La insólita historia del hombre que duró 80 años sin comer ni tomar nada

¿Alguna vez se ha llegado a imaginar cuando tiempo podría vivir sin tomar o comer algún alimento? Según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, un persona puede sobrevivir “sin comida ni bebida en un lapso de tiempo de 8 a 21 días”. Sin embargo, en India existió un hombre con un extraña habilidad y afirmó que pasó 80 años sin alimentos, ni agua.

Se trata de Prahlad Jani, también conocido como Chunriwala Matiji o Mataji, era un monje de la india que afirmó no haber comido ni bebido desde 1940. El 26 de mayo del 2020 falleció a 91 años y según el relato de sus vecinos, fue debido a la vejez. Durante años, este hombre desconcertó a los científicos y médicos con su existencia, pues no explicaban como podía sobrevivir.

Prahlad Jani provenía de la aldea de Charada, en el estado occidental de Gujarat. Era conocido por lucir su cabello y su barba larga, además vestía de rojo y usaba un arete en la nariz al estilo de las diosas hindúes.

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En el 2003, el hombre le comentó a AFP que cuando tenía siete años dejo su casa y se fue a vivir al monte. A la edad de 12 años se convirtió en devoto de la deidad hindú Amba y se empezó a vestir como ella, con su vestido rojo, joyas, y su cabello hasta los hombros. Jani afirmó que hacía esto porque la diosa le dio agua que fluyó a través de un agujero en su paladar, lo que le permitió pasar días sin comer o beber.

Según los medios internacionales, en el 2003 el Dr. Sudhir Shah y otros médicos de los Hospitales Sterling en Ahmedabad, India, monitorearon a Jani durante diez días. Para esto lo recluyeron en una habitación con la puerta cerrada. Durante ese periodo de tiempo, el hombre no orinó ni defecó. Según un representante del hospital, el monje era normal; sin embargo, tenía un agujero en el paladar, algo que era extraño.

Tiempo después, en el 2010, el Dr. Sudhir Shah y un equipo de 35 investigadores del Instituto de Fisiología y Ciencias Afines de la Defensa de la India (Dipas), así como otras instituciones, observaron y probaron a Prahlad Jani, pues su cado podría ayudar a la humanidad, así como a los soldados, víctimas de tragedias y astronautas, quienes tienen que soportar lagos períodos de tiempo sin comer o beber, afirmó el director de Dipas.

En ese entonces, el monje fue sometido a controles clínicos diarios, análisis de sangre y exploraciones por parte del equipo. Además, utilizaron varias cámaras de circuito cerrado de televisión y observación personal para realizar vigilancia las 24 horas. Jani solo salía de las cámaras cuando le iban a realizar pruebas o cuando salía a tomar el sol.

Después de quince días, todos los exámenes médicos de jani fueron normales y aparentemente durante ese tiempo no comió, bebió o fue al baño. Una de las conclusiones de los investigadores fue que su cuerpo mostraba un tipo extremo de adaptación al ayuno, lo que se evidenciaba en los niveles de leptina y grelina, dos hormonas relacionadas con el apetito.

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En ese mismo año, Dipas anunció que le realizarían más investigaciones, incluidas indagaciones sobre cómo se eliminan los desechos metabólicos del su cuerpo. Además, del hecho de averiguar donde recibía su energía y como mantiene su estado de hidratación.

Sin embargo, las afirmaciones de Jani y la metodología del doctor Shah fueron criticadas en números ocasiones, al igual que los resultados de la investigación que aseguraban que podía “vivir del aire”.

Una de las personas que señaló que esto era imposible fue el Dr. Michael Van Rooyen, jefe de la Iniciativa Humanitaria de Harvard, quién afirmó que el cuerpo de las personas extremadamente desnutridas devoran rápidamente los recursos del propio cuerpo, lo que ocasiona una insuficiencia renal/ hepática, taquicardia y problemas cardíacos.

Por otro lado, un porta voz de la Asociación Dietética Estadounidense no estuvo de acuerdo con la investigación y acusó a los médicos de “hacer trampa” al permitir que Jani comiera a escondidas en los puntos ciegos de las cámaras, la posibilidad de recibir visitas de sus seguidores o abandonar la habitación para tomar baños de sol, además de tener sesiones de baño y el poder hacer gárgaras con enjuague bucal que no habrían sido lo suficientemente vigiladas.

Hasta el día de hoy este caso sigue siendo un misterio, y nunca se puedo comprobar con claridad si Jani si podía vivir sin comer ni beber.

DANIELA LARRARTE ASAAD

REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL

EL TIEMPO