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Entrevista
‘‘Los inventos sobre Galán y mi madre son estrategia política’’: Luis A. Galán Corredor, sobre vandalismo a estatua
El hijo mayor de Luis Carlos Galán, que muchos no conocen, habló sobre las protestas feministas del 8M.
Estatua de Luis Carlos Galán en la Plaza del Concejo de Bogotá. Foto: Sergio Acero. EL TIEMPO
“No le guardo nada de rencor; al contrario, mi existencia es una prueba de su humanidad”, así describe Luis Alfonso Galán Corredor lo que siente por su padre y por la memoria de él luego de que, como dice, su vida fuera utilizada como argumento para que un grupo de mujeres que participaba en la manifestación feminista del 8M el sábado, alterara la estatua ubicada en el Concejo de Bogotá de Luis Carlos Galán, su padre.
El llamado 'Monumento a la dignidad' se erigió en la entrada del cabildo distrital como un homenaje al político liberal, que fue concejal. Su magnicidio ha sido reconocido como una muestra de la violencia política a causa del narcotráfico en el país, pues Luis Carlos Galán Sarmiento, fuerte aspirante a la presidencia para entonces, fue asesinado por orden de Pablo Escobar en 1989.
Estatua de José Gervasio Artigas en el Concejo de Bogotá. Foto:Sergio acero. EL TIEMPO
Pasó una década desde el asesinato de Luis Carlos Galán hasta que Luis Alfonso logró llevar el apellido de su padre, a sus 33 años. Su historia tiene sus raíces en el amorío entre el joven estudiante de derecho de 22 años, Luis Carlos, y la empleada del servicio en su casa, de 25 años, María Isabel Corredor Barrera.
Luis Alfonso nació de esa relación clandestina, mientras su padre construía una vida pública que lo convertiría en un símbolo de renovación política con el Nuevo Liberalismo.
A propósito de la estatua que fue pintada y que intentaron quemar el 8M, varias mujeres en redes sociales recordaron la historia de María Isabel, una campesina que trabajó en la casa de los Galán Sarmiento. La socióloga y feminista Juana Afanador expresó en sus redes sociales: “El asesinato de Galán fue repudiable, como el de miles de víctimas de la violencia en Colombia, y eso no tiene discusión. Pero eso no quiere decir que sus prácticas patriarcales no se puedan criticar, y que su figura se debe dejar de romantizar (...) Como parte de la burguesía bogotana, Galán tuvo un primer hijo con la empleada doméstica que vivía y trabajaba para su familia, cosa normalizada en esa época, porque las familias acostumbraban a poner a la empleada al servicio sexual de los hombres de la casa”.
Miles de mujeres participaron en las marchas del
8M con actividades culturales y pedagógicas. Foto:Sergio Acero
Este reclamo, sin embargo, ha sido controvertido. En entrevista con EL TIEMPO, Luis Alfonso asegura que no ve en su madre a una mujer sacrificada por haberlo tenido en esas condiciones secretas. “Ella, en cambio, asumió la situación con lealtad”, defiende. Aunque ite que no fue fácil estar lejos de su padre, señala que “si eso se sabía en esa época, sus enemigos iban a utilizar mi existencia como una arma en su contra”.
Usted publicó un mensaje en X, junto con un video de la estatua vandalizada, en el que decía: “La mujer colombiana es más que esto. Luis Carlos Galán no es una estatua”. Hubo sorpresa porque uno de los argumentos que esgrimen algunas para defender ese acto es justamente la relación clandestina que hubo entre su madre y el entonces político, ¿Cómo lee esta situación?
Creo que, en algún sector de las personas que protestaron, se ha malinterpretado la figura de Galán. Se ha hecho una relación equivocada con mi existencia. La gran mayoría del país desconoce mi historia. Creo que cometieron un error al asociar mi vida con lo que representa Galán, porque mi madre y yo tuvimos una relación con él, pero es una historia que se debe entender en su contexto. El 8 de marzo es una fecha mundialmente conmemorada por un hecho triste para la mujer, muchas perdieron la vida y fueron violentadas cuando luchaban por sus derechos laborales. Esta es una excelente oportunidad para visibilizar la problemática que enfrentan las mujeres en nuestro país. Hay mucho de lo que se debe hablar. Los daños a la propiedad pública no abordan la raíz del problema. Yo creo que se está desperdiciando una oportunidad en este sentido. Sobre todo porque saltan a decir cosas inexactas en redes sociales sobre mi historia de vida.
