En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí

Suscríbete
Disfruta de los beneficios de El Tiempo
SUSCRÍBETE CLUB VIVAMOS

¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo [email protected] no ha sido verificado. Verificar Correo

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión

Hola, bienvenido

¿Cual es la ciudad colombiana clasificada como la más peligrosa del mundo?
¿Cómo va el juicio al expresidente Álvaro Uribe?
¿Accidente de bus en Calarcá?
Frío inusual en Bogotá explicado por el Ideam

Noticia

La sala sinfónica del Centro Nacional de las Artes ahora lleva ahora el nombre de Teresita Gómez

En mayo, la pianista antioqueña dio un recital en el espacio y fue homenajeada por su destacada carrera artística.

Teresita Gómez

Teresita Gómez tocando el piano en el evento que rindió un homenaje a su destacada trayectoria. Foto: Leo Queen

Alt thumbnail

Actualizado:

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon
Pasadas las 4 de la tarde del sábado 24 de mayo, la maestra Teresita Gómez entró lentamente a la Sala Sinfónica del Centro Nacional de las Artes, del Ministerio de las Culturas, entre aplausos largos, cálidos y emocionados. Ese día, la sala tenía graderías dispuestas a cada lado, una tarima discreta sostenía cuatro sillas y unos atriles aún desocupados, y el piano de cola se plantaba en el centro, orientado hacia el norte, hacia el gran ventanal de la —hasta ese día— Sala Sinfónica, que enmarca el centro histórico de Bogotá y los cerros orientales. Todo estaba dispuesto para el homenaje a la maestra.
Alrededor de 150 personas asistieron a este espacio de 267 metros cuadrados, reconocido por sus cuidadas condiciones acústicas y técnicas. Allí ensayan habitualmente la Orquesta Sinfónica Nacional y el Coro Nacional de Colombia, y fue también el lugar donde se grabó Niche Sinfónico, álbum que ganó el Latin Grammy al Mejor Álbum de Salsa en 2023. Esa tarde, la sala asumía otro objetivo: el de rendir tributo a una de las artistas más significativas del país, dándole su nombre a un escenario que, como ella, ha sabido construir historia.
Luego de las palabras de Antonio Suárez, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Música Sinfónica, un cuarteto de cuerdas conformado por músicos de la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia tomó el relevo con una intervención musical de veinte minutos. Interpretaron piezas de Bach, Beethoven, Mozart y del cartagenero Adolfo Mejía. Al terminar la primera obra, uno de los músicos pidió la palabra, se disculpó por romper el protocolo y agradeció a Teresita Gómez. Habló de su rol como profesora y de su importancia en la formación de generaciones de músicos colombianos.
La vocación docente de Teresita Gómez ha sido tan constante y profunda como su carrera en los escenarios. Durante décadas, ha formado a generaciones de pianistas en instituciones clave para la educación musical del país, como la Universidad de Antioquia, el Instituto de Bellas Artes de Medellín, la Universidad de Caldas, la Universidad del Cauca y la Universidad de los Andes. Sus clases no se limitaban al rigor técnico del teclado: también ofrecían una pedagogía del cuidado, del respeto por el otro, de la sensibilidad artística como forma de estar en el mundo. Muchos de sus estudiantes no solo encontraron en ella a una maestra exigente, sino a una guía generosa, atenta a lo humano.
Teresita Gómez

La artista de 82 años ha tenido una carrera de talla internacional. Foto:Leo Queen

Entre sus alumnos más reconocidos se encuentra Lezlye Berrío, pianista e investigador antioqueño, fundador del proyecto Historias del Piano Colombiano y solista con orquestas como la Filarmónica de Medellín. Francy Montalvo, artista nominada al Latin Grammy y a los Independent Music Awards, es cofundadora de la agrupación Carrera Quinta y ha participado en festivales internacionales. Y Mauricio Arias-Esguerra, pianista y compositor con trayectoria internacional, integrante del Bogotá Piano Trio y colaborador del trompetista Pacho Flores. Estos son solo algunos nombres de un legado pedagógico que ha cruzado generaciones, escenarios y fronteras.
Después de la intervención musical, tomó la palabra Xiomara Suescún, directora del Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella. En su intervención, destacó el valor simbólico de ese momento: no solo se trataba de renombrar una sala, sino de sembrar un gesto de memoria viva, de reconocimiento en vida a una artista que ha marcado la historia cultural del país. Habló del Centro como un espacio que busca construir un país distinto desde las artes, y de cómo acciones como esta resignifican el lugar que las mujeres —y en particular las mujeres afrocolombianas— han ocupado en nuestra historia cultural. Su discurso fue una invitación a seguir nombrando, a seguir recordando, y a celebrar con dignidad los caminos que otras ya han abierto. Las palabras de Suescún dieron paso a algo esperado por todos los asistentes.
Teresita Gómez

