En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí

CLUB VIVAMOS
Suscríbete
Disfruta de los beneficios de El Tiempo
SUSCRÍBETE CLUB VIVAMOS

¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo [email protected] no ha sido verificado. Verificar Correo

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión

Hola, bienvenido

¿Cual es la ciudad colombiana clasificada como la más peligrosa del mundo?
¿Cómo va el juicio al expresidente Álvaro Uribe?
¿Accidente de bus en Calarcá?
Frío inusual en Bogotá explicado por el Ideam

¿Quién decide cuándo una mujer es bruja, santa o prostituta?

Santiago Roncagliolo regresa a la Lima inquisitorial, en 'El año en el que nació el demonio'.

Santiago Roncagliolo (Lima, 1975) ganó con ‘Abril Rojo’el Premio Alfaguara de Novela 2006.

Santiago Roncagliolo (Lima, 1975) ganó con ‘Abril Rojo’el Premio Alfaguara de Novela 2006. Foto: EFE

Alt thumbnail

Actualizado:

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon
 A lo largo de la historia, las mujeres siempre se las han ingeniado para salirse con la suya. En medio del asfixiante sometimiento machista, lograron desarrollar, entre otras cosas, su famoso “sexto sentido”, para salir airosas y victoriosas en todos los terrenos posibles.
En su nueva novela 'El año en el que nació el demonio', el escritor peruano Santiago Roncagliolo se mete el corazón de la inquisición machista y autoritaria de la Lima del siglo XVII, pero dándole una vuelta de tuerca: ¿qué pasaba y cómo vivían las mujeres en medio de esa sociedad?
El ganador del Premio Alfaguara de Novela 2006 se monta en una desafiante novela histórica de largo aliento (más de 500 páginas), que trae una época barroca y compleja al siglo XXI con una voz y una estructura ágil, acorde para el lector de hoy.
Para ello, da vida al inquisidor Alonso Morales quien, en clave epistolar, les relata a sus superiores del Santo Oficio el nacimiento de una extraña criatura de dos cabezas, lengua bífida y ocho extremidades. El hecho ocurre en un monasterio de novicias. Ahí aparece en escena otra mujer de nombre Rosa, que dice que puede hablar con Dios y con el Diablo.
Tal como anota el autor y columnista, los noviciados se convirtieron entonces en lugares que acogían, además de religiosas devotas, mujeres vanguardistas, que no encajaban en la figura de la esposa complaciente. Deseosas de escribir, cantar o simplemente conquistar su propia libertad.
Novela 'El año en que nació el demonio', editada por Seix Barral.

Novela 'El año en que nació el demonio', editada por Seix Barral. Foto:archivo particular

