Una nube de arena gigante que viaja miles de kilómetros de un continente a otro hasta llegar al Amazonas para ensombrecerlo todo. O una danza entre madre e hija, quienes al compás de la muerte comprenden el sentido de la vida. Estas son algunas de las temáticas artísticas del Fiav Bogotá (Festival Internacional de Artes Vivas), que del 4 al 14 de octubre volverá a convertir a la capital colombiana en epicentro del teatro mundial.
Se trata respectivamente de Habùb: escrituras de arena y agua, una relectura de la centenaria novela La vorágine, montaje del grupo La Quinta del Lobo, y Origánika, de la compañía L’Explose.
Estas son apenas dos de las cien obras de sala y calle que forman parte de la programación del encuentro, que reunirá a 14 países invitados, 42 grupos de Bogotá, 28 compañías internacionales y miles de espectadores. Este variado menú se hizo posible gracias al apoyo económico de la Presidencia de la República y la Alcaldía Mayor de Bogotá, con la organización del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte de Bogotá y la Cámara de Comercio de la capital.
A continuación, cinco grandes capítulos para vivir intensamente la gran fiesta del teatro en Bogotá.
La escena de Europa
En la propuesta del Antiguo Continente se destaca Misericordia, de Emma Dante y Piccolo Teatro de Italia. Un drama contemporáneo y de género que se condimenta con la historia de tres prostitutas y un niño discapacitado que viven en un cuarto sucio y miserable.
La obra explora el tema de la maternidad, el nacimiento de la propia identidad y la violencia de género, que crean un conmovedor homenaje a las mujeres, su resiliencia y capacidad de amar. Este drama debutó en el Piccolo Teatro en 2020 e inspiró la película homónima que la artista dirigió el año pasado.
Dante ganó la Copa Volpi a Mejor Actriz en el Festival de Cine de Venecia por A Street in Palermo (2013), que dirigió y protagonizó. Misericordia se presentará en el Teatro Delia Zapata Olivella del Centro Nacional de las Artes (CNA), del 12 al 14 de octubre.
Subiendo a Escandinavia, se encuentra la obra danesa Neoarctic, un deleite visual y sonoro multidisciplinario y, tal vez, la más innovadora obra que llegará al Fiav Bogotá. Un espectáculo de música y multimedia que configura un llamado de alerta frente a los cambios climáticos, la erosión, la urbanización feroz, la digitalización invasora en todos los ámbitos de la vida y la desaparición de tantas especies biológicas que caracterizan esta era.
En conjunto con el Coro de la Radio Letona se crearon doce paisajes sonoros y visuales gracias a la investigación de escritores, científicos, compositores y diseñadores de video, sonido, iluminación, moda y artes visuales.
Arquitectura, artes plásticas, diseño, nuevas tendencias, ópera, performance y teatro en un espectáculo de gran formato, con trece artistas. Esta producción ha sido elogiada por medios como The New York Times y The Washington Post, además de haber sido ganadora del Premio Reumert, el más prestigioso de Dinamarca. Se presentará en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán del 5 al 7 de octubre.
Otro de los platos imperdibles será Diptych: The Missing Door and The Lost Room, de la compañía belga Peeping Tom, considerada una de las más vanguardistas agrupaciones mundiales de danza teatro, que en sus montajes incluye elementos multimedia que los ponen en el radar de todos los amantes de la danza contemporánea. La creación navega por el pasado, el presente y el futuro a través de la mente de un hombre que se embarca en un transatlántico. Al igual que él, los tripulantes divagan entre la oscuridad, las sombras, la desolación y la nostalgia. Los cuerpos danzan y tiemblan sobre un escenario que se va transformando en sala de cine.
La pieza fue reconocida en 2022 por la revista Danza&Danza como Mejor Producción Contemporánea de Italia y al año siguiente como Mejor Producción Teatral Internacional en los Premios de la Crítica de Artes Escénicas. Los días 12, 13 y 14 de octubre estará en el Jorge Eliécer Gaitán.
También de Dinamarca viene Støv-Dust- Hokori, de la compañía Sew Flunk Fury Wit. Vanguardia en escena. Un actor que representa a un oscuro personaje, cinco muñecos hiperrealistas de tamaño humano y fabricados con siliconas de piel y la aclamada soprano Nina Sveistrup Clausen recrean el terror tras una hecatombe que acaba con el planeta. Teatro Estudio Julio Mario Santo Domingo, 5, 6 y 7 de octubre.
