Opinión | ¿Cómo van los indicadores de salud en Colombia?¿Hay que preocuparse?

El a los servicios de salud es un indicador muy sensible de garantizar la atención clínica y medico quirúrgica en especial a los pacientes que tienen enfermedades crónicas y enfermedades de alto costo.

Una enfermedad de alto costo es aquella que requiere tratamientos médicos complejos, prolongados y costosos, lo que puede generar un impacto significativo en la vida de las personas y en los recursos del sistema de salud. Estas enfermedades demandan cuidados especializados, medicamentos avanzados y, en muchos casos, procedimientos quirúrgicos o terapias que implican un esfuerzo conjunto entre pacientes, familias y el sistema de salud. Según la Cuenta de Alto Costo (CAC), en 2021 se reportaron 889.123 casos de Enfermedad Renal Crónica (ERC) en Colombia. Si consideramos que la población colombiana en 2021 era de aproximadamente 50 millones, esto representa un 1.78% de la población. Es importante tener en cuenta que esta cifra solo refleja los casos reportados y que la prevalencia real de la ERC podría ser mayor.

En cuanto a la diabetes, más de 1.600.000 colombianos fueron diagnosticados en 2021. Esto equivale a un 3.2% de la población. La diabetes es un factor de riesgo importante para desarrollar ERC.

Algunas de las enfermedades consideradas de alto costo son el Cáncer, como el cáncer infantil o el de mama, que requieren atención integral y tratamientos específicos; la Insuficiencia renal crónica, que puede implicar diálisis o incluso un trasplante de riñón ;Hemofilia y otros problemas graves de coagulación; las enfermedades raras o huérfanas, que suelen ser difíciles de diagnosticar y tratar; la infección por VIH/SIDA, que exige un manejo continuo con medicamentos antirretrovirales; las enfermedades autoinmunes graves, como el lupus o la artritis reumatoide y los problemas cardiovasculares complejos, como la hipertensión pulmonar.

Estas condiciones no solo afectan la salud física de quienes las padecen, sino también su calidad de vida, sus emociones y las dinámicas familiares. El Observatorio de Salud Pública de la Universidad de los Andes hace este análisis de cómo van los indicadores en un contexto de alta incertidumbre como la generada por al reforma en salud y la percepción de tener indicadores que ya muestran deterioro en el y oportunidad en servicios de salud. La fuente de información es la Cuenta de Alto Costo y en la mayoría de los indicadores los datos están hasta el año 2024.

Control de presión arterial: Porcentaje de pacientes con ERC que mantienen niveles óptimos de presión arterial, reduciendo el riesgo de complicaciones cardiovasculares. Se considera cumplimiento alto por encima del 60%, sin embargo, el indicador ha venido disminuyendo:

Esta gráfica muestra el porcentaje de pacientes con Enfermedad Renal Crónica (ERC) que mantienen un control adecuado de su presión arterial. Aunque hubo una mejora significativa en 2022, el valor cayó nuevamente en 2023, lo que resalta la necesidad de fortalecer las estrategias de seguimiento y manejo de estos pacientes.

Tiempo desde el diagnóstico hasta el inicio del tratamiento: Medición del intervalo entre la confirmación diagnóstica y el inicio del tratamiento oncológico.

Se considera un cumplimiento alto un tiempo menor o igual a 60 días. Ha venido mejorando el tiempo, pero todavía hay inoportunidad en el inicio de tratamiento:

El tiempo promedio entre el diagnóstico y el inicio del tratamiento ha disminuido consistentemente en los últimos años, lo cual es alentador. Sin embargo, el indicador sigue por encima de los 60 días ideales, mostrando la persistencia de barreras en el a tratamiento oportuno.

Evaluación de la transmisión del VIH de madre a hijo mediante pruebas de carga viral en los primeros meses de vida del recién nacido, mide el porcentaje de niños entre 6 y 12 meses de edad hijos de madres con VIH con primer y segundo estudio de carga viral realizada. Se considera un cumplimiento alto un valor igual o mayor al 95%. Ha venido mejorando, pero todavía el indicador sigue debajo de la meta.

El porcentaje de niños nacidos de madres con VIH que reciben sus pruebas de carga viral sigue por debajo de la meta del 95%. Aunque hubo una ligera mejora en 2023, se requiere un esfuerzo adicional para alcanzar el cumplimiento deseado.

El tratamiento para las personas que viven con VIH se llama Terapia Antirretroviral (TAR). Este tratamiento es muy importante porque ayuda a que las personas con VIH puedan vivir más tiempo, mantenerse saludables y evitar que el virus se transmita a otras personas.

En el año 2024, en Colombia, el 80,38% de las personas que viven con VIH recibieron este tratamiento. Aunque suena a un número alto, significa que casi 2 de cada 10 personas que lo necesitan no lo están recibiendo. Además, comparado con 2023, hubo una pequeña disminución del 3,34% en la cantidad de personas que accedieron al tratamiento.

Lo preocupante es que el al tratamiento no es igual en todas las regiones del país. Las regiones del Pacífico y Bogotá, que es la capital, tienen las coberturas más bajas. Esto quiere decir que en estas zonas menos personas con VIH están recibiendo la atención que necesitan. Además, en todas las regiones del país, incluso donde hay más , muchas personas no están siguiendo completamente el tratamiento o no pueden acceder de manera continua.

Oportunidad de Atención por especialista en semanas, que es el tiempo entre la fecha de inicio de síntomas y la fecha de la primera visita con el especialista. Se considera un cumplimiento alto un tiempo menor o igual a12 semanas. Este indicador se ha venido deteriorando.

La oportunidad de atención por parte de un especialista, medida en semanas, ha mostrado un leve deterioro. Este tiempo sigue siendo significativamente mayor al estándar deseado de ≤12 semanas, reflejando desafíos en el a atención especializada.

Tasa de Sangrado general en paciente con Hemofilia, es un indicador que se ha venido deteriorando.

La tasa de sangrado general en pacientes con Hemofilia ha mostrado una mejora constante en los últimos años, aunque en 2024 se observa un aumento. Esto señala la importancia de mantener una vigilancia estricta y programas de tratamiento continuos.

En los casos de cáncer pediátrico, el tiempo promedio desde la sospecha médica hasta el diagnóstico se ha mantenido estable, mientras que el tiempo desde el diagnóstico hasta el tratamiento muestra fluctuaciones. Sin embargo, la tendencia entre los años 20222 y 2023 es al aumento es decir se están incrementando los tiempos de espera.

En conclusión, varios indicadores en salud pública ya muestran signos de deterioro en el año 2023 y en el 2024 seguramente la situación sigue adversa, por lo cual es necesario una reforma a la salud que no permita ni justifique en su periodo de transición retrocesos en el , calidad y equidad en la atención, garantizando la sostenibilidad del sistema y priorizando la salud como un derecho fundamental, especialmente para las poblaciones más vulnerables.

Luis Jorge Hernández Flórez

Médico salubrista

Especial para EL TIEMPO