Comenta que la idea inicial de la novela rondaba alrededor de las brujas…
Siempre exploro las figuras que nos dan miedo. Es mi manera de trabajar: terroristas, pederastas, asesinos… Me interesa la humanidad de los monstruos. Las emociones que conducen a personas normales a hacer cosas brutales. Esta vez, me interesaba la figura de la bruja: ¿qué es una bruja? ¿Cómo una mujer se convierte en una?
¿Por qué termina ubicando la trama en la Lima del siglo XVII?
Es el momento en que se consolida el virreinato, con su correspondiente sistema de creencias. O sea, cuando se empieza a perseguir a las brujas. Pero cuando empecé a investigar, encontré mucho más que eso: un universo espectacular, teñido de realismo mágico gótico: demonios, flagelaciones, infiernos, ataques de piratas, rebeliones de esclavos. Era un crimen no ambientar una novela ahí.
¿Qué curiosidades encontró durante la documentación para esta novela?
Me fascinó descubrir que el concepto de bruja fue acuñado para culpar a las mujeres de los miedos de los hombres. El Malleus Maleficarum, un tratado sobre el tema del siglo XV, dice en algunos pasajes: “si yaces con una bruja y no tienes potencia genital, no es tu culpa. Es culpa de la bruja. Si el demonio te posee y procreas un hijo en el vientre de una mujer, no es hijo tuyo, sino del demonio”. El catolicismo detestaba el sexo, y diseñó todo un sistema mítico para castigar por él a la mujer.
Precisamente, luego de leer tantos documentos en español de la época, ¿cómo da con el tono de la novela?
No quería una mirada del siglo XXI en un decorado del XVII. Quería que el lector viese la historia como la habría visto un personaje de su tiempo. Así que concebí la novela como una carta del inquisidor Alonso Morales a sus superiores en el Santo Oficio de España, en la que les explica los hechos en sus propios términos. Para recrear su lenguaje, leí los procesos contra brujas que aún se conservan en los archivos históricos. Alonso tiene que dar cuenta de una investigación oficial. Solo que el sospechoso de la investigación es el diablo mismo.
¿Cómo está estructurada la historia?
No pensaba que sería una novela tan larga, pero el siglo XVII ha sido muy poco tratado en la literatura. De hecho, encontré muchos libros de historia para investigar, pero casi ninguna novela. Así que había mucho que contar. No dejaba de preguntarme ¿Por qué nadie ha narrado todo esto antes?
Detrás de esa idea de las brujas o del “posible” nacimiento del diablo, está implícita la idea de por qué las personas se convierten en monstruos. ¿Era algo sobre lo que te interesaba reflexionar?
Siempre. Creo que llamamos monstruos a los que son diferentes por su origen, su aspecto, su cultura o su sexualidad. Al comienzo de la novela, Alonso tortura a esos que no entiende en nombre de Dios. Su proceso es descubrir que no son muy distintos de él mismo, que los supuestos engendros están hechos de las mismas emociones y miedos que sus perseguidores. De hecho, Alonso irá descubriendo que sus jefes son aún más monstruosos que sus perseguidos.
Es curioso que la mujer entonces era vista como la mala. ¿Por qué?
La religión católica se funda en el mito de Eva: la idea de que fuimos expulsados del paraíso por culpa de una mujer. En esta cultura, la mujer es sospechosa desde el minuto uno. Pero además, el virreinato mismo dependía de los linajes: su obsesión era que la gente tuviese los hijos que “debía” con quien debe, para perpetuar el sistema. Y en ese tiempo, era posible saber quién era la madre de cada persona, pero no el padre. De modo que la represión se dirigió con mucha más fuerza contra las mujeres, a quienes se podía castigar con más seguridad por las “desviaciones”.
En las sociedades machistas siempre ha flotado esa idea de que la culpa recae en la mujer…
De hecho, cuando una mujer sufre una violación, aún se escuchan voces preguntando cómo iba vestida, o si había bebido, algo que más bien cabría preguntarle al violador. Los abogados de los acusados de delitos sexuales aún buscan fotos de las víctimas sonriendo o teniendo una vida normal después del crimen, para argumentar que lo disfrutaron, incluso lo provocaron. Como ese, muchos de los prejuicios de nuestras sociedades –la misoginia, el racismo– se fundaron alrededor del siglo XVII. Mientras escribía la novela, frecuentemente me parecía estar hablando de la actualidad.
"En ese mundo, las mujeres sólo tenían un destino posible: ser esposas. Si una mujer quería ser cualquier otra cosa –devota, lesbiana, cantante, escritora, sexualmente activa– se iba al convento".
La novela está poblada de abadesas, monjas y otras mujeres. ¿Siente que esta novela le permitió hablar de ese mundo “secreto” pero vanguardista que se vivía en el interior de los conventos de religiosas?
En ese mundo, las mujeres sólo tenían un destino posible: ser esposas. Si una mujer quería ser cualquier otra cosa –devota, lesbiana, cantante, escritora, sexualmente activa– se iba al convento. Pero muchos conventos se convirtieron en repúblicas liberadas de mujeres, que eran mucho más dueñas de su vida entre esos muros que las que vivían afuera de ellos. Hubo conventos que el ejército desocupó por la fuerza para detener los escándalos de las monjas. Es uno de esos el que inspiró al de mi novela.
En el libro plasma, dentro de la trama, esa idea de la diferenciación de la “bruja” y la “santa”. ¿Cómo se daba eso?
Uno de los personajes de la novela es Santa Rosa, con su biografía real. Tras su muerte, a ella la canonizaron. Pero a muchas de sus seguidoras, por hacer las mismas cosas, las condenaron por brujería. De hecho, no había un modo “científico” de distinguir a una mujer que habla con Dios y hace milagros… de otra que habla con el demonio y hace hechizos. La decisión quedaba a la discreción del obispo o el inquisidor, es decir, en manos de hombres.
¿Quién fue Santa Rosa?
Me gustan los personajes misteriosos, y hay pocas mujeres más misteriosas que Santa Rosa ¿Es una santa? ¿Una bruja? ¿Una perturbada? ¿Una mujer ambiciosa dispuesta a todo para hacerse popular? ¿Una valiente que decidió vivir a su manera? El inquisidor Alonso Morales se lo pregunta durante toda la novela, y con él yo, y los lectores.
Y con ella aparece también Jerónima, la única monja negra…
Eso es un detalle hermoso. Solo las blancas podían ser monjas. Pero una mujer de otro color de piel podía ser aceptada en un único caso: si cantaba bien. En el coro, las monjas alzaban su voz a Dios. Si esa voz era bella, Dios las escucharía mejor. Jerónima accede así a los hábitos, pero eso solo la reafirma en la certeza de que nunca dejará de ser una esclava, porque la marca de su esclavitud es su propia piel.
A pesar de vivir fuera, siempre regresa a su Perú natal, no importa la época...
En realidad, esta novela ocurre en España. Eso era España en ese momento. Y a veces, parece que podría volver a serlo. Mi libro anterior, Lejos, habla de latinoamericanos en Europa. La novela Y líbranos del mal está ambientada en el Perú, pero vista a través de los ojos de un extranjero. Mis últimos libros trazan un territorio más amplio para mi identidad. No olvidan que provengo del Perú, pero no se limitan a eso.
¿De qué nivel era la corrupción de esa época?
La corrupción era tan esencial al sistema que ni siquiera existía como concepto. En primer lugar, porque el poder no emanaba de los ciudadanos, sino de Dios, o de sus representantes en la tierra, los reyes. De modo que un virrey solo estaba bajo control efectivo de sus amigos y parientes, o sea, sus cómplices. En segundo lugar, porque al tomar el poder, colocaba a su propio séquito de amigos y parientes en todos los cargos públicos. Hoy llamamos corrupción al uso privado de recursos públicos. En ese tiempo, la distinción entre lo público y lo privado, simplemente, no se hacía.
Roncagliolo ha vivido en México, el Perú y España, y ha trabajado como periodista.

