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Emigró con su familia para empezar de cero en Estados Unidos y cuenta las cosas que le sorprendieron: ‘Nadie molesta a nadie y todo se respeta’
● Romina Oviedo, argentina, se mudó con su familia en enero de 2023 para abrir una empresa y comenzar una nueva vida.
● A pesar del idioma y las diferencias culturales, afirma que su familia fue bien recibida, especialmente por la comunidad escolar y vecinos.
Estados Unidos experiencias Foto: Redes sociales/ iStock
Para Romina Oviedo, la llegada a Estados Unidos en enero de 2023 fue completamente distinta a las visitas anteriores.
Esta vez no iban de vacaciones, sino con el objetivo claro de instalar una empresa y comenzar una nueva vida junto a su esposo y sus tres hijos.
La emoción, combinada con la adrenalina y la incertidumbre, marcó sus primeros días en suelo norteamericano. “Costó mucho”, recuerda Romina. “Éramos nuevos en el país y al ser una nación en donde el crédito y la confianza se construye con el tiempo, nos pedían sumas exorbitantes para alquilar una oficina y hasta un año entero de adelantos”.
La decisión de mudarse no fue repentina. Surgió años antes, cuando Romina comenzó a escribir su tesis de maestría en istración de Empresas (MBA), centrada en las empresas contables e impositivas en Florida. Fue entonces cuando, en charlas con su esposo, surgió la idea de llevar a la práctica lo que estaba investigando.
La posibilidad de vivir en el extranjero se volvió atractiva tanto en lo profesional como en lo personal. “En realidad, coincidieron muchas cosas. Siempre nos gustó viajar y conocer otras costumbres y culturas, habíamos ido de vacaciones a Estados Unidos algunas veces y la última vez, que fue en enero 2020, antes de la pandemia, nos planteamos qué tal sería para nosotros como individuosy como profesionales tener una experiencia de vivir en el extranjero. Nos pareció que iba a ser súper enriquecedor”, cuenta Romina
Tres años después, el plan se concretó. Tras muchas dificultades, lograron establecer su emprendimiento en Kissimmee, una zona turística cercana a los parques temáticos de Disney.
Su idea era montar el negocio, regresar a Argentina y solicitar la visa de inversión. Sin embargo, los tiempos del consulado post pandemia los llevaron a tomar otra decisión: quedarse en Estados Unidos y solicitar un cambio de estatus migratorio. “El negocio debía comenzar a operar y nosotros no podíamos esperar mucho tiempo”, explica Romina.
La familia se instaló en Winter Garden y comenzó su adaptación. Sus hijos, de 13, 11 y 9 años, iniciaron las clases de inmediato y contaron con el apoyo del sistema educativo.
La escuela organizó todo lo necesario para su asistencia diaria en autobús escolar, facilitando la transición. “Mis hijos se adaptaron súper bien. Los mayores participaron de las bandas musicales del colegio y tocaron en exhibiciones, concursos del estado de Florida y partidos de fútbol americano. Siempre se sintieron muy bienvenidos por parte de sus maestros y compañeros y directivos. Estados Unidos es un país de mucha inmigración y nunca los hicieron sentir diferentes. El mayor tenía muy buen nivel de inglés cuando llegó, pero en el cole los ponen en un programa para chicos cuyo idioma principal no es el inglés y van teniendo apoyo escolar hasta nivelarse. Excelente experiencia para ellos”, detalla.
La familia quiso dejar todo atrás y darse una nueva oportunidad den otro país. Foto:Redes sociales
Sorprendida por la seguridad
Entre los aspectos que más llamaron la atención de Romina al instalarse en su nuevo barrio, destaca la confianza con la que las personas dejan paquetes en las puertas de sus casas. Incluso notó que algunos pedidos de Amazon permanecían días sin ser recogidos, sin que nadie los tocara.