Luis Alfonso Galán Corredor junto al escritor del libro sobre su vida, el periodista Sergio Ocampo. Foto:Archivo el tiempo
¿Podría aclararnos algunos de esos 'puntos inexactos' de los que se ha hablado en redes?
Se ha hecho una campaña de desinformación en mi contra, contra mi madre y contra el legado de mi padre. Muchas de las cosas que se han dicho son absolutamente falsas. Hay una connotación política detrás de estos rumores, principalmente provenientes de un sector que no respeta los hechos. La verdad está claramente documentada en el libro 'Las distancias', una novela de Sergio Ocampo Madrid, y en mi testimonio personal. Todo lo demás, como que mi madre era menor de edad cuando me concibió o que fue obligada a hacer ciertas cosas, proviene de las redes sociales, donde algunas personas, de manera cobarde, atacan el legado de Galán, quien fue una figura clave en la política colombiana. Es injusto distorsionar su historia y también la de mi madre.
¿Cree que es cierto que en la época de su concepción era común que las élites obligaran a sus empleadas a ponerse al 'servicio sexual' de los hombres de esas familias?
Cada quien tiene derecho a interpretar los hechos como lo desee, pero es importante no generalizar. En este caso, es erróneo hablar de una forma tan simplista sobre lo que sucedió. Hablar de la situación de una campesina que fue sometida a trabajos en condiciones precarias y tratar de vincularlo con algo tan negativo es muy injusto. Lo que están tratando de hacer es atacar la memoria de una persona que ya no está aquí para defenderse y atacar a una mujer de 85 años es completamente cruel.
María Isabel Corredor, madre de Luis Alfonso Galán Foto:Archivo familia de Luis Alfonso Galán
Los relatos que se inventan sobre la relación entre Galán y mi madre son parte de una estrategia política. Se trata solo de atacar la imagen de Luis Carlos Galán, buscando desacreditarlo. Ese tipo de comentarios son especulaciones para generar confrontación.
Entonces, ¿cómo fue la relación entre sus padres?
Mi madre empezó a trabajar en la casa de Galán cuando era menor de edad; eso es cierto. Estuvo trabajando allí durante casi 10 años. Pero, para la época en que yo nací, mi madre tenía alrededor de 25 años y mi padre, Galán, 22 años. Ambos eran adultos en ese momento. Galán siempre mostró apoyo y cariño hacia mi madre.
¿Dice que en esa relación no influyó la posición de su madre como empleada de la familia?
Me parece que son cosas diferentes. Mi madre tuvo una relación con Galán durante años. Desde luego se puede decir que fue una historia de amor. Ella no tuvo más parejas desde entonces.
Estatua de Luis Carlos Galán en la plaza del Concejo de Bogotá. Foto:Sergio Acero EL TIEMPO
¿Y qué piensa de la crítica que se hace sobre la figura de padre de Galán con usted, que habría sido intermitente y distante, algo que se relaciona con una conducta patriarcal de los hombres que no asumen su paternidad?
Es cierto que hubo momentos de ausencia, pero eso no fue por una falta de responsabilidad, sino por su dedicación a la política. Su trabajo absorbía su atención. Incluso sus otros hijos más cercanos le reprochaban la falta de tiempo que pasaba con ellos debido a su dedicación a la política. Mi madre y yo siempre supimos que, a pesar de esa ausencia física, Galán nunca dejó de apoyarnos. Cuando yo nací, él fue nombrado embajador. Ahí hay una interrupción. Pero él se resarce: hacía visitas constantes a nuestra casa. La verdadera razón de su interrupción en la vida familiar fue su vocación por el país, y no se puede comparar con el abandono que muchas veces sufren los niños por parte de padres que simplemente se desinteresan de sus hijos.
Algunos comentarios destacan, por ejemplo, el hecho de que usted creció y vivió 'escondido' en el campo.
Es cierto que vengo de un entorno rural, y me enorgullece ser un campesino que logró formarse profesionalmente. Que nos fuéramos a vivir al campo no tiene ninguna connotación negativa que, quizás, algunos le quieren dar. Además, me formé como abogado, he trabajado durante muchos años en la asesoría a víctimas del conflicto armado en varias regiones del país. La situación en el campo es trágica, y la situación de las mujeres es particularmente grave. Esa es la realidad que debemos enfrentar, especialmente en fechas como el 8M.
