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Investigación
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La verdadera historia detrás del asesinato de dos hermanas en el Valle: condenan a los autores materiales
Tras 4 años del crimen, familiares ahora esperan el peso de la ley sobre autores intelectuales.
Maribel Carlosama Ortiz y su hermana menor, Nicole Orozco Ortiz. Foto: Suministradas por Mónica Ortiz
La vida de los cerca de 20 mil habitantes de Restrepo -un poblado del centro occidente vallecaucano en medio de montañas, donde se siembran piña, café, cebolla, habichuela, ají y tomate- transcurre entre esas estrechas calles, donde muchos se conocen y se encuentran a la vuelta de la esquina y donde toda tragedia jamás se olvida.
Una de ellas, los asesinatos de Maribel Carlosama Ortiz, de 21 años, y de su hermana que tenía 14 años: Nicole Dayana Orozco Ortiz.
El nombre de la menor es revelado y autorizado por la madre queen cuatro años ha venido clamando por justicia en nombre de sus únicas hijas, cuyas vidas se las arrebataron por disparos a quemarropa.
Maribel Carlosama Ortiz. Foto:suministrada por la mamá, Mónica Ortiz.
Sus cuerpos fueron hallados con múltiples heridas y dejados abandonados a su suerte en una carretera del área rural del municipio de La Cumbre. La tragedia se remonta al 18 de septiembre de 2020, un día antes de la celebración en aquel año del día del Amor y la Amistad.
Mónica María Ortiz guarda como sus más grandes tesoros las fotos, los videos y los últimos mensajes que sus hijas le escribieron por WhatsApp horas antes de los crímenes.
De Maribel, la joven de ojos penetrantes de color castaño, recuerda cómo cuidaba su cabello oscuro y liso. Ella había realizado estudios técnicos de contabilidad y en manualidades para organizar eventos, aunque le gustaba la agricultura.
Nicole Orozco Ortiz. Foto:suministrada por la mamá, Mónica Ortiz.
De hecho, creció ayudándole a doña Mónica a cosechar habichuelas y ají en fincas donde las contrataban y a donde Maribel solía ir porque no era fácil encontrar un empleo en contabilidad, de acuerdo con la mamá. A la joven, oriunda de Restrepo, también le gustaba la danza y empezó en un grupo casi después de aprender a caminar.
- Mari se inició como a las 3 años de edad y Nicole, a los 4.
La pequeña, la bebé de doña Mónica, como aún la llama, era la talentosa de la familia en tocar el clarinete y el saxofón. Cuando ocurrió el crimen estaba finalizando séptimo grado y se alistaba para continuar el octavo con ansias de seguir con sus amigos de colegio. Le gustaba participar en un grupo de danza, luciendo trajes de colores para interpretar ritmos folclóricos. Era una de las fundadoras. Su sueño truncado por la muerte fue el de estudiar veterinaria porque le gustaban los animales.
Maribel Carlosama Ortiz. Foto:suministrada por la mamá, Mónica Ortiz.
-Son cuatro años, mis amores, de esta partida y sin pedirme permiso. Pero este dolor es demasiado. No hay palabras para expresar el dolor que siento en mi corazón.
El mensaje es uno de los escritos de doña Mónica con fotos de sus hijas y con música de fondo, como una manera de continuar sintiéndolas a su lado.
En algunas de esas fotografías, Nicole luce un vestido típico de campesina con rosas entrelazadas en su cabello negro.
En las fotos de Maribel hay una posando con traje de cumbia. Tenía un vestido blanco con bordados del tricolor de la bandera nacional que también adornaba su cabeza.
En estos cuatro años desde el asesinato, dos hombres han permanecido recluidos en cárceles de Cali y Jamundí, cumpliendo medidas de aseguramiento, mientras avanzaban los procesos penales en su contra.
Julio César Mosquera Cerón desde que fue detenido en 2020, casi un mes después del asesinato de las hermanas, ha estado tras las rejas del Complejo Carcelario y Penitenciario con Alta y Media Seguridad de Jamundí (Cojam), y Víctor Alfonso Vélez Castaño fue llevado a la cárcel de Villahermosa, en la capital del departamento. Mosquera es el padrastro de Vélez.
Momentos de los sepelios hace cuatro años. Foto:Archivo particular
Y en esos mismos cuatro años, las autoridades han ido armando el rompecabezas para ir detrás de los culpables, primero, la Policía Metropolitana de Cali que desde aquel septiembre de 2020 inició la persecución que duró casi un mes para dar con el paradero de los dos hombres señalados como autores materiales, tras analizar más de 50 horas de grabación obtenidas de diferentes cámaras privadas e institucionales, y luego con la Fiscalía que acusó a los capturados de feminicidio agravado en concurso homogéneo con feminicidio agravado, fabricación, tráfico y porte o tenencias de armas de fuego, rios o municiones.
