Las 9 frases con las que puede darse cuenta si alguien quiere manipularlo

Prácticamente cualquiera es capaz de detectar señales de manipulación cuando una persona intenta influir en las decisiones y actos de los demás de una manera directa. Pero hay quienes controlan a los otros de una forma mucho más sutil, y existen ciertas frases, muchas de uso común, que suelen emplear justamente para lograr sus fines.

Existen manipuladores psicológicos que dominan a la perfección las técnicas para confundir a los demás, el problema es que muchas veces no somos capaces de detectarlos debido a que son hábiles con las palabras y con las estrategias que utilizan, por lo que poco a poco van adquiriendo una posición de poder y son capaces de condicionar la actitud de los otros con la intención de obtener un beneficio propio, lo que, a la larga, termina por ser perjudicial para la víctima, afectando su autoestima e incluso llevando a problemas más graves como ansiedad o depresión.

Si cree que podría estar siendo manipulado, la doctora Cortney Warren, psicóloga formada en Harvard, que se especializa en relaciones, comparten cuáles son las nueve frases que indican que está al lado de un manipulador:

Una de las técnicas más claras de los manipuladores es intentar cuestionar la cordura del otro, por lo que hacen comentarios directos que intentarán afectar su perspectiva o racionalidad.

Esta es una frase común, pero una persona que la utiliza constantemente está acusando al otro de ser exagerado y dramático para descartar sus preocupaciones y argumentos.

Después de haber hecho comentarios hirientes usualmente un manipulador le resta importancia a sus críticas o amenazas, esto con la intención de hacerlo dudar si está siendo demasiado sensible.

Una persona manipuladora nunca tomará responsabilidad sobre lo que hace o dice, por lo que transfiere la culpa a los demás.

Suelen mencionar esta frase cuando la persona se da cuenta de la manipulación e intenta establecer límites, esto es para hacer sentir culpable al otro.

Esta también es una frase común para justificar sus comentarios agresivos, diciendo que en realidad lo hacen porque la otra persona les importa.

Nuevamente, una persona manipuladora no es capaz de hacerse responsable por sus actos por lo que busca la manera de transferir la culpa a los demás.

Aunque esa afirmación no sea cierta, es otra técnica que utilizan para hacer dudar a la otra persona acerca de su propio juicio y hacerle creer que se encuentra sola.

Lo que intentan es desviar la atención hacia sí mismos y cambiar el tema, de manera que, nuevamente, no se hagan responsables sobre lo que están diciendo.