¿Cómo llevarse un museo a casa?

¿Cómo no encariñarse con un reloj de pulsera con el perro semihundido de Goya? ¿O con el afiche de la Mona Lisa?, ¿o con una reproducción de la Victoria de Samotracia del Louvre? El merchandising de los museos hace parte de su alma; gracias a sus productos es posible dibujar con unos lápices con la firma y la silueta de Warhol o tomarse el primer café de la mañana en un mug con una bailarina de Degas.

“Las tiendas de los museos”, dice María Mercedes González, directora del Museo de Arte Moderno de Medellín, “potencian su relación con su público. Hacen que la gente se lleve a su casa parte de la colección: una parte del museo. Y además son una fuente de financiación importante. Antes de la pandemia, la tienda del MAMM era nuestra principal fuente propia de ingresos”.

En los museos colombianos hay cojines de Beatriz González, platos de Ana Mercedes Hoyos, camisetas y bolsas con el Colombia de Antonio Caro, reproducciones de precolombinos, bolsas con el logo de cada museo; imanes, vasos, libros, afiches, libretas, juguetes, rompecabezas, sacapuntas, borradores, serigrafías y varios objetos inesperados. Hablamos con el MAMM, el Mambo, el Museo Nacional y la Tertulia, para que compartieran con nosotros algunas de las maravillas que guardan en sus tiendas.