En los últimos días se reveló la identidad de los tres artistas que fueron hallados muertos en lo que se ha denominado una ‘sobredosis colectiva’ en Los Ángeles, Estados Unidos.
Las víctimas fueron identificadas como el músico José Luis Vásquez, conocido por su trabajo en el proyecto Soft Moon y su colaboración con la banda Interpol, el famoso DJ John Juan Méndez, alias Silent Servant, y la destacada diseñadora de moda Simone Ling.
El miércoles pasado, la esposa de José Luis Vásquez, Marion, preocupada por la falta de respuesta a sus llamadas, alertó a las autoridades, lo que llevó a la terrible escena en un apartamento de Los Ángeles.
En el lugar se encontraron pruebas de consumo de drogas, y las sospechas apuntan a una sobredosis de fentanilo, un potente analgésico opioide sintético conocido coloquialmente como la ‘droga zombie’.
José Luis Vásquez, de 44 años, era un músico con una carrera enfocada en la experimentación dentro del género post-punk/darkwave. Había colaborado con renombradas bandas como Depeche Mode, Interpol y Mogwai.
Su talento lo llevó a programar una serie de espectáculos y festivales en Europa, que tenía previsto realizar a partir de febrero en países como Dinamarca, Georgia, Turquía y Grecia.
John Juan Méndez, de 46 años, destacaba en la escena techno de Los Ángeles bajo su nombre artístico Silent Servant. EsteDJ, de origen guatemalteco, dejó una huella en el mundo de la música electrónica y formó parte del colectivo Sandwell District.
Su partida ha sido lamentada por la comunidad musical, que reconoce su legado en el techno, darkwave e industrial.
Simone Ling, de 43 años, era una exitosa consultora de moda y productora de contenidos que desafiaba las normas de belleza y expresión de género a través de su marca Parallel Distortion, lanzada en 2012.
Sus innovadores diseños fueron presentados en prestigiosas revistas de moda como Vogue Paris, Harper's Bazaar UK, WWD China y Elle Japan. La partida prematura de Ling deja un vacío en la industria de la moda y el arte.
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*Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en la información del sitio oficial de O Globo, y contó con la revisión de la periodista y un editor.