Deportivo Cali es el nuevo campeón de la Liga Femenina: le ganó bien a Santa Fe, superó las bajas y celebra su segunda estrella

El segundo título del Deportivo Cali en la Liga Femenina tiene sabor a hazaña. El técnico John Albert Ortiz tuvo que istrar una nómina plagada de lesiones graves, con al menos seis bajas en el plantel. Pero con lo que le quedó, armó un equipo más que sólido, al que, en el último partido del año en el fútbol local, le sumo una talentosa que había extrañado, Manuela Paví.

 Con ella en la cancha, le dio un gran golpe a Santa Fe, que se quedó con las ganas de una nueva vuelta olímpica frente a su público. El Campín no se llenó: llegaron 18.923 espectadores.

Ya Ortiz había anunciado, en la rueda de prensa antes del segundo partido de la final, que no se iba a esconder, que si podía ir al frente y anotar, lo iba a hacer. Y para ello empezó a abrir un hueco por la derecha. Por allá llegó el primer gol, a los 12 minutos, que se celebró con retraso. Michelle Vásquez le metió un pase preciso y precioso a Paví, que remató con un suave toque. Sin embargo, la asistente de oriental, Viviana Quintero, levantó la bandera. ¿Fuera de lugar? Para nada. El VAR la salvó. Cuando la central, Danna Victorino, señaló el centro de la cancha, Manuela corrió hacia el técnico como si acabara de marcar el tanto.

Santa Fe no reaccionaba. A Karla Torres no la dejaban mover. María Camila Reyes no pesaba. El técnico Ómar Ramírez buscó ayuda con la entrada de Karla Viancha por Karen Hernández, apenas a los 23 minutos. Y la respuesta fue la misma: nada. Solo cuando el primer tiempo se acababa, tuvo una opción real: la evitó la arquera Luisa Agudelo, con una espectacular atajada a un tiro a ras de piso de Reyes.

Más bien, con Santa Fe jugado al ataque, Cali encontró espacios para volver a hacer daño, con las mismas protagonistas del primer gol: pase de Vásquez y remate de Paví, que esta vez le rompió el arco a Yessica Velásquez con un tiro duro y arriba, a los 45+1. La final comenzaba a liquidarse.

Del lado de Santa Fe, los problemas físicos comenzaban a aparecer. Isabella Díaz, una de las más punzantes en la primera etapa, se fue lesionada en el intermedio. La reemplazó Nelly Córdoba. Y luego, María Camila Reyes comenzó a quejarse de calambres, hasta que no pudo más: aguantó 18 minutos, hasta que le dio paso a Mariana Silva.

Karla Torres no paró de luchar y lo poco que pudo hacer Santa Fe para tratar de recortar esa desventaja de tres goles en el global nació de sus pies. A veces le faltó puntería y en otras, las manos de Agudelo resultaron siendo salvadoras. En términos generales, Cali tuvo un segundo tiempo tranquilo.

Con la victoria en el último partido del año, Cali acabó primero también en la reclasificación, con un punto más que Nacional-Formas Íntimas (44 a 43). Y es un justo campeón, porque se adaptó al torneo con lo que pudo, con una nómina cortica, a la que muchas veces le faltaron suplentes en el banco, a tal punto que algunas veces Ortiz tuvo que llevar dos arqueras para que no se viera tan vacío. Es un título lleno de merecimientos.

José Orlando Ascencio

Subeditor de Deportes

@josasc