El consejo de una oftalmóloga a partir de los 40 años para frenar el glaucoma y evitar daño irreversible

La detección temprana del glaucoma puede marcar la diferencia en la preservación de la visión. 

La doctora Sara Hernández, especialista en esta enfermedad en el Hospital Sanitas CIMA, ha recomendado realizar controles oftalmológicos de manera periódica desde los 40 años. Según ha explicado, esto permite identificar el problema en sus primeras etapas y evitar un deterioro visual que no puede revertirse.

(Lea también: Ni beber té ni escuchar música: esta es la actividad que reduce casi el 70 por ciento el estrés antes de dormir).

"El problema del glaucoma no es solo su alta prevalencia, sino el desconocimiento de los pacientes. La mitad de las personas afectadas no sabe que tiene la enfermedad hasta que han perdido parte de su visión de forma irreversible. La detección precoz es la mejor herramienta para preservar la calidad de vida y evitar complicaciones graves", ha indicado la experta en el marco del Día Mundial del Glaucoma, conmemorado el 12 de marzo.

(Siga leyendo: La dieta y rutina de ejercicios de una mujer de 92 años para sentirse como de 50: ‘No hay fecha de caducidad’).

Para detectar esta afección de manera oportuna, se requieren pruebas como la tomografía de coherencia óptica, el campo visual y la paquimetría. Estas herramientas permiten evaluar tanto la presión ocular como el estado del nervio óptico. 

Sin embargo, el carácter asintomático del glaucoma en sus inicios retrasa el tratamiento, lo que eleva el riesgo de ceguera. En España, cerca de un millón de personas tienen esta condición, y se estima que en 2030 la cifra superará los 1,5 millones, según datos de la Sociedad Española de Oftalmología.

Existen distintas formas de glaucoma, siendo el más frecuente el de ángulo abierto, que progresa lentamente y sin señales evidentes hasta que la visión queda comprometida. Por otro lado, el glaucoma de ángulo cerrado puede desarrollarse de manera repentina y provocar un aumento brusco de la presión ocular, lo que genera dolor, visión borrosa y enrojecimiento en los ojos.

(De interés: Los alimentos que 'optimizan el sistema inmune' y que le ayudarán a combatir los síntomas de la gripa).

Entre los factores que aumentan la posibilidad de desarrollar esta enfermedad se encuentran los antecedentes familiares, la miopía o hipermetropía severa, la edad avanzada, la diabetes, la hipertensión arterial y los problemas circulatorios. También influyen la apnea del sueño y el uso prolongado de corticoides, incluso en forma de colirios.

"El avance en las opciones terapéuticas es una gran noticia para los pacientes, ya que permite un control más eficaz de la enfermedad con menos efectos secundarios y complicaciones. Sin embargo, el éxito del tratamiento sigue dependiendo de una detección precoz", ha señalado Hernández. Además, ha resaltado que técnicas como el láser SLT y procedimientos quirúrgicos mínimamente invasivos han facilitado la reducción del uso de colirios, mejorando la adherencia al tratamiento.

Para minimizar el riesgo de desarrollar esta afección, la doctora ha sugerido adoptar hábitos saludables para la vista. Entre ellos, mantener una dieta equilibrada con antioxidantes y ácidos grasos omega-3, realizar actividad física con regularidad para favorecer la circulación ocular y evitar el tabaco, ya que puede afectar al nervio óptico.

Europa Press