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Opinión
Por muy tentador que sea, ¡no te vayas Lucho… no todavía! (Opinión)
Siempre que Díaz estuvo en la cancha algo bueno pasó para el Liverpool.
Todavía debe tener el guayabo propio de quien, tras una temporada agobiante, se gana el premio gordo: ¡el título de la Premier League! Si se tomó la mitad de las cervezas que le ofrecieron en el camerino, estará todavía en fase de hidratación. Nada más merecido.
Luis Díaz es el primer colombiano realmente protagonista que posará, en breve, junto al trofeo de campeón de la mejor liga profesional del mundo. Lo de Cuadrado en Chelsea fue testimonial, pero lo del guajiro raya en lo conmovedor: pasó de 6 goles y 5 asistencias en sus 26 partidos de su primera temporada, a los 16 goles y 5 asistencias en los 47 partidos de esta temporada en la que fue siempre determinante, siempre influyente, siempre sacrificado, siempre necesario.
En el intermedio pasaron una grave lesión de rodilla que lo marginó cerca de ocho meses, el secuestro del padre, la salida del padrino Klopp, la contratación de Gakpo -más joven y caro-, la nueva posición de 9 (o falso 9) y una larga lista de contratiempos a los que, con esa sonrisa tan suya, se repuso sin quejas, sin lamentos, sin más reproche que la legítima aspiración de estar en el mismo nivel salarial de aquellos con quienes comparte obligaciones en la cancha.
Luis Díaz Foto:EFE
Así se dejó ver, envuelto siempre en su bandera tricolor, eufórico, conmovido, orgulloso como solo él sabe, porque nadie más tiene idea de cuánto sacrificó para mirarse ahí, uno más entre tantas estrellas.
El negocio es otro, socio
El tema es que la fiesta termina, que solo quedan las selfies y el desorden de la fiesta y viene lo inevitable, que es sentarse con los dueños del negocio a definir cuál será su futuro.
La realidad es inapelable: a sus 28 años y en su condición de jugador mejor cotizado de toda la plantilla, con una valoración de 85 millones de euros y un contrato al que le quedan dos años, la cruda orden del mercado es ‘vete ahora, que dejas dinero para armarle el equipo a un Slot que exigirá no como recién llegado sino como campeón, que liberas un cupo de extranjero, que todavía puedes firmar un contrato más de larga duración’.
Luis Díaz Foto:EFE
Pero, para bien y para mal, no es lo único. Saben Liverpool y Slot, especialmente después del título y del bajón que sufrieron las figuras, que siempre que Díaz estuvo en la cancha algo bueno pasó y eso es más que de lo que pueden contar Jota, Darwin, el frío y costoso Chiesa, por mencionar solo a algunos. Salir de esos altísimos salarios puede equivaler a poco más de la mitad de la transferencia del guajiro e incluso una venta potencial del uruguayo puede acabar con la premura y mantener a un imprescindible en la plantilla, más ahora que es polifuncional… Eso sí, habrá que mejorar su salario, que no es un hueco financiero sino, en rigor, un acto de justicia.
Que el árbol no tape el bosque, Lucho
Hoy la mejor tribuna es la de Díaz: desde donde está tiene dominio total del panorama y el control en las manos para decidir por y para él.
Es verdad que tiene la edad para un contrato rutilante más, que es difícil decirles que no a los petrodólares estando ad portas de los 30 y que ceder a la tentación es asegurar su futuro y el de varias generaciones más. Todo es ganancia. Pero esos mismos años le dan la madurez para saber que si se va ahora ya no habrá camino de regreso a la élite (no es el mismo caso de Durán); que si va a cambiar tendrá que ser a un club que le asegure una Champions League europea, el botón que le falta a su traje de estrella mundial; que se puede dar un año y un intento más por La Orejona y no pasará nada, el dinero seguirá ahí esperándolo porque al final lo necesitan es para el Mundial del 2030. No hay prisa.
Cifras de Luis Díaz en la temporada Foto:Sofascore
Quédate, ojalá en Liverpool, tu lugar en el mundo. No renuncies, no te canses, no te quedes con la duda. Eres la única verdadera figura mundial que nos queda. No te vayas Lucho… todavía no.