Colombia: el segundo país más biodiverso del mundo

‘En + Sostenibles: camino a un mejor futuro’, foro desarrollado por El Tiempo, expertos de la sociedad civil, funcionarios públicos y representantes de la empresa privada conversaron sobre las estrategias que pueden contribuir a la conservación de la integralidad de los Parques Nacionales Naturales, y, también, sobre las acciones que se están desarrollando para el cuidado del medioambiente, teniendo en cuenta el compromiso como país de la agenda 2030 para el desarrollo sostenible

Colombia es privilegiado en términos ambientales; las características de ubicación geográfica, clima, entre otros, lo hace un país mega diverso. De hecho, se considera uno de los cuatro países del mundo con más diversidad, gracias a que posee la mayor variedad de ecosistemas representados dentro de sus fronteras, como ocurre en los bosques que cubren más de la mitad del territorio nacional.

De acuerdo con la WWF, la organización internacional líder en conservación ambiental, Colombia es considerada potencia hídrica mundial con seis nevados y más de 48.000 humedales. Entre ellos, ríos, lagos, lagunas, ciénagas y arrecifes. Sin embargo, esa diversidad y riqueza ambiental está amenazada por diferentes factores que han deteriorado los ecosistemas del país causando un impacto significativo sobre la calidad de vida de los colombianos.

El ministro de ambiente y desarrollo sostenible, Carlos Correa, destacó que “hoy tenemos un gran compromiso, no solamente con la protección de los océanos sino también con nuestros bosques. Por eso, este Gobierno ha definido y declarado nuestra biodiversidad como un activo estratégico de la Nación”. Así mismo, destacó que, para alcanzar los mejores resultados en la lucha contra el cambio climático, el Gobierno le apuesta a una política pública responsable que ya está estipulando lineamientos en todos los sectores.

Por ejemplo, “Colombia actualizó su compromiso del Acuerdo de París en el año 2020, cinco años después del acuerdo, y hacemos un compromiso de reducción del 51 % de emisiones de gases efecto invernadero al año 2030. En ese compromiso, hay 196 acciones puntuales que le apuntan a esa meta en la economía circular en movilidad sostenible, en transición energética, en agricultura, en deforestación, etc.”, explicó el ministro Correa.

Además, la meta de sembrar 180 millones de árboles antes de 2030 que lanzó el presidente, Iván Duque, en el año 2020 durante el Foro Económico Mundial, ya fue sobrepasada. A la fecha, se superan los 123 millones y en el mes de julio serán 150 millones los árboles sembrados.

El jefe de cartera también destacó que “tenemos más personas en el territorio de la mano con las comunidades haciendo monitoreo sobre todo en deforestación y biodiversidad, a través de los sistemas de pago por servicios ambientales. Para ello, el DNP (Departamento Nacional de Planeación), dentro de la Ley de Acción Climática, queda como la entidad que articula todo esto y hace el seguimiento a todos los compromisos de cada uno de los sectores; minas y energía, agricultura, ambiente, para poder llevar control de estas metas de cara al cumplimiento de esa Ley”.

Sin embargo, a pesar de los buenos resultados todavía hay tareas pendientes. “Primero, el presupuesto del Ministerio de Ambiente y Desarollo Sostenibe debería ser el 0,4% del Presupuesto Nacional; hay que hacer una reforma del Sistema Nacional Ambiental urgente, tenemos ya el borrador prácticamente listo de esa reforma porque tenemos grandes metas, pero la infraestructura tiene que estar acorde al cumplimiento, entonces debemos aumentar el presupuesto en el próximo año y realizar la gestión correspondiente”, manifestó Correa.

Por su parte, Ximena Barrera, de la WWF Colombia, mencionó que también es importante destacar el liderazgo que tiene Colombia en el contexto internacional, pues el país es líder de diferentes coaliciones internacionales y ha implementado varias condiciones que buscan incrementar la ambición en estas agendas con el fin de detener y revertir la pérdida de biodiversidad y ser naturaleza positiva, que es un tema fundamental.

“Hemos hablado mucho de los temas de cambio climático, uno de estos es fundamental, pues es el vínculo entre el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, y Colombia ha avanzado de manera muy significativa en el tema de las soluciones basadas en naturaleza. Estamos trabajando muy de la mano con el Gobierno para apoyar la implementación de los compromisos internacionales y a nivel nacional de estas iniciativas”, agregó Barrera.

Para Miguel Ayala, director de la Fundación Pintuco, la empresa privada ha encontrado en todos los temas sostenibles una forma de actuar de manera eficiente, rentable y con apertura de mercados.

Ayala argumentó que “desde el sector privado, entendemos que la sostenibilidad claramente es una palanca más, es una rueda que nos permite avanzar de una manera mucho mejor particularmente. En el caso de Pintuco, en nuestra fundación hemos hallado cómo unir lo público-privado y encontrado los recursos que puedan llegar a construir cada vez sociedades más equitativas, justas y más sostenibles. Particularmente, desde la fundación hemos liderado proyectos con el propósito de transformar vidas ‘con color’, un modelo de trabajo que se ha centrado mucho en entender cómo el color se convierte en una herramienta de conversación, de construcción conjunta, y cómo a través de esta podemos ser una compañía que le aporta al desarrollo social de nuestro país”.

En conclusión, Juan Ricardo Gómez, director de la Maestría en Conservación y Uso de Biodiversidad de la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales de la Pontificia Universidad Javeriana, demostró que el país debe buscar alternativas donde la gente encuentre valor en el bosque y no valor en perder estas áreas forestales.

“Nosotros, muchas veces, estamos en línea con todos los retos que se nos vienen para detener la deforestación y generar procesos de restauración, pero nuestra cultura productiva, o nuestra cultura del ahorro, no está asociada a lo que podemos obtener directamente en la biodiversidad nativa, sino que se nos impone en estos modelos de producción”, aseguró Gómez.

Finalmente, el director de la Maestría expresó que “una de las alternativas es empezar a buscar cuáles son las posibilidades que podemos hacer nosotros para usar de manera adecuada nuestra biodiversidad, porque la demanda existe, la demanda de maderas, hay demanda de tintas, demanda de fibras, hay demanda de carne, hay demanda de huevos, hay temas de peces, hay demanda…La biodiversidad representa bienestar al ser humano y parte del bienestar es el uso consultivo de los fondos que consumimos directamente”.

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