A poco más de dos horas de Medellín está ubicado en municipio de Ciudad Bolívar, Antioquia, y allí Amaranto, una de las veredas que lo conforman.
En Amaranto viven más de 200 personas en medio del cañón cuyo es limitado, pero todas son de la misma familia, se han casado entre primos desde las últimas dos generaciones.
El matrimonio más antiguo entre primos que se conoce es el de Luis Aníbal Vanegas Galeano y Alba del Jesús Galeano Henao, primos hermanos, quienes tuvieron 11 hijos y decenas de nietos.
Para poder casarse tuvieron que pedir permiso al obispo de Jericó, a través de la curia de Ciudad Bolívar, que les impuso como penitencia 50 padrenuestros, 20 rosarios y 6 confesiones.
Tal vez es debido a esta casi inaccesible geografía de Amaranto que los Vanegas, Galeano y Henao, se siguen casando o forman uniones entre primos.
Según Ana María Vanegas Galeano, líder comunal, esta tradición comenzó en 1890, cuando desde Jericó, el municipio vecino, llegaron casados Isaac Galeano y Eudoxia Vanegas. El padre de Isaac, Joaquín Galeano, fundó Amaranto.
Luego, otros tres tíos hicieron lo mismo y yo, para conservar la tradición, me casé con Alba.
Isaac llegó con tres hijos de un matrimonio anterior y Eudoxia se trajo a sus cuatro hermanos, entre ellos Gregorio, quien también venía casado. De su unión nacieron siete hijos y Gregorio, por su parte, tuvo nueve, entre ellos Primitivo y Gregorio Vanegas.
“Los primeros primos en casarse fueron mi papá Gregorio y mi mamá Etelbina (hija de Isaac e Eudoxia). Luego, otros tres tíos hicieron lo mismo y yo, para conservar la tradición, me casé con Alba”, dice Luis Aníbal, para quien el enredado árbol genealógico aún no es claro y es tema diario en el pueblo.
El único miedo de Alba del Jesús y Luis Aníbal, al momento de engendrar, fue siempre que sus hijos nacieran con problemas genéticos y físicos, pero esto no sucedió. Esta misma suerte no la tuvieron los hermanos Orlando y Hernán Galeano. Ambos se casaron con dos primas hermanas hace más de 30 años.
Patricia, una de las hijas de Hernán, nació con un dedo de más en manos y pies y Orlando sufre porque sus seis hijos tienen problemas de aprendizaje.
MEDELLÍN CON INFORMACIÓN DE PAOLA MORALES ESCOBAR
ENVIADA ESPECIAL EL TIEMPO 2015-