La televisión pública poco o nada importa a los gobiernos. Antes, cuando Señal era solo cultural y algo educativa, la dejaban ahí como un dinosaurio. Ahora que Duque le metió noticiero informativo, la perversión llegó para quedarse porque se convirtió en el canal de la propaganda del régimen de turno.
El primer atentado vergonzoso fue del ministro Molano (el de Santos) cuando acabó Inravisión y la CNTV, que por corruptos y porque la televisión había muerto. Y creó RTVC con un aparataje burocrático enorme para pagar “favores” políticos.
Luego vinieron Bieri y su desastre de echar a todo el mundo y poner duquistas de verdad; la ministra Constaín, que acabó la ANTV, se llevó el dinero a Mintic para “uso” particular del Gobierno, aumentó la licencia del Canal Uno en 10 años para sacar a Noticias Uno del aire; Álvaro García, que invirtió muy bien en equipos, modernizó la institución, pero metió la política en el centro con su noticiero diario.
A pesar de todo, Señal Colombia se rebuscaba y hacía televisión que ganaba premios en todos los concursos, se volvió referente en la región en televisión infantil y desarrolló series culturales maravillosas.
Ahora llegó Petro, y por un año le valió hongo eso de los medios “públicos”. ¿Pa’ qué si tengo Twitter y mis canales directos desde Palacio? Se condolió y nombró a la actriz Nórida Rodríguez, quien llegó con ganas de hacer ficción, 3 asesores, poco poder y poco dinero.
Finalmente llegó el periodista y político Hollman Morris. Y llegó para “hacer la batalla por el relato” desde la versión petrista y contra el imperio de la mentira mediática. Amplió el noticiero a 2 horas, creó la franja de opinión, transmite en vivo cuando quiere al Presidente en su laberinto y dice que eso de educativo y cultural no debe ser la misión de Señal.
Por ahora, ni Nórida ni Hollman pueden hacer mucho porque todos los contratistas están hasta diciembre. Y la mayoría poco comulgan con convertir a Señal en un canal de información y propaganda, pero se aferran al puestico porque si no, de qué van a comer.
Hollman puede hacer lo que quiera, como todos los anteriores hicieron lo que se les dio la gana. Y puede hacer lo que quiera porque el gobierno duquista y, ahora, lo mismo el petrista solo ven a la tele pública como un ejército de militantes en el líder y todo lo otro son corruptos.
Y puede hacer lo que se le dé la gana porque ya existía el noticiero y no tuvo que crear nada. Un noticiero que poco se ve, un ejército de periodistas que poco o nada se salen del modelo perdido de los noticieros de los privados. Un noticiero donde la idea es comunicar, vender, poner al Gobierno por encima de todo.
Duque creó un esperpento, ahora Petro lo va a radicalizar. Y de Señal, que solía ser el mejor canal cultural, solo quedará el recuerdo. ¡Ojalá esté equivocado!
ÓMAR RINCÓN
Crítico de televisión
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