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La planta que sustituye la sal en las comidas y es muy saludable: reduce la presión arterial y mejora la salud ósea
● Gracias a su contenido de antioxidantes y a la liberación de alicina, este es un compuesto con propiedades antibióticas.
● Aporta un toque aromático y picante a las comidas, además de brindar beneficios para la salud.
Reducir el consumo de sal en las comidas es una de las principales recomendaciones de los organismos de salud pública para evitar enfermedades cardiovasculares.
Aunque este condimento realza los sabores y cumple funciones importantes en la cocina, su uso excesivo se vincula con diversos problemas, entre ellos la hipertensión arterial. Ante esto, surge una alternativa natural que no compromete el gusto: una planta conocida y accesible.
Una planta al servicio del sabor y la salud
Entre las opciones más saludables para disminuir la dependencia de la sal en la cocina, el ajo se destaca como una solución efectiva. Esta planta, emparentada con la cebolla, es conocida por su sabor distintivo y su amplio uso en la medicina tradicional.
El sitio Healthline explica que el ajo puede incorporarse en diversas preparaciones, como salsas, adobos y sopas, y mantiene el sabor sin necesidad de añadir sal. Además de su valor culinario, el ajo posee una serie de propiedades beneficiosas para el organismo.
El ajo es uno de los condimentos más utilizados en la cocina. Foto:iStock
Beneficios del ajo para la salud
Uno de los principales componentes activos del ajo es la alicina, que se libera al triturarlo o picarlo. Según un artículo de Medical News Today, este compuesto tiene propiedades antibióticas y ayuda a combatir infecciones bacterianas. Asimismo, el ajo:
Contribuye a reducir la presión arterial.
Disminuye el colesterol LDL o “malo”, promoviendo la salud del corazón.
Protege el hígado frente al daño que puede causar el etanol, presente en las bebidas alcohólicas.
Apoya la pérdida de peso debido a su bajo contenido calórico.
Previene enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer gracias a su concentración de antioxidantes.
Mejora la salud ósea al disminuir el estrés oxidativo.
Preste mucha atención a las comidas si tiene presión alta. Foto:iStock
Reemplazar la sal con ajo no solo permite conservar el sabor característico de las comidas, sino que también aporta múltiples beneficios a largo plazo.
Usarlo como parte de una estrategia de alimentación consciente ayuda a controlar el sodio y promueve una mejor calidad de vida. Como se indica en Healthline, “es posible integrarlo a salsas de tomate, adobos y sopas, sin perder sabor”, lo que lo convierte en una herramienta versátil y saludable para el hogar.
La sal común, compuesta por sodio y cloruro, interviene en funciones corporales esenciales como el equilibrio de líquidos, la actividad nerviosa y muscular. Sin embargo, según la Asociación Americana del Corazón, “su ingesta desmedida puede provocar hipertensión arterial, factor de riesgo para desarrollar enfermedades cardiovasculares”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere limitar el consumo diario de sal a un máximo de 5 gramos en adultos, mientras que en los niños se debe evitar. En línea con esta advertencia, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) indica que “una dieta alta en sal incrementa el riesgo de padecer cáncer de estómago, empeora el asma, provoca osteoporosis, cálculos renales e insuficiencia renal”.
Incluso los distintos tipos de sal disponibles en el mercado —ya sea marina, refinada, kosher o del Himalaya— contienen niveles similares de sodio, por lo que su sustitución no implica necesariamente una mejora si no se reduce la cantidad.
El consumo de sal debe ser regulado. Foto:iStock
¿Cuánto demora el cuerpo en eliminar el exceso de sal?
Los riñones cumplen una función esencial en el equilibrio del organismo, al encargarse de filtrar los líquidos y expulsarlos mediante la orina. No obstante, cuando hay una cantidad elevada de sal en el cuerpo, estos órganos pueden verse sobrecargados, lo que afecta su funcionamiento y compromete su salud con el tiempo.
De acuerdo con el portal Corazón sano, cuando el sistema acumula demasiada sal, los riñones tardan más en eliminarla. Esta tarea se torna aún más compleja si existe alguna alteración en su funcionamiento o si la persona padece enfermedades crónicas como la insuficiencia renal. En tales casos, la eliminación del cloruro de sodio se vuelve más lenta y difícil.
No existe un plazo exacto para que el cuerpo se libere por completo del sodio, ya que este proceso depende del estado de salud de cada individuo. Sin embargo, ciertas acciones pueden contribuir a agilizar la eliminación. Una de las recomendaciones más efectivas es aumentar el consumo de agua. Tomar entre uno y dos litros diarios favorece el trabajo de los riñones y facilita el filtrado del exceso de sal.
Asimismo, la actividad física regular es una aliada importante, ya que permite liberar sodio a través del sudor. Según especialistas, el cuerpo puede demorar unas 24 horas en eliminar un cuarto de cloruro de sodio. Sin embargo, el proceso completo podría extenderse entre 48 y 72 horas, dependiendo de cada caso.
*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en la información publicada por El Universal (GDA), y contó con la revisión de la periodista y un editor.