desde allí han enviado a emisarios para lograr pactos en Nariño y Cauca para el tráfico de cocaína. ‘Gentil Duarte’, quien mueve el tráfico de drogas en el oriente del país, y quien participó en las mesas de negociación de La Habana, es hoy uno de sus peores enemigos en los planes de expansión.
En el bajo Cauca antioqueño se encuentran ‘los Caparros’, antiguos aliados del ‘clan del Golfo’, hoy acérrimos enemigos. Alias Flechas, jefe, no cuenta con más de 100 hombres en armas, y bajó intimidaciones a la población civil ha generado éxodos en Cáceres, Caucasia, Tarazá y Zaragoza, en aras de mantener el control de la zona.
En Norte de Santander se encuentra la estructura de ‘los Pelusos’, hoy diezmados por las acciones de la Fuerza Pública. Son unos 180 hombres en armas, a quienes sus planes de expansión hacia el Valle y Cauca les fallaron. Su fortaleza está en la frontera con Venezuela, y tienen el control de algunos puntos en la región del Catatumbo.
REDACCIÓN JUSTICIA
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