El Juzgado Primero Penal del Circuito con funciones de Conocimiento condenó a 536 meses de prisión, que equivalen a 44 años y ocho meses, a Mosquera Cerón y al hijastro
Hoy, cuatro años después del asesinato de las hermanas, el Juzgado Primero Penal del Circuito con funciones de Conocimiento condenó a 536 meses de prisión, que equivalen a 44 años y ocho meses, a Mosquera Cerón y al hijastro.
Las semanas previas a los asesinatos
Maribel había estado en una discoteca dos semanas antes sin saber que sus días los tenía contados y su pequeña hermana. Allí, Víctor Vélez se le presentó y desde entonces quiso acercársele, de acuerdo con allegados de las víctimas porque habría tenido un plan de sevicia, al parecer, por una disputa entre dos familias.
Inclusive, el hombre había insistido en varias oportunidades para que salieran, a pesar de que el condenado es casado.
El hombre fue luego a la vivienda de las hermanas, en el centro de Restrepo, conociendo a la mamá de ambas. Vélez era mayor que Maribel con una diferencia de 17 años.
Así transcurrieron los días hasta que Vélez, de acuerdo con las declaraciones recogidas en cuatro años por la Fiscalía, le dijo a Maribel que como se acercaba el día del Amor y la Amistad, el sábado 19 de septiembre de aquel 2020, que se vieran el día antes. El lugar acordado fue en Buga, distante 26 kilómetros de Restrepo.
Ese día, el 18 de septiembre, como lo dijo la mamá, "le había dicho que la cita era ese viernes porque le iba a regalar algo por amor y amistad. Que ella bajara a Buga y que él la recogía".
-Mamá, ¿va a ir conmigo?
-Mami, no la puedo acompañar porque trabajo.
-¿Será que mi hermanita me acompaña?
-Dígale a Nico.
En efecto, cuando llegó ese 18 de septiembre, las hermanas salieron hacia Buga y allí se encontraron con él. Se estaba desplazando en un carro particular, un Chévrolet de color azul.
Las últimas horas de vida de las hermanas
En una declaración juramentada conocida por EL TIEMPO, de una de las familiares del condenado Víctor Alfonso Vélez Castaño, este había insistido en que intercediera por él ante su esposa para que le permitiera usar el carro. Vélez es casado.
-Víctor me llamó ese viernes, 18 de septiembre, en horas de la mañana y me pidió que llamara (a la esposa) para que le prestara el carro para recoger a unas primas de Julio (el padrastro también condenado) al aeropuerto. Entonces, le pregunté que cómo así que para el aeropuerto y él me dijo que le hiciera el favor de llamarla para que le prestara el carro para ir al aeropuerto. Yo le dije que no la fuera a meter en problemas y ya.
Las horas siguieron avanzando hasta llegar la noche. En ese entonces, estaban arreglando la vía y Víctor Vélez con las hermanas no tomaron el trayecto de la carretera de Buenaventura a Restrepo.
-Él (Víctor) le había dicho a mi hija (Maribel) que no se venían por ahí porque había mucho trancón y que daban la vuelta por Yumbo, que él le iba a regalar un teléfono avanzado. Por eso se vinieron por Yumbo para salir a La Cumbre (otro municipio).
-Le decía que le iba a dar un regalo como amigo, que no era para nada más.
Además, la joven tenía novio, una relación de cinco años que habría generado una disputa con otra mujer.
Así lo narra la madre. Fue cuando llegaron el centro comercial Único, en Yumbo. Allí se detuvieron a comer un sandwich. Maribel le envió a la mamá, las últimas palabras e imágenes de su hermanita y de ella con vida.
Eran las 7:31 de la noche de ese viernes fatídico del 18 de septiembre de hace cuatro años. Doña Mónica Ortiz recibió mensajes por WhatsApp.
-Estamos esperando comida.
-No, me trae comida.
-Le llevamos. Jajaja. Pero es sandwich.
A las 7:47 de la noche, doña Mónica recibió otro mensaje con la foto de su hija adolescente, comiendo.
A las 8:05 de la noche hubo más comunicación.
-Ya vamos para allá.
-Gracias a Dios. ¿Por dónde vienen?
-Apenas salimos.
-Me está avisando, hija. Buen viaje.
