¿Cómo un colegio en Pitalito se convirtió en uno de los mejores del mundo? Su historia

Más de 500 familias cultivadoras de café, albergadas en las veredas San Francisco, Holanda y Santa Inés, en el municipio de Pitalito, Huila, avanzan en su propósito de no contaminar las fuentes de agua y lo han logrado gracias a la puesta en marcha de un novedoso proyecto de recuperación de los residuos del grano que allí se cosecha, para de esa manera ayudar en la protección del medio ambiente.

Se trata del proyecto ‘Cafelab Colombia’, que fue desarrollado con esfuerzo y dedicación por los estudiantes y profesores de la Institución Educativa Montessori, sede rural San Francisco, de Pitalito, y que en noviembre del año anterior fue ganadora del premio mundial World’s Best School Prize, otorgado en la ciudad de Londres, en el Reino Unido.

Las bondades del proyecto en cuanto a descontaminación de las fuentes de agua son llamativas pues Pitalito, con unas 25.000 hectáreas sembradas en café de diversas variedades, es el municipio mayor productor del grano en Colombia, y lo que se busca con ese programa innovador es que los residuos que deja la producción, como la pulpa, aguas mieles, cascarilla, la borra o cuncho y el zoqueo, no contaminen más los ríos y quebradas del departamento del Huila.

El novedoso proyecto tuvo sus inicios en 2017 con Ramón Majé, profesor de física y matemática en la escuela de la vereda San Francisco, de Pitalito, cuando en unión con la comunidad educativa y los cultivadores, decidieron quitarles cargas contaminantes a las fuentes de agua y al medio ambiente en general.

“Todo surgió por un ejercicio de resignificar la práctica pedagógica para romper con los esquemas tradicionales de enseñanza en los que solo el educador habla y los alumnos permanecen en silencio", afirmó el profesor Majé, un investigador graduado en la Universidad de la Amazonía.

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Lo que este educador hizo fue pasar de una didáctica pasiva a una activa que consiste en el aprendizaje basado en proyectos desarrollados por los mismos alumnos con tareas de campo que generen progreso y desarrollen la producción agropecuaria en la población campesina.

“Pitalito es el mayor productor de café del país, pero, detrás de su rica producción, se esconde un problema ambiental de contaminación de las fuentes de agua por medio de los residuos del grano”, aseguró Majé y agregó que, detrás de una buena taza de café, se esconde un grave problema que ya comenzó a ser solucionado.

Explicó que, de cada pepa de café, solo se utiliza el 5 por ciento del peso total, y el 95 por ciento restante se convierte en residuos que, lastimosamente, son arrojados a los cuerpos de agua generando contaminación.

“Lo que generalmente se arroja es la pulpa y, pese a que es material orgánico, el medio ambiente no está preparado para soportar esa carga tan alta de contaminación por residuos”, señaló, pero también agregó que el aguamiel es peor ya que por ser un residuo de alta acidez también contamina suelos y quebradas.

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Para buscarle una solución a semejante problema, Majé junto con otros profesores como Jorge Andrés Lizcano, y 380 alumnos que participaron del proyecto, plantearon 3 fases. La primera fue la inmersión, en la que los mismos estudiantes con un trabajo serio de campo hicieron un estudio previo del problema y sus antecedentes para determinarlo con precisión.

En la segunda fase, llamada de transferencia, los alumnos diseñaron una idea de emprendimiento incorporando y no desecando los residuos con lo que la pulpa del café terminó sirviendo para elaborar vinos, galletas, harinas y hasta para hacer compostaje.

“La pulpa también la combinamos con las aguas mieles y logramos obtener energía eléctrica, pero lo que viene a futuro es trabajar un proyecto de producción de gas metano para estufas”, dijo el educador.

Los cunchos del café también los utilizan para elaborar jabones exfoliantes para el cuidado de la piel y con los tallos o el zoqueo arman mesas y sillas para el colegio.

En la tercera fase, denominada de comunicación, el estudiante desarrolla competencias orales y escritas como artículos científicos, fichas técnicas del producto terminado, realiza capacitaciones a la comunidad y participa en eventos regionales y nacionales para dar a conocer la propuesta con el objetivo de que se replique en la comunidad educativa.

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Los autores de esta idea innovadora son estudiantes hijos de caficultores que viven en las veredas Holanda, Santa Inés y San Francisco, a más de 8 kilómetros de la zona urbana de Pitalito.

El proyecto fue desarrollado por 380 estudiantes que cursan desde el grado preescolar hasta el grado 11 de bachillerato, pero el objetivo principal es generar una economía circular a través de la recuperación de los residuos del café.

Para el profesor Majé lo más importante es transformar a los estudiantes en líderes ambientales pues para él es fundamental dejarle al planeta “niños líderes con conciencia ambiental”.

La alumna Clara Lucía Ortiz señaló que “el proyecto viene avanzando en toda la zona para quitarle la carga contaminante a nuestras fuentes de agua”.

“Es una idea innovadora que desarrollamos entre todos para tener un medio ambiente sano”, dijo el estudiante James Gutiérrez Torres, del grado 11.

El proyecto obtuvo un premio de 50.000 dólares que serán utilizados en temas de fortalecimiento del centro de investigación del colegio Montessori.

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“La idea es fortalecer el centro de investigación en sus 3 fases a través de adecuación, mejora de la infraestructura y compra de materiales fundamentales, como microscopios, sensores y una biblioteca”, afirmaron los estudiantes.

Fabio Arenas

Para EL TIEMPO