Entonces ¿por qué no se había hablado públicamente de su existencia?
Él nos quería proteger, me lo dijo antes de morir y me lo decía siempre. Todo el tiempo nos contaba sus historias y su temor, yo creo que hasta más que a sus otros hijos. Aunque fue difícil en momentos, luego entendí que si eso se sabía en esa época, sus enemigos iban a utilizar mi existencia como una arma en su contra; aún lo hacen, contra su memoria.
Luis Carlos Galán fue asesinado el 18 de agosto de 1989. Foto:Ricardo Vejarano. Archivo EL TIEMPO
¿Qué dice su madre sobre los comentarios que han surgido al respecto de la situación?
Mi madre tiene 85 años, y ha sido una mujer increíblemente fuerte. Lamenta profundamente la muerte de Carlos, y siempre estuvo a su lado, protegiéndolo. Hubo un momento en el que algunos abogados le sugirieron iniciar un proceso legal por paternidad, pero ella decidió no hacerlo por respeto a su compromiso con Galán y por el temor de que sus enemigos pudieran atacarnos aún más. Debo decir, además, que él siempre respondió por mí. Hoy en día, a más de 30 años de su muerte, es evidente que Galán sigue teniendo enemigos, y su familia sigue enfrentando ataques debido a su legado, nosotros incluidos. La gente busca forma de atacarlo.
¿Quiere decir que su historia, en este contexto, fue utilizada para victimizarlo como arma contra su padre?
La historia de mi vida, y la de mi madre, ha sido distorsionada por algunos sectores. Por ejemplo, quiero decir que mi relación con mis hermanos siempre ha sido buena. Como en cualquier familia, hemos tenido algunas diferencias, pero siempre hemos mantenido el respeto. En mi caso, nunca he buscado victimizarme. De hecho, me considero una persona que ha vivido con dignidad, y que ha trabajado arduamente por superarse.
¿Qué concluye sobre la forma en la que se habla de su historia de vida actualmente?
Mi llamado es a reconocer que Galán, al igual que cualquier ser humano, tuvo virtudes y defectos. No se debe manchar su legado. Al contrario, se debe reconocer la importancia de su figura y el impacto que tuvo en la política colombiana. Él fue un ser humano cariñoso, comprometido, y siempre buscó el bienestar de su país. Mi madre, quien fue su aliada en todo momento, también ha sido leal y protectora, y ese valor de la lealtad es algo que se ha perdido y deberíamos resaltar más.
Luis Carlos Galán, excandidato presidencial Foto:Archivo EL TIEMPO
Sin dejar de reconocer el legado político de Galán; si usted dice que él fue un hombre con virtudes y errores, ¿por qué enaltecerlo en una estatua?
En Colombia hay cientos de estatuas y homenajes dedicados a figuras históricas. Cuando he recorrido el país, muchas veces me dicen: "Este colegio se llama Luis Carlos Galán" o "Este hospital lleva su nombre". Me parece absurdo que ahora haya personas que cuestionen la existencia de una estatua en su honor. Esa estatua no solo representa su legado, sino también un mensaje claro a aquellos que quisieron silenciarlo. La reacción negativa hacia una figura que dedicó su vida a luchar por el país es un reflejo de lo que algunos opositores sienten ante su imagen, que sigue siendo un referente poderoso. La historia de Galán es tan relevante hoy como lo fue en su tiempo. Su lucha fue tan fuerte que terminó con la vida de miles de personas, incluyendo a figuras como Rodrigo Lara, y su sacrificio ha quedado plasmado en la historia. La gente que se opone a su imagen debería reflexionar sobre su legado y lo que él significó para Colombia.
¿Qué opinión le merece la política que se hace hoy?
Mi padre siempre me motivó a estar al tanto de la realidad del país, y ahora más que nunca, Colombia necesita que las nuevas generaciones se informen sobre lo que fue Galán, tanto como político como ser humano, con sus virtudes y sus fallas. En este momento, estoy trabajando en la rama judicial, aportando mi experiencia y conocimiento al servicio del país. Además, no descarto involucrarme en la política, porque siento que tengo mucho que aportar, especialmente como hijo de Carlos Galán, porque en cada conversación que tuve con él, aunque no eran tan frecuentes, me enseñó a que debía involucrarme en la realidad del país, y quiero seguir luchando por el bienestar de los colombianos. Quiero reiterar que, si el Nuevo Liberalismo lo considera, tengo el interés de aspirar a un cargo de elección.