Diálogo entre la mamá y sus hijas, horas antes de los crímenes. Foto:Foto suministrada por la mamá, Mónica Ortiz.
Esas palabras fueron a las 8:09 de la noche y los últimos mensajes fueron enviados a las 8:40, quedándose grabados en la memoria y en el alma desgarrada de la madre.
-Desde que mis hijas salieron de aquí nunca perdimos comunicación hasta las 8:40 de la noche. Me mandaban ubicación, me mandaban fotos de tal parte y del otro.
Luego, la madre empezó a preocuparse porque Maribel ya no se comunicaba. "El teléfono se va a buzón. Volvimos marcamos, entraba la llamada y no contestaban", dijo la señora que emprendió la búsqueda con otras allegados.
A eso de las 10:30 de la noche de ese 18 de septiembre de 2020, la familia halló los cuerpos en un barranco, en la vereda Río Grande, de La Cumbre. Maribel Carlosama sufrió dos heridas. Un disparo fue en las costillas y el segundo, cerca de la cabeza, comenzando la columna. Su hermana adolescente murió por dos disparos. La madre contó que uno de ellos había sido en el rostro y a poca distancia. El segundo fue en el tórax.
Diálogo entre la mamá y sus hijas, horas antes de los crímenes. Foto:Foto suministrada por la mamá, Mónica Ortiz.
Víctor Vélez, según la Policía, vestía de blanco con gorra y tenis rojos.El padrastro habría participado en los asesinatos.
"Más de 50 horas de grabación obtenidas de diferentes cámaras privadas e institucionales permitieron ubicar a las víctimas en compañía de un hombre en el municipio de Buga y su recorrido hasta el lugar donde ocurrieron los hechos en la vereda Río Grande, zona rural de La Cumbre, Valle del Cauca", fueron las palabras del entonces comandante de la Policía Metropolitana de Cali, en octubre de 2020, general Manuel Vásquez.
Esas pesquisas llevaron a los uniformados detener a Víctor Vélez en el barrio Belalcázar, en el centro de Cali. Allí, también fue hallado el vehículo en el que se movilizaron las víctimas y en la habitación del detenido, según la Policía, estaban la gorra y los tenis rojos que llevaba el día del asesinato, como quedó grabado en videos de las cámaras de seguridad.
Un reporte de la misma Policía de la época indicó: "Otra acción se registró en la vía a Restrepo – Valle, donde fue capturado un segundo hombre, padrastro del primer victimario y quien habría sido el determinador de las muertes. Cabe resaltar que estas personas registran antecedentes judiciales por hurto".
Transcurrieron cuatro años hasta que el pasado 29 de noviembre, el Juzgado Primero Penal del Circuito con funciones de Conocimiento determinó las condenas para ambos hombres involucrados.
Condenar a Julio César Mosquera Cerón, de Cali (Valle), y a Víctor Alfonso Vélez Castaño, de Restrepo (Valle), de condiciones civiles y personales conocidas, cada uno, a la pena principal privativa de libertad de 536 meses de prisión, como autores penalmente responsables del punible de feminicidio agravado en concurso homogéneo por ser dos víctimas, y en concurso heterogéneo con el delito de fabricación, porte o tenencia de armas de fuego, rios partes o municiones, en hechos ocurridos en las circunstancias de tiempo, modo y lugar que dan cuenta los registros
"Condenar a Julio César Mosquera Cerón, de Cali (Valle), y a Víctor Alfonso Vélez Castaño, de Restrepo (Valle), de condiciones civiles y personales conocidas, cada uno, a la pena principal privativa de libertad de 536 meses de prisión, como autores penalmente responsables del punible de feminicidio agravado en concurso homogéneo por ser dos víctimas, y en concurso heterogéneo con el delito de fabricación, porte o tenencia de armas de fuego, rios partes o municiones, en hechos ocurridos en las circunstancias de tiempo, modo y lugar que dan cuenta los registros", se lee en el acta del fallo, en audiencia virtual.
"Segundo, condenar a Julio César Mosquera Cerón y a Víctor Alfonso Vélez Castaño por un tiempo igual al indicado como pena principal, a las penas rias de inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones públicas, y privación del derecho a la tenencia y porte de arma de fuego", dice la sentencia.
"Tercero, no conceder a Julio César Mosquera Cerón y a Víctor Alfonso Vélez Castaño, el subrogado de la suspensión condicional de la ejecución de la pena, lo mismo que la sustitución de la prisión intramural por la prisión domiciliaria con base en las razones expuestas en la parte motiva. Se ordena notificar de la presente decisión a los centros carcelarios donde se encuentran detenidos los sentenciados (...), con el fin de que cumplan en esos lugares la sanción que aquí se les impone".