Roncagliolo ha vivido en México, el Perú y España, y ha trabajado como periodista. Foto:EFE

Esto nos permite hablar de esa corrupción eterna que se enquista en América Latina. ¿Cuál es su lectura?
Creo que la pandemia rompió el sueño de la democracia liberal tal y como se instituyó en los años noventa. En los últimos años, creemos menos en la democracia, porque no ha cumplido sus promesas de igualdad y desarrollo. El problema es que la democracia es el único sistema en que no se considera “malo” al que piensa diferente. Sin ella, regresamos a la idea de que unos son buenos y los demás –los diferentes– representan una amenaza que debe ser silenciada. En suma, al siglo XVII.
Uno siente que la situación de la región en lugar de mejorar empeora…
No soy tan pesimista. Creo que en todas las generaciones se ha dicho que los jóvenes carecen de valores. Lo que ocurre es que los valores cambian. Y sólo en democracia –con independencia de poderes, con libertad de expresión– se pueden gestionar esos cambios sin violencia.
¿Qué tan vigente siente hoy la influencia religiosa en la política?
Las religiones tienen cada vez más poder político, porque articulan grandes masas de votantes. Las iglesias deciden la victoria de líderes como Trump o Bolsonaro. Mucho de la extrema derecha actual desconfía de la ciencia: niega la efectividad de las vacunas o el cambio climático. La religión les ofrece un marco conceptual que no requiere fundarse en la razón.
Con esta proliferación de las redes, el capitalismo, la inteligencia artificial y los extremos ideológicos. ¿Podríamos hablar de una nueva “inquisición”?
Hay muchas inquisiciones en las redes sociales. Cada identidad tiene la suya. Nos gusta formar parte de una masa. Es reconfortante y brinda seguridad. Pero para eso debemos silenciar a los que piensan diferente, aunque sea por agotamiento.
Hablemos de esa otra faceta suya de escritor de guiones y otros formatos. ¿Anda trabajando en alguna película?
Ahora mismo se acaba de anunciar un proyecto en el que trabajo con El Deseo, la productora española de Pedro Almodóvar, el productor de Argentina 1985 y la peruana Tondero. Es una historia muy poderosa con un equipo de lujo, pero no puedo decir mucho más que eso.
¿Cree que se está haciendo una narrativa innovadora en las series?
Creo que las grandes novelas del siglo XXI se están contando en imágenes. La gente busca en los libros explicaciones a sus dilemas nacionales o voces más íntimas y reflexivas. En cambio, el audiovisual atraviesa las fronteras con una potencia y una velocidad que ninguna tecnología había tenido antes. Me fascina formar parte de eso.
CARLOS RESTERPO
REDACCIÓN CULTURA
EL TIEMPO

Sigue toda la información de Cultura en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon

Conforme a los criterios de

Logo Trust Project
Saber más
Sugerencias
Alt thumbnail

BOLETINES EL TIEMPO

Regístrate en nuestros boletines y recibe noticias en tu correo según tus intereses. Mantente informado con lo que realmente te importa.

Alt thumbnail

EL TIEMPO GOOGLE NEWS

Síguenos en GOOGLE NEWS. Mantente siempre actualizado con las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en Google News.

Alt thumbnail

EL TIEMPO WHATSAPP

Únete al canal de El Tiempo en WhatsApp para estar al día con las noticias más relevantes al momento.

Alt thumbnail

EL TIEMPO APP

Mantente informado con la app de EL TIEMPO. Recibe las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en tu dispositivo.

Alt thumbnail

SUSCRÍBETE AL DIGITAL

Información confiable para ti. Suscríbete a EL TIEMPO y consulta de forma ilimitada nuestros contenidos periodísticos.

Mis portales