La directora del Centro Nacional de las Artes, Xiomara Suescún, le entregó el reconocimiento. Foto:Leo Queen

Teresita Gómez, sentada frente al piano, ofreció un recital íntimo, marcado por la sobriedad y la hondura que han distinguido su trayectoria. El repertorio abrió con la Partita No. 1 en si bemol mayor, BWV 825 de Johann Sebastian Bach —Preludio, Allemande, Courante, Sarabande, Menuet y Gigue—, siguió con el Nocturne Op. 9 No. 1 de Frédéric Chopin, y cerró con dos piezas del repertorio colombiano: el Bambuco en si menor de Adolfo Mejía y Lejano azul de Luis A. Calvo. La atención del público fue absoluta. Mientras ella tocaba, con la destreza de quien lo hace ver fácil, no se escuchaba otra cosa. Había quienes cerraban los ojos y se mecían al ritmo del piano. Otros que no pudieron contener el llanto. En esa sala, durante esos minutos, solo existieron los dedos de la maestra sobre las teclas.
La maestra, ahora sentada frente al piano, nació en Medellín en 1943. Desde muy pequeña, el piano fue su forma de estar en el mundo. Escuchaba desde el pasillo las clases que recibían las niñas del conservatorio y trataba de repetir cada nota de memoria. Su oído absoluto y su sensibilidad la llevaron a recibir sus primeras clases en secreto, en un contexto marcado por el racismo estructural y la discriminación de clase. Aun así, a los diez años ya ofrecía su primer recital. Con el tiempo fue forjando un estilo propio —firme, lírico, profundamente perceptivo— y se convirtió en una de las primeras pianistas en interpretar repertorio colombiano desde una mirada académica, sin perder el vínculo con lo popular. Se abrió así paso en medio de una sociedad que tendía a excluir talentos como el suyo.
Representó a Colombia en escenarios como el Carnegie Hall en Nueva York, la Sociedad Chopin en Varsovia, el Palacio Real de El Pardo en Madrid y el Festival Franz Liszt en Weimar. Fue agregada cultural en Alemania, recibió la Orden de Boyacá, la Medalla Juan del Corral y la Medalla de Oro del Kennedy Center. Con cada interpretación, Teresita Gómez amplió el repertorio, el horizonte y la sensibilidad del país. Su nombre no solo identifica a una pianista excepcional, sino a una figura clave para comprender la historia musical de Colombia.
Hecho el recital, se oficializó el nombramiento: la sala sinfónica del Centro Nacional de las Artes lleva ahora el nombre de Teresita Gómez, en virtud de la resolución 0216 del 23 de mayo de 2025, expedida por el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes y firmada por la ministra Yannai Kadamani. En este espacio —donde resuena la historia y se proyecta el futuro de las músicas del país—, el legado de Teresita Gómez adquiere una dimensión que trasciende lo musical. Porque ella, más que una intérprete virtuosa, ha sido una presencia que ha dignificado el arte con su sola existencia: con su manera de enseñar, con su forma de habitar el mundo desde la escucha y el respeto. Su historia es la de una mujer que ha hecho del piano una ofrenda y de su vida una forma de resistencia serena.

Sigue toda la información de Cultura en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon

Conforme a los criterios de

Logo Trust Project
Saber más
Sugerencias
Alt thumbnail

BOLETINES EL TIEMPO

Regístrate en nuestros boletines y recibe noticias en tu correo según tus intereses. Mantente informado con lo que realmente te importa.

Alt thumbnail

EL TIEMPO GOOGLE NEWS

Síguenos en GOOGLE NEWS. Mantente siempre actualizado con las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en Google News.

Alt thumbnail

EL TIEMPO WHATSAPP

Únete al canal de El Tiempo en WhatsApp para estar al día con las noticias más relevantes al momento.

Alt thumbnail

EL TIEMPO APP

Mantente informado con la app de EL TIEMPO. Recibe las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en tu dispositivo.

Alt thumbnail

SUSCRÍBETE AL DIGITAL

Información confiable para ti. Suscríbete a EL TIEMPO y consulta de forma ilimitada nuestros contenidos periodísticos.