Nicolás Montero: ‘¿por qué somos tantos hombres hablando de esta historia que afecta especialmente a una mujer?'

Para ‘Tesa’, no existen los imposibles. Se esfuerza en cada audiencia y es contundente. A través de los años, se fue convenciendo de que su arma letal es, y será siempre, el poder de la argumentación. Aprendió que, si quería ser una gran abogada, debía comprender que no se podía juzgar antes de tiempo. Entendió que, para ser una buena abogada, había que analizar con lupa el testimonio de la víctima, porque en su argumento, en sus detalles y en sus palabras se encontrarían las fallas de la contraparte.

“Desconfíen de su instinto visceral y confíen en su instinto legal. Si creen que saben lo que va a pasar, estarán muy equivocados”, recuerda en voz alta la frase que constantemente les repetía el decano de la facultad. En todos sus años como abogada penalista, creía fielmente en la justicia, pues para ella las leyes garantizaban la protección de los ciudadanos.

"Desconfía de lo que crees saber" es el eslogan que acompaña esta obra de teatro y, al mismo tiempo, una frase que, desde una noche en que su vida dio un giro completo, se convierte en una puñalada. Es una cicatriz que le recordará siempre que la ley no siempre protege a todos, sino que tal vez fue escrita para los más fuertes, los tramposos, aquellos que pisan una flor con tal de llegar a la meta lo más rápido posible. Su mundo se desmorona poco a poco, pero ella tiene una convicción que la hace enfrentarse a los hombres más poderosos: responder y luchar de alguna manera por las sobrevivientes. Porque, como dice ella con su voz fuerte y, al mismo tiempo, cálida: "Jamás seré una víctima, sino una sobreviviente".

Teresa García es interpretada por la actriz Cristina Umaña, protagonista del impactante monólogo ‘Prima Facie’, escrito por la abogada y escritora australiana Suzie Miller. Esta obra llega al escenario del Teatro Nacional bajo la dirección de Nicolás Montero. ‘Prima Facie’ invita a los espectadores a comprender y entender el sistema de leyes y, por qué no, a mirarlo con lupa. Se presenta en el Teatro Nacional de la calle 71, todos los jueves y viernes a las 8:30 pm, los sábados a las 6:30 pm y los domingos a las 5:30 pm.

Nicolás Montero habló con El Tiempo acerca de este monólogo bajo su dirección.

¿Cómo fue el proceso y la experiencia de trabajar con Cristina Umaña?
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Fue un proceso muy amoroso. Lo primero que tengo que decir es que nos encontramos de manera casual por otras cosas, finalmente la suerte nos hizo coincidir y Cristina terminó haciendo el papel, porque era exactamente lo que yo estaba buscando. Entonces coincidimos con todo el equipo: vamos a tener siete semanas de ensayo, así que dijimos ‘vamos a divertirnos porque no tiene sentido hacer una obra de teatro si vamos a sufrir’. Era necesario divertirnos para entender y comprender este monólogo. Entender cada palabra, cada frase que estuviese presente, captar su contenido, ganar más conciencia en interpretarla. Por eso, nos encerrábamos 4 o 5 horas a trabajar. 

Por ejemplo, yo como director trabajo así, el actor y la actriz se van a parar en el escenario entonces deben tener conciencia de la situación de los personajes, no hablamos de emociones, si entendemos el contexto de la obra dejamos que las emociones vayan saliendo y armando el caminito del cuento que estamos contado. Por ejemplo, ese itinerario que tu tuviste como espectadora es el que reconstruimos en el ensayo. Trabajar con ‘Cris' es un paseo y es un gozo absoluto. Ella tiene muchas capacidades, tiene un patrimonio muy especial que es el de la sinceridad y eso es justamente lo que más privilegiamos, porque eso hace que el público sienta y crea en la historia mientras ella la va contando. Eso fue lo que más protegimos entre ella y yo hacer que ‘Tesa’ estuviera siempre ahí, en carne viva en el escenario.

