El foro Bienestar Financiero, organizado por Diario Portafolio, Mercer Colombia, y AmCham Colombia, dejó un mensaje claro para las empresas: es necesario hablar con sus empleados sobre temas financieros para que ellos aprendan a usar inteligentemente su dinero.
De acuerdo con David Cuervo, director de Bienestar Patrimonial de Mercer Colombia, Centro América y Caribe, “la empresa tiene un rol protagónico desde el bienestar financiero de los empleados. Entonces en la medida en que uno pueda ayudar a que sus colaboradores tomen mejores decisiones basados en la información que les otorgamos, la posibilidad de que ellos tomen decisiones adecuadas es mucho mayor”.
Esta afirmación recae en que, según el Estudio de Bienestar Financiero 2019 realizado por Mercer, aunque aproximadamente el 74% de los colombianos gasta más de la mitad de sus ingresos en el pago de deudas, el 83% de los trabajadores confían en sus empresas para tomar decisiones en su planeación financiera.
Dicha cifra demuestra la oportunidad que tienen las compañías de educar a sus trabajadores y mejorar su calidad de vida, con lo que lograrían mayor fidelización, productividad y compromiso hacia la empresa.
Precisamente, el estrés financiero aparece cuando las personas tienen deudas, no saben cómo pagar la educación de sus hijos o están endeudados más allá de su capacidad de pago.
El mismo estudio asegura que “del total de horas laborales normalmente trabajadas en una semana (40 horas), un trabajador puede gastarse hasta el 30% del tiempo preocupado tan solo por su situación financiera; esto a niveles macro puede afectar significativamente los números de cualquier empresa”.
En palabras de Cuervo, “el estudio refleja que [en Colombia] tenemos un bienestar financiero relativamente bajo. Nosotros estamos justo en la mitad: 46% de índice de bienestar financiero y 41% de coraje financiero. Esto demuestra una oportunidad muy grande que tienen las empresas, pero también el colombiano de a pie, de empezar a apropiarse de estos temas, de dejar de decir que es difícil ahorrar y, en vez de eso, que podamos hacer algo por mejorar el bienestar financiero. Eso lo hacemos a través de tomar decisiones adecuadas y tener ese coraje y persistencia financiera”.
Mientras que el bienestar financiero se refiere a la capacidad para asumir las obligaciones financieras y manejar una situación imprevista que afecte el nivel de ingresos a corto y largo plazo, el índice de coraje financiero “mide la capacidad y autonomía que tenemos para mejorar nuestra situación financiera, así como también nuestro nivel de conocimiento en temas financieros tales como inversiones y planes de ahorro, entre otros”. En otras palabras, es la habilidad de darle la vuelta a una situación financiera y tomar mejores decisiones frente al uso del dinero.
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