Esto significa que el padrastro de Vélez Castaño pagará su condena en la cárcel donde se encuentra, la de Jamundí. El hijastro, por su parte, deberá permanecer en la hacinada cárcel de varones de Villahermosa, en Cali.
Uno de los condenados apeló la sentencia
Durante la audiencia, el juez sostuvo que contra esta decisión procede el recurso de apelación ante la Sala Penal del Tribunal Superior de este Distrito Judicial.
El defensor de los condenados interpuso recurso de apelación, mismo que sustentará en el término de ley, "igualmente, el procesado Víctor Alfonso Vélez Castaño manifiesta que interpone recurso de apelación a través de su apoderado, razón por la cual se concederá la alzada ante la Sala Penal del Tribunal Superior de Cali, en el único evento en que sea sustentado en el término legal conforme el artículo 179 del C. P. P.".
Igualmente "se ordena notificar de la decisión al sentenciado Julio César Mosquera Cerón, quien se encuentra detenido en el centro carcelario Cojam".
El porqué de ambos asesinatos
-Sé que estas condenas no me van a devolver a mis hijas, pero hubo un poco de justicia.
La madre de Maribel y de Nicole aún siente que no todos los culpables están presos y condenados. De hecho, las mismas autoridades señalaron que estos capturados y hoy condenados fueron catalogados como los autores materiales, pero faltan los intelectuales, los que fraguaron el plan del asesinato a sangre fría de las hermanas.
Todo indicaría, según declaraciones en el proceso judicial, que los hombres en estos homicidios habrían tenido una motivación personal: rencillas y amenazas previas de terceros hacia la misma familia de las víctimas.
Pero estas amenazas no tendrían que ver ni con deudas o por razones económicas. Se presume que detrás de este hecho habría sentimientos de rencor hacia la mayor de las hermanas, debido a una relación sentimental desde que tenía 16 años hasta los 21 de su muerte y que habría despertado la disputa con terceros. Víctor Vélez y Julio Mosquera tendrían vínculo con quienes habrían sido parte de esa disputa.
Aún estas versiones siguen en indagación. Pero, la madre de Maribel y de Nicole teme que con las dos condenas, "todo llegue hasta ahí y no estén todos los culpables". Por eso pide que el caso no sea cerrado aún. "Inclusive, nosotros no hemos recibido ninguna reparación económica", manifestando que son pocos los medios para sostenerse. Su hija mayor y ella se ayudaban entre sí, en los cultivos de habichuela, tomate y ají, como jornaleras.
En la actualidad, la madre contó que a veces le pagan por pintar casas.
Los casos de feminicidios en el Valle del Cauca no cesan con el paso de los años. Según el Observatorio de Género del departamento, con corte al 4 de septiembre de este 2024 se tenían tipificados 18 casos como feminicidios, mostrando un incremento del 64 % comparado con el año anterior.
"Este incremento se presenta en los municipios de La Unión, Jamundí, Palmira, Pradera, El Cerrito y Candelaria, que registran incrementos del 100 %. Cali muestra un incremento del 25 % mientras que Buenaventura está en contención con la misma cantidad de casos del año anterior", dice el informe. "Con el esclarecimiento de los hechos ocurridos en Bugalagrande pasa el caso tipificado como feminicidio a homicidio doloso".
¿Dónde se puede denunciar violencia de género?
Si usted o alguna mujer de su entorno es víctima de violencia psicológica, física, económica o sexual, puede comunicarse con la línea nacional 155.
Así mismo, puede denunciarlo en las líneas de la Fiscalía General de la Nación en el número a nivel nacional 018000919748, desde su teléfono celular marcando el 122 o en Bogotá en el 601 5702000.
En caso de estar en Bogotá, puede llamar a la línea púrpura de la Secretaría de la Mujer, 018000112137.
En la Policía Metropolitana de Cali se puede denunciar a la Patrulla Púrpura en el número 318 8611522.
En la secretaría de Mujer, Equidad de Género y Diversidad Sexual del departamento se hace un llamado para que las mujeres que sufran violencia de género acudan ante las autoridades que hacen parte de la ruta de atención de estos casos, que está conformada por comisarías de Familia, en casos de violencia psicológica, física y patrimonial.
También en la Fiscalía, en casos de violencia sexual, física, patrimonial y psicológica; institucionales de salud, por violencia física, psicológica y sexual, y a través del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), por violencias psicológica, física, patrimonial, y sexual contra niñas y adolescentes.