Thomas S. Monaghan compró un local junto con su hermano, James, luego de la muerte de su padre, quedar huérfanos y haber pasado por hogares de acogida, porque su madre no podía mantenerlos.
Tras pasar por el cuerpo de marines, entre 1956 y 1959, Thomas decidió dar un giro a su vida, empezar a estudiar arquitectura y comprar un local cerca a su alma mater, Eastern Michigan University.
Con 900 dólares prestados inició una pizzería sencilla llamada DomiNick’s en Ypsilanti, Michigan. El negocio, en el que también trabajó su hermano, prosperó y en cuestión de cinco años, Tom Monaghan compró otras dos pizzerías en el mismo condado.
El nombre que todos conocemos de esta franquicia, surgió porque a mediados de la década de los 60, cuando se empezaron a abrir varias sedes, el propietario de otro restaurante de pizzas que se llamaba DomiNick pidió a Tom que dejara de utilizar su nombre en las nuevas tiendas. A partir de ese momento, DomiNick’s se convirtió en Domino’s.
Hasta ahí, lo que había conquistado a las personas había sido el sabor de la masa y de los ingredientes que este estadounidense empleaba en sus preparaciones. Sin embargo, la verdadera revolución empezó cuando el propietario le apostó a la entrega a domicilio, porque en los años 60 esta modalidad no era popular.
La idea era simple: que las personas no tuvieran que salir de la Universidad para comer rico, porque su público en ese momento eran compañeros de campus. Y a partir de esta iniciativa, Tom creó la caja de entrega de pizzas que permitía entregar más pizzas a la vez. Una técnica que le valió la expansión por la zona universitaria.
Diez años después del primer local, Domino’s Pizza contaba con 200 tiendas. En 1983, la empresa se expandió fuera de Estados Unidos con la apertura de un local en Winnipeg (Canadá). Dos años más tarde, en 1985, aterrizó en Japón, con un local en Tokio.
A principios de los años 90, la empresa se trasladó a Haití, la República Dominicana y toda la India. En 1995, 35 años después de su nacimiento, había 1.000 locales de Domino’s en todo el mundo.
En 2012, la empresa acortó su nombre a Domino’s. En 2014, la empresa no solo se expandió al país de nacimiento de la pizza, con un local en Milán (Italia), sino que también superó las 6.000 pizzerías en todo el globo.
Durante la mayor parte de esta expansión, Tom Monaghan dirigió Domino’s por su cuenta, como empresa privada. En 1998, Tom vendió el 93% de Domino’s Pizza a la empresa de capital privado Bain Capital por 1.000 millones de dólares. En 2004, Domino’s empezó a cotizar en la Bolsa de Nueva York con el símbolo “DPZ”.
María Jimena Delgado Díaz
Periodista de Cultura
@mariajimena_delgadod