Para llegar a Ginebra, en el corazón del Valle del Cauca, hay que desviarse de la carretera central entre Palmira y Buga. Ese camino, lleno de árboles gigantes, va llevando a esta población fundada en 1909, célebre por sus restaurantes donde el
sancocho, las tostadas y el atollao alcanzan niveles insospechados, y donde desde hace 49 años se realiza el
Festival de Música Andina Mono Núñez, el más importante del país.
Este 2023 es la antesala para la celebración de las bodas de oro del encuentro que se realiza desde 1974 y le hace homenaje a Benigno ‘Mono’ Núñez, un gran intérprete de la bandola y músico autodidacta que le imprimió a la interpretación de ese instrumento una calidad y un sonido únicos. El Mono nació en Ginebra el 6 de junio de 1897 y murió allí mismo el 31 de diciembre de 1991.
En total, 28 grupos y solistas llegan a la competición, que comienza hoy e irá hasta el 11 de junio. Se inscribieron 70 de todo el país y, como dice Bernardo Mejía Tascón, presidente ejecutivo de Funmúsica, “cada año la calidad es mejor”.
Mejía recalca que cada vez llegan músicos más jóvenes. “Niños de 13, 14 y 15 años, como los de El Convite José Benigno Núñez, un grupo de Boyacá que el año pasado ganó el premio a la mejor tiplista acompañante para Juliana Fonseca Ortiz, de 12 años, estudiante de la Escuela de Música de Tunja, y se convirtió en la primera ganadora de un proceso formativo de infancia en la música”.
Pero también es relevante que los cantantes e intérpretes lleguen con formación de academia, lo que hace más competitivo el concurso.
Los participantes concursan en las categorías vocal (con o sin acompañamiento instrumental) e instrumental. El apartado vocal tiene tres modalidades: solistas hasta con un máximo de 5 acompañantes, duetos y tríos, y grupos. Mientras, el instrumental incluye solistas sin acompañamiento, dúos y tríos, y grupos con cualquier clase de instrumentos que acepte el concurso.
Este año y debido a los arreglos del coliseo deportivo, muchas actividades se llevarán a cabo en las zonas aledañas a la plaza de mercado. El Mono Núñez tendrá también su gran carpa, en la que se llevarán a cabo distintos encuentros y conciertos el fin de semana, desde las 9 a. m., “lo que convierte al festival en un plan para toda la familia”.
Ginebra, con sus habitantes que quieren el festival que realiza Funmúsica, se convierte, como cada año, en un hotel, porque en las casas se alquilan habitaciones para todos.
“Detrás del niño o la niña que toca bandola viene una familia”, dice Mejía. Y también llegan extranjeros: visitantes de España, Holanda, México, a los que colombianos residentes en esos países les hablan del festival y quieren conocer las músicas andinas colombianas.
“Hay un nivel de compromiso muy grande, tanto de la organización como de los ginebrinos y sus autoridades”.
Mejía agrega que el Mono Núnez nació con buena estrella y muy pronto se hizo
famoso en el país. “Alguna vez, hablando con Frank Solano, del programa La red, me contaba que allá en Distracción, La Guajira, donde nació y vivió su adolescencia, sus padres ponían los fines de semana bambucos y pasillos, y él se aficionó a estas músicas y a conocer el Mono Núñez".
Este año, el festival se vuelve a transmitir por internet y “le enviará un mensaje musical muy poderoso al país: la cada vez mejor interpretación de los sonidos andinos, que sin perder su esencia se convierten en grandes propuestas musicales”.
Informes en la página www.festivalmononuñez.com
Más noticias de cultura