El colombiano que libra una batalla en Ucrania a punta de pan

Manolo’s Latin Bakery, ubicada en Charlotte, Estados Unidos, es un símbolo de la lucha de los inmigrantes, como lo es Manuel José Betancur Montoya, Manolo, nacido en Carmen de Viboral (Antioquia) en 1976. El colombiano es famoso en todo ese país, su labor humanitaria desde su panadería y pastelería artesanal ha permitido que miles de personas sin hogar o en condiciones vulnerables tengan una torta de cumpleaños o un plato de comida caliente. 

(En contexto: El 'Héroe del pan' en Estados Unidos es un colombiano)

En el 2021, Manolo fue el ganador de los premios World Bread Hero USA 2021, es el ‘Héroe del pan’ en Estados Unidos. Pero ahí no para su labor. La semana pasada, el colombiano estaba entre Kiev y Bucha, en Ucrania, donde la guerra no ha cesado en meses.

Decidió viajar para entregar personalmente su segunda donación a panaderos ucranianos que siguen haciendo pan todos los días en sus comunidades, con los riesgos que implica. Con su ayuda, se han reconstruido dos hornos que fueron destruidos por las tropas rusas y a comprar una camioneta para que los panaderos de Bucha puedan repartir el pan.

En dos viajes, el colombiano ha entregado 20 mil dólares de donaciones directas, y cerca de un millón de dólares de forma indirecta.

"Si alimentas el estómago, se alimenta el espíritu", asegura Manolo Betancur.

Antes de llegar al pan, Betancur fue oficial de la armada, todo un logro para una persona nacida en el seno de una familia que él mismo describe como de “clase media baja”. Navegó, pero también vivió lo más triste de la guerra en un batallón contraguerrilla en Ovejas (Sucre). No pudo con eso y decidió migrar a Estados Unidos.  Se fue con 900 dólares, dos pantalones y los zapatos que tenía puestos. Llegó primero a Miami, luego pasó a estudiar Lenguas Modernas, en Tennessee.

Desde su arribo a Estados Unidos se vinculó con labores sociales, que alternaba con el trabajo en la panadería de sus sus suegros a la que llegó en el 2005 y que después sería suya. En esa época ayudó a campesinos inmigrantes, como voluntario y profesor de inglés. Un error de información lo tuvo a punto de la deportación. Pero su labor comunitaria hizo que el juez que iba a devolverlo en el 2007 le diera la ciudadanía estadounidense.

Betancur fue creando una filosofía: “Mi negocio no gira alrededor del dinero, el dinero es una herramienta de trabajo. Gira alrededor del cambio social, por eso me volví un luchador de los derechos de los inmigrantes”.

Las obras de Manolo y su trabajo humanitario se puede seguir en www.manolobetancur.com.

CULTURA

@CulturaET