Esto vale comer en el restaurante bogotano de uno de los mejores chef del mundo

Colombia es un país que se caracteriza por su gran diversidad culinaria. Se puede afirmar que su cocina tiene variedad de recursos naturales.

Además, también posee una gran diversidad de platillos de acuerdo con la región, ya sea Caribe, Andina, Pacífico, Orinoquía y Amazonía.

Asimismo, las comidas en nuestro país son preparadas por manos profesionales que, además, son conocedores del paladar humano y saben cómo deleitarlo a la perfección.

Dicho lo anterior, se dio a conocer el nuevo listado de los mejores cocineros del planeta, según ‘Los Best Chef Awards’. En este listado que lleva seis años resaltando a los cocineros líderes de la gastronomía mundial hay dos colombianos.

El chef Álvaro Clavijo, del restaurante El Chato, ubicado en Chapinero Alto, Bogotá, se estrena en este conteo en la posición número 86. De hecho, El Chato es uno de los restaurantes más populares de la zona y el más nombrado entre los amantes de la gastronomía.

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“La verdad, cuando abrí simplemente quería cocinar. Darle identidad a un restaurante toma tiempo. Al principio era muy egoísta al diseñar los platos, porque cocinaba lo que yo quería sin pensar mucho en el cliente. El compromiso desde el principio fue inspirarnos en el sabor del país. Pero no hacemos cocina colombiana aunque trabajamos con ingredientes locales. Se convirtió en un ‘bistró’ moderno, la evolución se dio al entender mejor a los clientes”, resaltó en una entrevista pasada con EL TIEMPO.

Tal como lo resaltan en su página oficial, el restaurante rinde homenaje a los productores con los que trabaja en una cocina dirigida por el chef Álvaro Clavijo. Asimismo, el lugar aplica técnicas globales para resaltar los ingredientes locales.

Se inauguró en 2017 como un bistró, es decir, un establecimiento donde se puede pedir comida gourmet sin la formalidad de un restaurante elegante, pero con garantía de frescura y elementos saludables, en la zona de Chapinero Alto. Chato es una expresión bogotana para referirse a una persona y de esa manera el chef Álvaro quiso rendirle un homenaje a su ciudad y a los productos locales.

La carta va cambiando según lo hace la oferta de productos e ingredientes cercanos y hay platos que están desde el inicio del restaurante y que los clientes siguen pidiendo, volviéndose ya unos clásicos que dejan marca en los comensales.

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A manera de firma, el elemento central de muchos de sus platos se sirve oculto bajo una capa de algo (un crocante, una espuma, rodajas de algo, flores).

Hay entradas desde $ 11.000 hasta $ 35.000, como el Crocante de Tapioca (11 mil pesos), Molleja (14 mil pesos), Tuétano (13 mil pesos), Ensalada Roja (21 mil pesos), Cangrejo (35 mil pesos), entre otras.

En su alta cocina se pueden acceder a platos desde los $ 29.000 hasta los $ 74.000 y son conocidos por su variedad de sabores e ingredientes que dan gusto al probarlos. Algunos de estos son:

Crema de morcilla, arveja y habichuelín.

Viene acompañada de Pil Pil, que es un guiso de pescado, coliflor y flor de Belén.

Hummus de ortiga y bok choy (vegetales blancos

Queso madurado de cabra, sacha inchi (maní de Inca) y arracacha.

Acompañado de arroz de coco, nibs de cacao y perejil crocante.

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Lechuga romana, papas nativas y bearnesa de hormiga culona.

Zucchini baby, ensalada de fríjol fresco y salsa de tamarindo.

Alcachofa baby, col (repollo) y habichuelines verdes.

Lima Kaffir (lima tailandesa), habas tiernas y guisantes.

También se encuentran los cortes de carnes como el T- Bone Steak de 500 gramos ($ 124.000) y el Tomahawk Steak de 600 gramos ($ 200.000).

En El Chato también podrá disfrutar de la variedad de cócteles desde los $ 39.000 hasta los $ 49.000.

Vodka, miel, ácida de chontaduro y soda.

Jack Daniel´s y bitters de cacao.

Gin MG macerado en flor de clitoria y licor de Domaine de Canton.

Llegando al final, a la parte que los comensales más desean para endulzar el paladar mientras se lleva a cabo una charla amena, está el postre. En este caso, El Chato ofrece cuatro variedades de postre al mismo valor ($ 16. 000).

Marshmallow de miel y quinua.

Cocada, acai, gelatina de pata de cacao.

Chips de piña y tallos de cilantro.

Base de kéfir (producto lácteo parecido al yogurt), berros (planta) y polen.

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