Finalmente, por España, Protocolo del quebranto, de Compañía Unahoramenos. Mario Vega, su creador, fue a Ucrania y entrevistó a soldados mutilados, madres que perdieron a sus hijos y hasta a un sacerdote que cavó una fosa en Bucha –donde fue la primera invasión rusa– para enterrar cadáveres.
Muestra a un fotoperiodista en medio de la guerra que se encuentra con un mercader de la muerte, quien se mueve entre la batalla en su carro-cambuche y tiene esclavizada a una mujer. Contó con la asesoría del juez Baltasar Garzón y Dolores Delgado, fiscal de Derechos Humanos y Memoria Democrática en España. Teatro Cafam, 10, 11 y 12 de octubre.
Releer ‘La vorágine’ en las tablas
Para Carmen Gil Vrolijk, directora de Habùb: escrituras de arena y agua, la relevancia del Fiav Bogotá es que “aunque el arte no tiene una utilidad material, alimenta el alma y es lo que nos hace vibrar, sobrevivir, movernos, estremecernos y hace visible lo invisible; es lo que nos mantiene vivos, o si no pregúntale a cualquier persona que haya atravesado la pandemia si pudo vivir sin arte”.
El título de su montaje (en el Teatro Estudio Julio Mario Santo Domingo, 13 y 14 de octubre) usa como metáfora esas nubes de arena del desierto del Sahara –los habùbs– que viajan impulsadas por el viento. El genocidio cauchero que relató José Eustasio Rivera en La vorágine y el abuso que sufrieron los pueblos indígenas de La Chorrera, en el Amazonas, a manos de las multinacionales fueron punto de partida de una pieza que usa la multimedia y el performance para transmitir de manera estética su mensaje.
“Como nos faltaban las voces de los indígenas –cuenta Carmen Gil–, nos fuimos a La Chorrera para dialogar con dos comunidades, de las cuatro que habitaban la zona: los huitotos y los ocainas. Ellos nos contaron su historia, mientras también grabábamos imágenes, sonidos e interactuábamos, teniendo cuidado de no hacer extractivismo ni exotizarlos sino tratando de entender cómo leían ellos esa historia”.
La novela de Rivera, que fue protagonista también de la pasada Feria del Libro de Bogotá, está en otros tres montajes, cada uno con maneras diversas de presentarse y con énfasis diferentes. El de la compañía Teatro Tierra se centra en la historia de Arturo Cova, ese poeta de espíritu impulsivo y contradictorio, y Alicia, la joven que huye de una familia intolerante.
Con una perspectiva contemporánea, minimalismo en escena y énfasis en el trabajo actoral, Juan Carlos Moyano, su director, quiere hablar de cómo en un siglo, desde que se publicó, muchos de los abusos contados siguen victimizando a los más desprotegidos: “El teatro nos ha permitido decir cosas que, de otra manera, no se habrían podido manifestar, y creo que es tan importante como el aire y el agua. Sin teatro, sin arte tendría muchas dificultades para no naufragar espiritualmente” (Teatro La Candelaria, 4 y 5 de octubre).
Mapa Teatro, el grupo de los hermanos Rolf y Heidi Abderhalden, quienes tienen como característica en sus puestas escénicas el uso multidisciplinario, un profundo conocimiento del performance y las artes plásticas, en La vorágine más allá –título de su montaje–, da voz y presencia a integrantes del pueblo indígena nükak, la última de las comunidades nómadas del país, que comparten escena con actores del colectivo.
La música en vivo da contexto al grupo amazónico que en la historia original tiene existencia menor y si se quiere hasta fantasmagórica. Del 9 al 14 de octubre, en la sala Fanny Mikey del CNA.
La cuarta historia que se apoya en este clásico de la literatura colombiana es Perderse (una visita a ‘La vorágine’), del Teatro Petra y bajo la dirección de Fabio Rubiano, además director general del Fiav Bogotá: “Partimos de la frase “Se los tragó la selva” –explica Rubiano– y durante el proceso de montaje nos preguntamos ¿qué se tragó la selva? para hacer esta lectura de una obra que puede ser histórica, política, de denuncia pura, poética o documental y por medio de dos académicos que en la puesta discuten su posición frente a la novela mientras transcurre la obra”. El trabajo se verá en la sede del Petra, del 4 al 8 de octubre.