Teresa García se enfrenta a muchos misterios y se aferra a la idea de hacer cumplir las leyes. ¿Cómo puede lidiar con un sistema judicial en el que tanto confió pero que eventualmente termina por no protegerla?
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Comprender es entender, es un lindo debate (risas), las leyes no son neutras. Entonces entender qué pasa con las leyes colombianas es un primer paso de conciencia. Entender que esos procedimientos no son neutros, sino que tienen detrás unas fuerzas de poder, yo creo que es útil ¿sabes? Es muy importante comprenderlo. Sabemos, por ejemplo, que en Inglaterra donde existen los jurados (aquí en Colombia eso dejó de existir) cuando se las presentaron a los jurados, una vez se tomaron el tiempo de analizarla cambió su concepción de la justicia.

Eso es una de las cosas  conmovedoras del teatro y de la obra en sí. El director asistente, Manú Montero dice 'Quizás necesitamos que alguien nos cuente las historias para poder entender y tramitar lo que no veríamos en lo habitual'. Por eso, necesitamos sacarlo del ámbito de lo habitual para al salir del teatro, discutirlo, debatirlo. Hay fuerzas consignadas al hábito, pero siempre hay algo que existe detrás. 'Existe una razón escondida en cada gesto' decía el poeta Joan Manuel Serrat. Por eso el primer paso es entender y comprender la ley, atreviéndonos a acercarnos a ella.

¿Qué es lo que más ira o se lleva de un personaje como ‘Tesa’?

Lo de siempre, es que lo de siempre, siempre conmueve (risas). Y eso es una cosa fantástica cuando el teatro no renuncia a decir cosas, cuando el teatro asume la convicción de decir algo que nos conmueve dentro de nuestra convicción humana. Como dice un director de teatro ‘A veces no estoy buscando algo nuevo sino algo que se me olvidó’.

Cuando hablamos de elegir el eslogan se nos ocurrió ‘Una obra para una actriz y muchos fantasmas’ porque en la obra están presentes muchos personajes, pero hay uno en particular que es especial se trata de la mamá de Teresa, no les puedo decir mucho sobre este personaje, pero lo que más me conmueve de Teresa García es su enorme convicción, esa precisamente que la hace ser exitosa pero también que después la hace desmontarse de ese éxito y asumirlo. 

Por ejemplo, cualquier persona que estuviera en los pies de ella, muchos en la vida real hubiesen dicho: ‘yo en ese problema no me meto’. Claro, porque perderían muchas cosas, y la garantía que tienen de ganar es mínima, entre otras cosas por el sistema legal.

Sin embargo, ella por encima de esos miedos, de esas consideraciones, por encima de saber que lo tiene todo en contra se embarca en un camino en el cual tiene que decir algo al margen del sistema que ‘en teoría’ antes la protegía y ahora no. Teresa lucha contra la practicidad del mundo actual. Dice Tesa en escena: El día que yo renuncie a una convicción para estar en el mundo de lo práctico, ese día renuncio a mí misma.

Nos puede contar una anécdota de las siete semanas de trabajo junto a Cristina Umaña…

Esto es una obra sobre una mujer y la mayoría somos hombres, aprovecho para agradecer a nuestra vestuarista, Carolina Loaiza, que nos acompañó en este proceso. Es una obra que le pertenece a la escena femenina. Por eso, como dice Rosa Montero con la ‘auténtica curiosidad’ que era lo que decía este texto, pero me sentía usurpando una historia… Siempre me quedó esta pregunta ¿por qué somos tantos hombres hablando de esta historia que afecta especialmente a una mujer?

¿Cuál cree que serán las reacciones de los colombianos al ver esta obra?
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Esta obra suscita a una conversación. Lo importante es que cumple un mandamiento de Peter Brook, que señala que la obra logre producir conversaciones después de verla. La idea es que el teatro en esa serie de encuentros conmueva al público. La obra me señala que hay cosas que no están bien en la justicia. Especialistas reconocen en la obra las falencias del sistema judicial. La idea de esta obra es generar discusión, para que el espectador se acerque a sí mismo.