Son casi 30 las ciudades del mundo que en los últimos cinco años han logrado reducir sus índices de emisiones contaminantes en un 10 por ciento; esto quiere decir que han venido bajando la contaminación que generan en un 2 por ciento anual desde el 2013.
Esa conclusión la arrojó un estudio de la organización C-40, la cual reúne las áreas metropolitanas con las economías más fuertes del planeta. Lo que más destaca el diagnóstico es que las 27 que han logrado este objetivo lo han hecho al tiempo que sus poblaciones y tamaño económico han aumentado, a una media común de 1,4 por ciento en el primer aspecto y 3 por ciento en el segundo. En otras palabras, crecen de manera sostenible.
Barcelona y Madrid (España), Basilea (Suiza), Berlín y Heidelberg (Alemania), Boston, Chicago, Los Ángeles, Filadelfia, Portland, Washington D. C., Nueva York, San Francisco y Nueva Orleans (Estados Unidos), Copenhague (Dinamarca), Londres (Reino Unido), Melbourne y Sídney (Australia), Milán y Roma (Italia), Montreal, Toronto y Vancouver (Canadá), Oslo (Noruega), París (Francia), Estocolmo (Suecia) y Varsovia (Polonia) integran ese selecto grupo.
Cada una de estas ha desarrollado diferentes estrategias para conseguir el objetivo de reducir el impacto en el medioambiente, cuya meta final es cumplir con el A
cuerdo de París (que establece una hoja de ruta para frenar el cambio climático).
“Para evitar un deterioro irreversible del planeta, las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial deben reducirse antes del 2020, punto en el que deberían empezar a descender de forma acusada. En la actualidad, estas siguen en aumento. Por este motivo es crucial que las ciudades más grandes muestren que es posible un mundo con bajas emisiones de carbono”, expone el diagnóstico de C-40.
Los principales puntos en común que se han aplicado para la disminución son: eliminación progresiva del carbón como fuente de la red eléctrica, optimización del uso de energía en los edificios, alternativas más limpias y asequibles a los coches privados y reducción de los residuos al tiempo que se aumentan las tasas de reciclaje.
Para los analistas no dejó de llamar la atención que nueve de las grandes áreas metropolitanas estadounidenses integren este destacado grupo, a despecho del presidente de ese país,
Donald Trump, quien se ha declarado negacionista del cambio climático y ha intentado frenar el acuerdo contra el cambio climático. Estos resultados ponen de manifiesto la relevancia de los gobiernos regionales y locales para afrontar la problemática.
No obstante, en los demás casos destacaron “la importancia de la colaboración con los gobiernos nacionales y regionales, y las empresas que trabajan en las ciudades, así como con la ciudadanía, para poner en marcha las medidas necesarias para reducir las emisiones”.
Aparte de esas 27 urbes, un total de 60 del C-40 están comprometidas, a través de sus gobiernos, a crear y comenzar a implantar importantes medidas contra el cambio climático a más tardar en el 2020, más allá de los compromisos nacionales. La gran meta conjunta es llegar a emisiones netas cero a más tardar en el 2050.
Europa, América del Norte y
Australia (China no hace parte del C-40), que se cuentan entre los mayores contaminantes, deben empezar a reducir las emisiones antes del 2020, mientras que el resto de ciudades deberían llevarlo a cabo antes del 2030.
La movilidad sostenible, como la caminata, la bicicleta y el transporte público (trenes, metros, buses y tranvías), figura entre las alternativas que mejores resultados han traído en cuanto a contaminación por fuentes móviles. Incluso, varias han determinado que entre el 2025 y el 2030 no permitirán la circulación de vehículos de combustión que operen con diésel.
BOGOTÁ
Felipe Motoa Franco