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Mario Duarte lo confiesa todo en un escenario: ¿qué es lo que cuenta?
‘El himno nacional me hace llorar... de la piedra’, dice el actor en su nueva obra 'OíraMario.'
Esas palabras dan paso a una serie de iluminaciones personales, una revelación de vida, contadas a través de episodios, anécdotas y, claro, mucha música, en la puesta en escena OíraMario, un confesionario en forma de musical, monólogo y hasta con algunas texturas de stand-up.
Duarte es recordado por su trabajo en la banda de rock La Derecha; es seguido por un séquito de fanáticos del cine por producciones de culto como Kalibre 35, En mi reloj siempre son las 5 o Los actores del conflicto, donde comenzó a desarrollar propuestas para cine y teatro, quizá una de las que llamó la atención en su momento fue la que creó junto a Matías Maldonado: una adaptación de Trainspotting, la película de culto de Danny Boyle, que se estrenó en el 2009 en el Teatro libre de Bogotá.
Con La Derecha probó las mieles del underground y saltó a las listas de éxitos con temas como Contra la pared y Ay qué dolor, esta última que recuerda con cariño en una versión acústica en su nueva obra.
También le da un espacio a su coqueteo con el trabajo solista con Golpe de ala, que convirtió a canciones como Religiones u Oye, en esas canciones que se cantan y se tararean felices en una noche de juerga.
Mario Duarte en la obra OíraMario Foto:Carmen Villegas y Teatro Nacional
Inquieto, pero a la vez serio y dedicado, siguió el consejo de un profesor de actuación que en un taller le dijo que todo actor tenía que enfrentarse al reto de hacer un unipersonal.
Duarte, que en 2018 no tuvo miedo al actuar y dirigir Pelucas y Rock and Roll (2018), una comedia en tono de comedia musical que le rendía un homenaje a las calles de Chapinero y contaba la vida y aventuras de un roquero que había llegado al quinto piso, le sonó la idea.
Además, en el 2019 dio la triste noticia del final de La Derecha, que dejó albumes clásicos en el rock nacional como Balas de bebé (y otras canciones de cuna); Polvo eres y Últimas funciones. Era el momento para cerrar un ciclo.
“Creo que ya dimos lo mejor que teníamos, alargar esa pita es, de pronto, peligroso, sería un poco desoficioso. Hasta acá tiene un gran valor; pero si seguimos alargando, lo vamos a desvalorizar. Para mí la música no acaba, yo me refiero a La Derecha, como un experimento, como una forma de expresarse, de sentir una rebeldía, de ir contra corriente, desde el nombre mismo, que queríamos caerle mal a cierta gente, joder, provocar un contrasentido... Ya llegó a un punto”, recordó en una entrevista con este diario en ese momento.
Mario Duarte en la obra OíraMario Foto:Carmen Villegas y Teatro Nacional
OíraMario apela a esos y otros recuerdos y a otros retos en su monólogo: un palíndromo (palabra que se puede leer igual de izquierda a derecha y de derecha a izquierda) en el que habla, toca y hasta interpreta momentos de su propia naturaleza, la del artista y también la de ser humano.
Un teclado, un percusionista y una guitarra acompañan por ratos a Duarte resumiendo fragmentos del roquero, el loco divertido y el hombre que llegó a ser estrella, salir en televisión y ganarse el corazón de muchos nostálgicos y amantes del melodrama por su inigualable papel de Nicolás Mora, el mejor amigo de la protagonista de la telenovela Yo soy Betty la fea. Pero él sigue incansable, buscando nuevos terrenos para seguir expresándose, confesándose.
OíraMario se encuentra en la sala del Teatro Nacional de la calle 71 en Bogotá (Calle 71 # 10 - 25), los martes y miércoles, a las 8:30 p. m. Mientras conversa y hasta canta un poco de tango, Duarte sacó tiempo para contestar nuestro Cuestionario Sonoro
Las de diciembre: las de Pastor López, los Hispanos y cualquiera de Claudia de Colombia y Noel Petro, el Burro Mocho.
Dígame cinco melodías que definieron su vida.
Una de cuna, el himno de colegio, la primera borrachera cantando con los amigos, una de fiesta de matrimonio y la última celebrando un divorcio. La que más me definió fue la última.
Mario Duarte en la obra OíraMario Foto:Carmen Villegas y Teatro Nacional
Hablando de una canción de cuna, ¿cuál le cantaban sus papás en su niñez?
Llamé a mi mamá a preguntarle porque al viejo ya no puedo, ya no está. Y ella dice que “Aserrín aserrán los maderos de San Juan”. Con razón sufro de insomnio.
¿Qué instrumento le hubiera gustado aprender a tocar?
La clave o el triángulo, son muy fáciles de transportar.