Grandes montajes colombianos
Por nuestro país, Todos eran mis hijos es una adaptación del clásico de Arthur Miller que Manolo Orjuela, de la Compañía de El Señor M, sitúa en el enfrentamiento ético y moral de dos familias de clase media colombiana. Se verá en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, 7 y 8 de octubre.
Otro bocado imperdible es la colombiana Negro, de La Congregación Teatro, el grupo de Johan Velandia, que hace una fuerte denuncia sobre el abuso infantil y, además, pone en escena el tema de la identidad de género. Allí, Futuro, un niño de 8 años, ve cómo su universo feliz se trastoca con la llegada de un medio hermano afro llamado Silencio. La tensa relación inicial, el miedo al temperamento del padre y la exposición de fragilidades en un ambiente familiar humilde y violento harán que Silencio escape y se pierda.
Minimalismo, una puesta estética exquisita y solo tres actores que hacen gala de destreza actoral y virtuosismo en el manejo de las voces cuentan de manera poética una historia difícil y que deja a los espectadores mudos y pegados a las butacas al finalizar la función. Estará el 11 y el 12 de octubre en el Teatro Libre del Centro.
Juliana Reyes, directora de Origánika, creación de danza colombiana que se verá del 13 al 14 de octubre en el teatro La Factoría L’Explose Tino Fernández, ya está planillada para disfrutar del encuentro: “Creo que un festival como este pone en diálogo a un montón de artistas, obras y públicos.
Los artistas de hoy nos formamos con los festivales de los 80 y 90; por eso pienso que el público que es o va ser artista tiene la inmensa oportunidad de formarse también de este modo, asistiendo a ver las obras. Asimismo, el otro público, el que se interesa más por el goce, podrá sentir verdaderamente la fuerza de lo que significa una ciudad cosmopolita, viendo el mundo sin salir de aquí”.
Espectáculos especiales
La inauguración del Fiav Bogotá será gratuita, el viernes 4 de octubre en la plaza de Bolívar, a las 4 p. m., a cargo de los belgas de Theater Tol y la obra Pedaleando hacia el cielo. Con plumas, globos y fuegos artificiales, los actores se elevarán en bicicletas al compás de la música en un espectáculo aéreo para toda la familia.
Y habrá un concierto con la música de Paulinho Moska y Mart’nália, del estado de Río de Janeiro. Rock, samba, bossa nova, pop y música popular brasileña. Él es hijo del rock de los 80 y ha grabado con Kevin Johansen, Gilberto Gil y Fito Paéz, entre otros. Ella es hija del sambista Martinho da Vila y la cantante Analía Mendonça. Ha ganado dos Grammy Latinos, y dos de sus discos han sido producidos por Caetano Veloso y Maria Bethânia. En el Centro Felicidad de Chapinero, 4 de octubre.
Toda la programación se puede consultar en www.fiavbogota.com y las entradas se consiguen a través de tuboleta.com.
Visita a Suramérica
De Argentina llega el clown Gabriel Chamé, uno de los más importantes del mundo en este género, que en tono de tragicomedia ofrecerá su adaptación de Medida por medida, el clásico de Shakespeare, en el Teatro Colsubsidio, los días 9, 10 y 11 de octubre.
Reminiscencia, de Le Insolente Teatre, de Chile, es una obra creada durante la pandemia por Malicho Vaca Valenzuela. A partir de archivos, fotos, videos y entrevistas a sus abuelos y por medio de sus vidas va contando la historia sociopolítica de Chile. Acaba de estar en el Festival de Avignon. Sala Delia Zapata Olivella del CNA, 9 y 10 de octubre.
Y desde Brasil estará Caranguejo Overdrive, de Aquela Companhia de Teatro, del estado de Río de Janeiro. Un excombatiente de la guerra con Paraguay al que dan de baja por loco vuelve a una Río apabullante y sobrevive buscando cangrejos entre los manglares, hasta que se va convirtiendo en un cangrejo más. Una reflexión sobre el propósito de la vida, sobre víctimas y victimarios. Cuenta con la actuación de la bogotana Carolina Virgüez, quien vive en Brasil desde 1980 y ha ganado premios como el Molière, Coca-Cola y Shell, por su personaje en la obra.
Además de telenovelas en Brasil, actuó con la Royal Shakespeare y en Hollywood en Amanecer parte 1, de la saga Crepúsculo, sobre vampiros, junto a Robert Pattinson y Kristen Stewart. Se verá en la Casa del Teatro Nacional, sala Montefiori, 10 y 11 de octubre.