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Joven de 25 años creyó que por su edad era ‘imposible’ tener cáncer, pero un síntoma clave la llevó a buscar atención médica: ‘Todo se me vino abajo’
● A los 25 años, Dalma Santillán, de Argentina, detectó un nódulo en su mama durante un autoexamen.
● Tras varias demoras y obstáculos por el sistema de salud, finalmente le diagnosticaron un carcinoma.
Durante mayo de 2020, en Argentina, Dalma Santillán, una joven de 25 años residente en Rosario, se realizaba su habitual autoexamen mamario.
A pesar de su corta edad y de no contar con antecedentes familiares de cáncer de mama, esa vez notó algo inusual: un nódulo.
En un primer momento, minimizó la situación. Le parecía improbable que algo tan serio le pudiera estar ocurriendo a ella. No obstante, un cambio físico persistente terminó por alarmarla: estaba bajando de peso sin causa aparente. Fue esa señal la que terminó por motivarla a actuar.
Obstáculos para acceder a un diagnóstico
Tras separarse de su pareja, Dalma decidió regresar a Calchaquí, su pueblo natal en la provincia de Santa Fe (Argentina). Allí, su situación se complicó.
“No podía conseguir turno en el hospital zonal porque no contaba con el último recibo de sueldo y tampoco me daban la baja de la obra social porque todavía seguía casada, y en los hospitales públicos no me atendían porque la prioridad eran los casos de covid”, explicó.
La oportunidad llegó en octubre, cuando se llevó a cabo una campaña local sobre la Lucha contra el Cáncer de Mama. Logró acceder a una consulta con una médica, quien le solicitó estudios de laboratorio y una ecografía.
Los resultados estuvieron listos a los pocos días, pero restaba realizar una mamografía. Por no tener más de 40 años ni contar con antecedentes, no se la consideró prioridad y no logró conseguir turno de inmediato.
Finalmente, logró hacerse la mamografía en la ciudad de Vera. Pero los resultados tardaron tres meses y la derivación a un mastólogo en Santa Fe Capital demoró seis meses más.
Asistió a una campaña de cáncer de mama Foto:iStock
El diagnóstico y el impacto emocional
Tras una serie de estudios adicionales solicitados por el especialista, se le practicó una punción. Debió esperar 15 días para conocer los resultados. El 7 de septiembre de 2021, acudió al hospital acompañada por su madre.
“Pasa a la sala. ¿Quieres entrar acompañada?”, le preguntaron. “Sí, quiero que entre mi mamá”, respondió.
Allí recibió el diagnóstico. “Tienes un carcinoma y lo que te recomendamos es sacar las mamas y luego hacer una reconstrucción”. Al escuchar esto, preguntó: “¿Voy a tener una vida normal?”, a lo que le respondieron: “Sí, pero tienes que cuidarte y te recomiendo que hagas terapia”.
Aunque logró mantenerse serena en el momento, luego confesaría: “En ese momento lo tomé con calma, creo que ya me venía preparando para escuchar eso, pero todo se me vino abajo cuando la vi llorar a mi mamá llena de miedo”.
Un estudio genético posterior no reveló mutaciones, por lo que le conservaron las mamas y únicamente le extrajeron el nódulo.
A los 25 años, Dalma Santillán detectó un nódulo en su mama durante un autoexamen. Foto:Redes sociales
Inicio del tratamiento y efectos secundarios
En febrero de 2022 inició su tratamiento de quimioterapia. “Cuando salí y volvía a casa empezaron los primeros síntomas: vómitos y dolor de cabeza. Estuve cinco días en cama sin poder comer ni levantarme y al sexto día ya estaba trabajando y haciendo vida normal”, dijo.
Al completar la tercera sesión, comenzó a experimentar la caída del cabello. Una mañana se encontró incapaz de mirarse al espejo, mientras veía cómo su pelo se desprendía. Decidió llamar a su mejor amigo, Santiago, quien la ayudó a raparse. Grabaron ese momento en un video que se viralizó.
En septiembre de 2022, luego de completar la quimio, comenzaron las sesiones de rayos. El desgaste físico y emocional la hizo considerar abandonar el tratamiento: “Había dejado de trabajar, no salía, no quería ver a nadie, creo que empecé a tomar conciencia de que estaba enferma. Saqué fuerzas gracias a mi familia, amigos y mi fe en Dios”.
En medio de esa etapa sensible, algo inesperado le dio un nuevo impulso: conoció a Facundo.
Celebrando la última quimio. Foto:Redes sociales
El amor como sostén
Después de meses de conversación a través de Facebook, Dalma viajó a la ciudad de Esperanza para conocer a Facundo en persona: “Él es panadero y músico de folclore, canta y toca la guitarra y yo bailo. Su carisma y su alegría hacen mis días más felices”.
La relación creció rápidamente, y en poco tiempo ella decidió mudarse a esa ciudad santafesina. “Creo que Dios lo puso en mi camino en el momento correcto. Sin él no hubiese podido afrontar la enfermedad, pero transitarla a su lado fue lo mejor que me pasó. En mi vida significa todo: es mi compañero, mi pilar, quien me sostiene, el amor de mi vida quien llegó para sanar”, expresó.
Actualmente, Dalma continúa con el tratamiento hormonal con Tamoxifeno, el cual deberá completar en dos años. Además, realiza controles médicos cada seis meses.
Se encuentra estudiando el profesorado de nivel primario y forma parte del grupo “Ave Fénix” del LALCEC de Esperanza, donde comparte espacios de terapia grupal junto a otras mujeres que atravesaron o atraviesan la enfermedad.
En una reflexión final, compartió: “Lo que pude aprender de la enfermedad es que, a pesar de las adversidades, siempre encontraras en el camino personas dispuestas a ayudarte para que no estés sola. Hay que confiar y tener fe y la importancia de hacerse los controles, pueden salvar vidas”.
Además, expresó: “Sueño con ser mamá, recibirme y poder ejercer como docente”. La joven concluyó: "Qué se permitan expresar de la manera que se les presente, qué vivan la vida y disfruten cada minuto de ella. Qué se dejen acompañar y que no bajen los brazos".
*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en la información publicada por La Nación (GDA), y contó con la revisión de la periodista y un editor.