Con el desplome del puente El Alambrado en límites entre Quindío y Valle del Cauca, sumado al daño del puente Barragán, ubicado también entre ambos departamentos, los habitantes de la zona y los transportadores prevén una crisis económica y social en la región.
El primero colapsó esta semana mientras era transitado por cinco vehículos. Dejó dos policías muertos, al menos cinco personas heridas y líos a los transportadores del país, que a diario movilizaban unas 30.000 toneladas de carga de víveres y materias primas por este sector que hace parte del corredor vial Bogotá – Buenaventura.
Algunos transportadores han lamentado las demoras en la reparación del puente Barragán- cerrado hace seis meses- pues argumentan que esta vía pudo ser la mejor alternativa para suplir temporalmente la falta de El Alambrado. Por allí se pudieron evitar sobrecostos por peajes y combustible y tiempo de desplazamiento que ahora tienen que asumir por la vía La Paila – Zarzal- Cartago - Pereira – Armenia – Calarcá.
El presidente de la Asociación de Transportadores del Quindío, Juan Carlos García, dijo que la afectación para los transportadores de carga “será muy grande”.
“A través del puente Barragán se desviaba mucha carga proveniente del Valle o del Quindío y en este momento si lo hubieran arreglado sino hubieran dejado pasar tanto tiempo, ese sería el plan b para la situación tan difícil que se presenta ahora con el puente El Alambrando”.
Dijo que, según sus proyecciones, el 68 por ciento de la carga pasaba por El Alambrado pues concentra la mayor cantidad de exportaciones e importaciones por estar en el centro del corredor entre Bogotá y el puerto de Buenaventura. “Con este daño el Quindío entra en una crisis social, económica y comercial que nos preocupa demasiado”, García.
Cabe resaltar que el tramo de El Alambrado está a cargo del concesionario Autopistas del Café y hace parte de la vía Panamericana. Por este sector pasaban a diario un promedio de 4.000 vehículos, más de 2.000 de estos eran de carga pesada. De hecho, durante el colapso del puente, cuatro de los cinco automotores movilizaban algún tipo de carga.
“Con este puente caído se incrementaron los costos de todo, es más compleja la situación. Pedimos que esto no vuelva a suceder, que el Gobierno Nacional les preste más atención a las vías, si desde el año pasado el puente Barragán estaba cerrado tenían que haberlo arreglado ya, pero ni han comenzado”, dijo el transportador Diego Fernando Londoño, quien se movilizaba por el sector de El Alambrado el pasado miércoles cuando ocurrió el desplome del puente.
Londoño quedó afectado pues regularmente transportaba víveres desde el Quindío hacia los municipios de Caicedonia y Sevilla, Valle, y ya no lo puede hacer a través de los puentes Barragán o El Alambrado.
Entre tanto, Vicente Llanos, presidente de la junta de acción comunal de la vereda La Estación, ubicada al lado del puente, contó que quedaron maniatados. El hombre y su familia trabajan en la extracción de material del río La Vieja y lo movilizan hacia el Quindío o Valle, pero por ahora no podrán seguir haciéndolo. “El material que sacamos lo vendemos en el Quindío, pero esta zona ya es del Valle, ahora por dónde pasamos las volquetas que llevan el material”, cuestionó Llanos.
Los comerciantes de la zona también están afectados, uno de ellos es Nelson Agudelo, quien comercializa frutas a unos metros del tramo colapsado. “Estamos sin saber qué hacer con la fruta que teníamos, cómo pagamos el arriendo del local, la fruta se nos está perdiendo, esto quedo peor que en la época de la pandemia, al menos en ese tiempo los conductores pasaban por aquí”.
Puente Barragán
Este puente quedó averiado hace casi seis meses- a finales de octubre del año pasado- luego de una creciente súbita del río Barragán que causó daños estructurales en la construcción.
Desde esa fecha solo se permite el paso de peatones. Los habitantes de Caicedonia y Sevilla, en el Valle, trasladan sus productos a través del paso peatonal, desde un extremo del puente hasta el otro. Algunos de los habitantes de estos municipios que más han sentido la falta del puente son estudiantes y los pacientes que se desplazaban hasta Armenia.
Alrededor de 13.000 personas de Caicedonia son atendidas en centros asistenciales de la capital quindiana.
“Tradicionalmente tenemos más del Quindío que del Valle, por la cercanía, a través de los corredores viales intercambiamos bienes y servicios. A muchos nos atienden en clínicas de Armenia, hay muchos pacientes con tratamientos especializados en esa ciudad”, dijo Antonio Marín, Habitante de Caicedonia.
Por su parte el alcalde de Caicedonia, Carlos Alberto Orozco, dijo que no presiente el mejor panorama para la economía de la región tras la falta de los dos puentes.
“Nos vamos a ver muy afectados, si llevamos seis meses luchando con el puente Barragán, no me imagino con este otro puente que se cayó”.
Añadió que “tenemos 12.800 s que dependen de Armenia. Para donde llevo los heridos o si se presentan accidentes graves, antes nos demorábamos media hora para ir a Armenia, después de que colapsara el puente (Barragán) me demoraba hora y media – cruzando por el puente El Alambrado- ahora me voy a demorar entre 4 y 5 horas. Y tengo el problema ambiental por los residuos sólidos que llevaba al relleno de Montenegro y ahora por dónde los llevo”, señaló el mandatario.
Durante una sesión descentralizada de la Asamblea del Quindío y donde participaron líderes comunales y la veeduría cordillerana, se anunció que el viernes (14 de abril) se iniciaron las labores de intervención en el puente de Barragán y que tardarían aproximadamente dos meses.
LAURA SEPÚLVEDA
Para EL TIEMPO- Armenia.
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