El viernes de la semana anterior, en su sesión ordinaria correspondiente a agosto, la junta directiva del Banco de la República tomó la decisión de liberarles algo de liquidez, unos 6 billones de pesos, a las entidades financieras, como medida complementaria a la reducción de tasas de interés que viene aplicando desde diciembre del 2023.
Así, al haber mayor liquidez en la economía, el costo de fondeo de las entidades bajará y, por esa misma vía, se conseguirá que las tasas de interés que se aplican a los préstamos que el sector financiero les otorga a los consumidores también se reduzcan.
El encaje bancario es uno de los mecanismos con que cuenta el Emisor para controlar la cantidad de dinero que circula en la economía (liquidez) y está en función del saldo que hay en las cuentas de ahorro, corrientes y los certificados de depósito a término (CDT) que hay las entidades financieras.
“Es un porcentaje de los depósitos o captaciones del público que reciben las entidades financieras que deben mantener como reservas en sus cajas o en sus cuentas en el Banco de la República. Este requerimiento, junto con otras medidas, garantiza que las entidades cuenten con la liquidez necesaria para asegurarles a sus depositantes la disponibilidad de su dinero”, explica la autoridad monetaria.
Lo que hizo la junta directiva del banco el viernes fue recortar, precisamente, ese porcentaje que están obligadas las entidades a ‘congelar’, el cual pasó de 8 a 7 por ciento para las cuentas corrientes y de ahorro, principalmente.
La autoridad también redujo esa exigencia sobre los saldos de los CDT de menos de 18 meses, porcentaje que pasó de 3,5 a 2,5 por ciento, según lo anunciado.
Y dijo que esa decisión liberará recursos del orden de los 6 billones de pesos, lo que representa el 15,8 por ciento del encaje actual y el 0,8 por ciento de los pasivos sujetos a encajes actuales.
Asobancaria estima que los recursos liberados ascenderán a 6,1 billones, lo que representa el 16,1 por ciento del encaje actual y el 0,9 por ciento de los pasivos sujetos a encajes actuales.
“La disminución del encaje tiene un efecto inmediato en la medida que los nuevos requerimientos (de encaje) van a ser menores”, explicó un exmiembro de la junta directiva del banco emisor, quien agregó que “la medida es bienvenida porque el encaje en Colombia aun con la reducción sigue siendo alto y la imposición del Cefen de liquidez hace innecesario el uso del instrumento del encaje”.
Este mecanismo no es de uso frecuente por parte de la autoridad monetaria. De hecho, la última vez que se tuvo que acudir a este para darle mayor liquidez al mercado fue durante la pandemia.
En efecto, el 14 de abril de 2020 se tomó una decisión similar con la que se liberaron 9 billones de pesos a la economía.
En su momento, la junta del banco emisor determinó que el encaje que se aplicaba a las cuentas de ahorro y corrientes bajara del 11 al 9 por ciento, mientras el que se exigía a los CDT pasaba del 4,5 al 3,5 por ciento.
Recursos congelados
En su comunicado del viernes, la autoridad monetaria señaló que la decisión de reducir el encaje en esta oportunidad “tuvo en cuenta el manejo de la política monetaria con base en la estrategia de Inflación Objetivo, en la cual la tasa de interés es el principal instrumento, y la evolución e implementación de estándares regulatorios que mitigan el riesgo de liquidez de los establecimientos de crédito”.
A la fecha, los establecimientos financieros (bancos, compañías de financiamiento y cooperativas financieras) obligados a realizar el encaje sobre esos depósitos del público tienen ‘congelados’ recursos por encima de los 37,7 billones de pesos, según cifras de la Superintendencia Financiera.
Antes de la pandemia los recursos de dichos establecimientos cobijados por la norma del encaje ce acercaban a los 31,3 billones de pesos.
Al corte de junio pasado, los recursos depositados en las cuentas corrientes de los establecimientos financieros vigilados por la Superfinanciera superaban los 66 billones de pesos, pertenecientes a cerca de 2,7 millones de clientes, entre personas naturales y jurídicas.
Por su parte, en las 84,6 millones de cuentas de ahorro, pertenecientes a más de 71 millones de clientes, habían depositados, a ese mismo corte, 297 billones de pesos.
En CDT el saldo hasta junio pasado era de unos 296,2 billones de pesos, pero hay que tener en cuenta que la reducción del encaje solo aplica a aquellos cuyo vencimiento está por debajo de los 18 meses, según lo establecido por el Emisor.
“El indicador de riesgo de liquidez (IRL) ha reducido la probabilidad de choques de liquidez de corto plazo con criterios prospectivos, y el coeficiente de fondeo estable neto (Cfen) ha inducido la obtención de un fondeo estructural adecuado por parte de los intermediarios. En este nuevo contexto, el requerimiento de encaje se definió considerando las necesidades de liquidez intradiarias de los participantes en el sistema de pagos de alto valor, de forma tal que los pagos de la economía fluyan sin interrupción. Al bajar los costos de la intermediación, la reducción del encaje requerido contribuye a la profundización financiera de la economía”, precisó el Banco de la República al término de su reunión de agosto del presente año.