Esa sensación de seguridad se extendía a objetos personales como bicicletas o puertas de garaje abiertas. “Destaco la organización, la seguridad, el orden y limpieza que hay en las calles. Al igual que las cajas de Amazon, me sorprendió que los chicos dejaran afuera las bicicletas entre vuelta y vuelta sin entrarlas. Muchas veces por mi barrio veíamos las puertas de los garajes abiertas de par en par llena de cosas dentro y nadie entraba ni tocaba nada. A nosotros mismos nos pasó una vez de dejar olvidada la puerta de entrada abierta sin darnos cuenta porque estábamos súper relajados en tema seguridad”, comenta.
La relación armónica con la naturaleza también fue una novedad. En su casa, era habitual encontrarse con ardillas, tortugas, grullas, ciervos e incluso osos.
“Y algo muy bonito de ver es cómo conviven las personas con los animales silvestres sin molestarse. Como se cuida el entorno y la naturaleza. En la puerta de mi casa nos visitaban ardillas, pavos, patos, tortugas de agua, grullas, ciervos, lagartijas, víboras, cocodrilos y en algunas ocasiones, hasta han aparecido osos. Nadie molesta a nadie y todo se respeta”.
En el entorno se encuentran varios animales. Foto:Redes sociales
El contraste social y las oportunidades laborales
A pesar de vivir en una zona con muchos latinos, Romina notó una diferencia marcada en el estilo de vida. El trabajo es una prioridad y las relaciones sociales pasan a segundo plano. “La gente es muy amable y muy educada, los vecinos siempre te saludan a pesar de que no te conozcan, pero nadie se mete con nadie y puedes ir vestido hasta en pijama al supermercado, que nadie te mira”, afirma entre risas.
En cuanto al aspecto profesional, Romina, contadora y abogada argentina, con un máster en negocios y una especialización en impuestos estadounidenses, logró posicionarse en el mercado. Brinda asesoramiento a inversores y lleva la contabilidad e impuestos de distintas actividades. “La clave es que sigo estudiando y ampliando el conocimiento para crecer cada vez más en mi rubro y brindar un mejor asesoramiento y servicio a mis clientes”, explica.
Además, destaca cómo el sistema estadounidense promueve el crecimiento sostenido. “Una economía estable y fuerte da mayores posibilidades de crecimiento; un sistema legal sin cambios bruscos como el americano atrae a inversores de todo el mundo y principalmente a los de países latinoamericanos en donde sus economías y seguridad jurídica están tan golpeadas”, señala.
Actualmente, cursa un máster en Derecho en la Universidad de Dayton, en Ohio, como parte de su desarrollo académico.
Romina, contadora y abogada argentina Foto:Redes sociales
Una experiencia transformadora
Romina valora profundamente todo lo aprendido durante su proceso de emigración. Lejos de sentir que abandonó su país, mantiene un fuerte vínculo con Argentina.
“Allí estudié, me formé con los mejores profesores y universidades. Allí comencé mi carrera profesional y mi vida como emprendedora y empresaria ya que formé mi propio estudio jurídico contable. Allí conocí a mi marido, nos casamos y nacieron mis hijos. Así que es un lugar muy importante para mi donde viví muchas experiencias y momentos de mucho aprendizaje”, afirma.
La familia insta en la importancia de respetar la cultura. Foto:Redes sociales
Aunque extraña la calidez de la gente y los paisajes argentinos, asegura que cada visita es motivo de alegría. “Su gente tan cálida y sus hermosos paisajes siempre se extrañan mucho. Cada regreso y encuentro se disfruta al máximo”, añade.
Finalmente, reflexiona sobre su actitud ante la vida: “Me considero una persona a quien le encantan las experiencia y los desafíos. Siempre estoy aprendiendo algo nuevo y trato de superarme a mi misma constantemente. No sé si eso a veces es un poco malo o me juega en contra porque no soy muy conformista y siempre busco saber más y me exijo demasiado”.
Romina concluye con una enseñanza que resume su proceso: “Lo que aprendí y aprendo todos los días de la experiencia de la emigración es que uno debe ser respetuoso del lugar a donde va y tratar de integrarse a las costumbres, formas de vida de la sociedad sin imponer las suyas que trae de”.
Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de La Nación (GDA), y contó con la revisión de la periodista y un editor.