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El error que se puede cometer al sacar los piojos y que hace que vuelvan una y otra vez a la cabeza

• Estos no vuelan ni saltan, se contagian por o directo cabeza, y no tienen relación con la higiene.

• Expertos dicen que es importante hacer revisiones frecuentes con una lendrera metálica.

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Europa Press

07.05.2025 22:16 Actualizado: 08.05.2025 11:23

Camila Paola Sánchez Fajardo

PERIODISTA07.05.2025 22:16 Actualizado: 08.05.2025 11:23

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Con el aumento de las temperaturas, la convivencia entre niños en espacios como parques, campamentos o actividades escolares favorece la transmisión de un visitante indeseado: los piojos. La pediculosis, como se denomina esta infestación, genera cada año preocupación entre padres y madres, sobre todo cuando los tratamientos parecen no dar resultado.

Frases como "ya no funciona nada" se repiten entre adultos que han probado varias soluciones sin éxito. Sin embargo, según explican los especialistas, el verdadero problema no suele ser el producto utilizado, sino un error común en su aplicación: omitir el peinado con lendrera.

El papel indispensable de la lendrera

Según la pediatra Lucía Galán, la eficacia de cualquier tratamiento depende de seguir cada paso correctamente. Así lo indica en su blog al afirmar: “Usemos el producto que usemos, siempre debe ir acompañado del cepillado con lendrera”. Este procedimiento permite eliminar manualmente las liendres, lo cual es fundamental para interrumpir el ciclo del parásito.

Aplicar el producto sin un peinado exhaustivo con lendrera representa uno de los errores más frecuentes. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), la propia Galán y la doctora en Farmacia Boticaria García coinciden en que ningún pediculicida elimina todas las liendres por sí solo.

La recomendación, en palabras de Lucía Galán, es clara: “Recomiendo retirar las liendres que quedan con los dedos; es la mejor manera de hacerlo”.

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La interpretación de soñar con sueños — Los piojos suelen aparecer más en los niños. Foto:iStock

La repetición del tratamiento, otro paso que muchos olvidan

Además de la omisión del peinado, se suele pasar por alto la necesidad de repetir el tratamiento entre siete y diez días después de la primera aplicación. Si se omite esta fase, las liendres que hayan sobrevivido pueden eclosionar y reactivar la infestación. La AEMPS subraya que esta segunda aplicación es crucial para cortar por completo la evolución del piojo.

Boticaria García también advierte sobre otro error común: abandonar la vigilancia tras no encontrar piojos en una revisión inicial. Según ella, es importante continuar con las comprobaciones “a diario durante los primeros días y luego un par de veces por semana, mientras exista riesgo de contagio en el entorno”.

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Revisión, incluso si no hay picor

Un detalle que muchas familias pasan por alto es que no todos los niños presentan síntomas.

Aunque el picor es el signo más típico, hay casos en los que los menores tienen piojos sin sentir molestias. Por eso, se recomienda revisar de forma preventiva, prestando especial atención a la nuca y la zona tras las orejas.

La pediatra Lucía Galán sugiere una técnica sencilla para identificar las liendres: "Si soplas y no se va, es una liendre. Si se desprende, es caspa".

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Cortar la cadena

Cuando se detecta un caso de pediculosis, informar a los colegios o guarderías es esencial para evitar contagios en cadena. Sin embargo, por vergüenza o desinformación, algunas familias optan por guardar silencio. Esta omisión impide que otras personas revisen a tiempo y aumenta las posibilidades de que la infestación se mantenga activa en el entorno.

La AEMPS también aconseja enseñar a los niños a no compartir objetos personales como gorras, peines o toallas. Aun así, el contagio más común sigue ocurriendo por o directo entre cabezas.

Mitos que dificultan el control

Persisten muchas creencias erróneas que complican el tratamiento. Por ejemplo, que los piojos aparecen por falta de higiene, cuando en realidad prefieren cueros cabelludos limpios porque pueden moverse con mayor facilidad.

Tampoco los animales domésticos los transmiten, ni los piojos vuelan o saltan: solo se desplazan de un cabello a otro por o físico.

Además, los remedios caseros como el vinagre o el aceite de árbol de té carecen de eficacia demostrada. "El aceite de árbol de té no sirve para matar piojos", afirma con claridad Boticaria García, quien también advierte que su uso puede ser peligroso en menores de tres años.

Qué productos son eficaces y cómo se clasifican

No todos los productos que se encuentran en supermercados o farmacias cosméticas son efectivos. Los únicos tratamientos válidos son los pediculicidas autorizados, siempre que se utilicen correctamente.

Boticaria García clasifica los más eficaces en tres grupos:

Permetrina, un insecticida clásico recomendado por la OMS, apto para embarazadas, lactantes y niños desde los dos años, aunque el uso excesivo ha generado ciertas resistencias.
Dimeticona y ciclometicona, siliconas que asfixian al piojo por un mecanismo físico. Son seguras para personas con piel sensible, asmáticas, embarazadas y niños mayores de un año.
Alcohol bencílico, combinado con aceite mineral, mantiene abiertos los espiráculos del parásito y lo asfixia. Está aprobado por la FDA desde 2009 y se puede usar a partir del primer año de vida.

Lucía Galán indica que solo en situaciones excepcionales y bajo supervisión médica se puede considerar un tratamiento oral con antibióticos.

Cómo prevenir un nuevo brote

a vigilancia activa es la mejor herramienta para evitar nuevos episodios, no el uso reiterado de productos químicos. Los especialistas recomiendan:

Recoger el cabello en contextos de riesgo como el colegio o los campamentos.
Hacer revisiones frecuentes con una lendrera metálica.
No usar pediculicidas de forma preventiva.
Aplicar repelentes con evidencia científica, como el octanediol en spray, dos veces por semana.

Europa Press.

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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de Europa Press, y contó con la revisión de la periodista y un editor.

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