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Prebióticos vs. probióticos: cuál es la diferencia y qué alimentos los contienen
Es importante entender que ambos cumplen funciones diferentes pero complementarias en el cuerpo.
Estos microorganismos forman parte de la microbiota intestinal y ayudan a equilibrar las bacterias buenas y malas en el intestino. Foto: iStock.
La alimentación es fundamental para el bienestar general del cuerpo, y en particular, para el buen funcionamiento del sistema digestivo. En este contexto, los prebióticos y probióticos han tomado relevancia como elementos esenciales para mantener un equilibrio saludable en la flora intestinal.
Aunque frecuentemente se mencionan juntos, es importante entender que ambos cumplen funciones diferentes pero complementarias en el cuerpo.
Los prebióticos son un tipo de fibra que el cuerpo humano no puede digerir. A diferencia de otros nutrientes que son procesados en el estómago o los intestinos, los prebióticos pasan intactos hasta llegar al intestino grueso, donde se convierten en alimento para las bacterias beneficiosas que habitan en el tracto digestivo.
Según Mayo Clinic, estos compuestos son clave para promover el crecimiento de microorganismos saludables, los cuales juegan un rol esencial en la digestión y en la correcta absorción de nutrientes.
Entre las fuentes más comunes de prebióticos se encuentran las frutas, verduras y cereales integrales. Estos alimentos son ricos en fibras como la inulina y los fructooligosacáridos (FOS), los cuales nutren la microbiota intestinal.
Además, favorecen la producción de ácidos grasos de cadena corta, como el butirato. Este ácido graso desempeña un papel clave en la salud del colon, ya que tiene propiedades antiinflamatorias.
Los probióticos, en cambio, son microorganismos vivos, principalmente bacterias y levaduras, que, según los Institutos Nacionales de Salud (NIH), aportan beneficios a la salud cuando se consumen en cantidades adecuadas.
Estos microorganismos forman parte de la microbiota intestinal y ayudan a equilibrar las bacterias buenas y malas en el intestino. Mantener este equilibrio es crucial para una buena digestión, fortalecer el sistema inmunológico y prevenir trastornos gastrointestinales.
¿Qué diferencias hay entre los prebióticos y los probióticos?
Aunque los prebióticos y probióticos son esenciales para la salud intestinal, existen diferencias importantes entre ambos:
En cuanto a su función principal, los prebióticos sirven como alimento para las bacterias saludables que ya están presentes en el intestino, mientras que los probióticos son organismos vivos que ayudan a equilibrar la flora intestinal.
En términos de composición, los prebióticos son fibras vegetales no digeribles que estimulan el crecimiento de bacterias beneficiosas en el intestino. Por otro lado, los probióticos son bacterias vivas que deben llegar al intestino en cantidades adecuadas para proporcionar beneficios a la salud.
Las fuentes alimentarias también difieren. Los prebióticos se encuentran en alimentos ricos en fibra, como las frutas y verduras, mientras que los probióticos se encuentran principalmente en alimentos fermentados o en forma de suplementos.
Beneficios de los prebióticos y probióticos
De acuerdo con 'Medical News Today', tanto los prebióticos como los probióticos son fundamentales para mantener una microbiota intestinal equilibrada, lo que genera varios beneficios para la salud.
El ajo, la cebolla y los puerros son excelentes fuentes de fructooligosacáridos. Foto:iStock.
Uno de los principales beneficios es la mejora en la digestión. Los prebióticos facilitan el tránsito intestinal al servir de alimento para las bacterias beneficiosas que ayudan en el proceso digestivo. Los probióticos, por su parte, contribuyen a equilibrar la microbiota intestinal, previniendo trastornos como el estreñimiento o la diarrea.
Además, ambos refuerzan el sistema inmunológico. Un intestino saludable es esencial para el buen funcionamiento del sistema inmune. Al mantener un equilibrio adecuado de bacterias buenas, los prebióticos y probióticos ayudan a prevenir infecciones y a reducir la inflamación.
Por último, mejoran la absorción de nutrientes. La microbiota intestinal juega un papel crucial en la absorción de vitaminas y minerales, y al promover un ambiente intestinal saludable, tanto prebióticos como probióticos aumentan la biodisponibilidad de estos nutrientes esenciales.
Alimentos ricos en prebióticos
Los prebióticos se encuentran de forma natural en diversos alimentos vegetales ricos en fibra. Según WebMD, algunos ejemplos comunes incluyen la avena, que es rica en betaglucano, una fibra prebiótica que favorece el crecimiento de bacterias saludables.
Los plátanos contienen inulina, una fibra que estimula la producción de butirato en el intestino. El ajo, la cebolla y los puerros son excelentes fuentes de fructooligosacáridos (FOS), que promueven el crecimiento de bifidobacterias en el colon.
La raíz de achicoria tiene un alto contenido de inulina, que apoya la flora intestinal. Las alcachofas y los espárragos también son ricos en inulina.
De acuerdo a un estudio publicado en ASM Journals, incorporar estos alimentos a la dieta ayuda a mantener una flora intestinal saludable, ya que crean un entorno óptimo para el crecimiento de bacterias beneficiosas que, junto con la fibra prebiótica, producen butirato, un ácido graso de cadena corta.
Alimentos ricos en probióticos
Los probióticos, por otro lado, se encuentran en una variedad de alimentos fermentados. Según WebMD, el yogur es una de las fuentes más comunes, siempre que contenga cultivos vivos y activos.
El kéfir, una bebida fermentada de leche o agua, es rica en diversas cepas de bacterias y levaduras beneficiosas. El chucrut, un repollo fermentado, aporta probióticos si no ha sido pasteurizado.
El kimchi, un plato fermentado coreano, es otra fuente de bacterias probióticas, al igual que el té de kombucha, una bebida fermentada a base de té negro o verde. Para obtener los beneficios, es fundamental que estos alimentos no hayan sido pasteurizados, ya que el proceso elimina las bacterias vivas.
De acuerdo con HealthLine, algunos alimentos como el queso, el kéfir y el chucrut pueden considerarse simbióticos, ya que contienen bacterias beneficiosas y una fuente prebiótica de fibra que alimenta a esas bacterias.
Esta combinación mejora aún más la salud intestinal y favorece el equilibrio de la microbiota, optimizando tanto la salud digestiva como la general. Incorporar alimentos que contengan ambos componentes es una excelente estrategia para mejorar el bienestar intestinal.
*Este contenido fue hecho con la asistencia de la inteligencia artificial, basado en información de La Nación Argentina (GDA). Contó con la revisión del periodista y un editor.