Según la Policía de Tránsito de Bogotá, el siniestro vial acontecido al inicio de esta semana, en el que fallecieron tres jóvenes, después de que el carro en el que se movilizaban se estrellara contra un árbol y luego contra un poste, ocurrió por exceso de velocidad.
Al analizar las huellas que dejó la frenada, más el estado de destrucción absoluta en el que terminó el vehículo (se partió en dos) y cómo quedaron las víctimas, esa autoridad ha podido establecer que el automotor se movía a más de 80 km/h y que rondaría los 100 km/h, según explicó el coronel Rodolfo Carrero, comandante de esa especialidad policial.
Esto quiere decir que el conductor que sobrevivió milagrosamente, Julián Alejandro Téllez (25 años), pudo haber sobrepasado el tope permitido hasta en 40 kilómetros. En las vías principales del Distrito (avenidas), la regulación autoriza desplazarse máximo a 60 km/h (y a 30 km/h si la circulación es por vía escolar o residencial).
El comandante de Tránsito ha explicado que, como Téllez iba tan rápido y en horario nocturno, no tenía un ángulo de visibilidad lateral, y por eso cuando vio la estampa de un peatón que iba cruzar la vía, pero que en definitiva se arrepintió, el conductor “se asustó y dio el cabrillazo, frenó y perdió el control del vehículo”.
Estudios que maneja el Ministerio de Transporte exponen que el ángulo de visión de una persona normal es de 104°. En un carro que avanza a 65 km/h, ese rango se baja a 70°, y en uno que se desplaza a 100 km/h, el campo visual es de apenas 42°.
Luego de que ocurrió la tragedia, han aflorado voces que vuelven a hacer el llamado para que las autoridades disminuyan el límite de velocidad en las avenidas. Cifras de la Secretaría de Movilidad muestran que las cinco vías con mayor cantidad de muertos por siniestros, en los últimos años, son la Boyacá, la Ciudad de Cali, Caracas, NQS y Primero de Mayo; la autopista Norte figura en el noveno puesto (vea infografía ‘Las avenidas’).
“El exceso de velocidad es un problema grave que genera muertos y heridos que se pueden evitar”, ha analizado Marina Moscoso, directora de proyectos de Despacio, organización que hace consultoría en movilidad para diversos países y urbes, incluida la capital colombiana. Entre los llamamientos que han hecho desde esta organización, figura el de reducir a 50 km/h la máxima velocidad permitida. Este tope lo sugieren a partir de la recomendación vigente de la Organización Mundial de la Salud.
El exceso de velocidad es un problema grave que genera muertos y heridos que se pueden evitar.
El análisis técnico que explica los riesgos es más sencillo de lo que uno podría pensar: a mayor velocidad, menor tiempo de reacción del conductor; así mismo, si vas a más velocidad, necesitas un espacio más amplio para frenar. “Estas son variables que se deben tener en cuenta en el ambiente urbano”, agrega Moscoso.
En el 2017 hubo un total de 546 fallecidos en siniestros viales, y 55 fueron por presunto exceso de velocidad. El Instituto de Recursos Mundiales (WRI) Ross analizó que la mayoría de estas muertes ocurrieron entre las diez de la noche y las seis de la mañana.
Sobre esta problemática, EL TIEMPO conoció que Movilidad contempla la posibilidad de buscar una regulación para reducir el límite permitido en las vías de mayor siniestralidad (avenidas). Sin embargo, expertos indicaron que esta medida necesitaría trabajarse de la mano del Gobierno Nacional, pues el Ministerio de Transporte, mediante el Decreto 015 del 2011, estableció que en las vías urbanas principales se puede andar a 60 km/h.
En la discusión también han aparecido voces que se oponen a la posible reducción. Entre las razones, señalan una posible afectación de la productividad. No obstante, observaciones técnicas de organizaciones como WRI y el Observatorio de Movilidad de la Universidad Nacional coinciden en que lo importante en las urbes es la velocidad promedio de los viajes (pues es la que define el tiempo que se invierte en los mismos), no la velocidad máxima, que suele ser momentánea, genera riesgos y no suele hacer diferencias significativas en los tiempos finales de desplazamiento.
Vulnerables
En términos de vidas humanas y seguridad vial, la Organización Mundial de la Salud muestra que los siniestros en vías representan la mayor causa de fallecimientos en la población joven (entre 15 y 29 años); en Bogotá, es la segunda causa de muertes violentas (según el Instituto de Medicina Legal).
Otro punto álgido del debate es que quienes se mueven en los vehículos con los tacómetros marcando altos números no son los más vulnerables. Quienes más afectados resultan son peatones, ciclistas y motociclistas, que en el Distrito suman el 92 por ciento de los muertos en incidentes de tránsito. Una razón más para seguir dando la discusión sobre la necesidad, o no, de imponer nuevos límites en las velocidades autorizadas.
Conductor del carro, a esperar a la Fiscalía
Julián Alejandro Téllez, de 25 años, quien iba manejando el Volkswagen Jetta de color rojo que se estrelló al inicio de esta semana en la autopista Norte con calle 146, firmó un acta de compromiso con la Fiscalía General de la Nación en la que convino asistir a este ente de investigación cuando sea requerido. En lo venidero, la Fiscalía adelantará los análisis técnicos que permitirán establecer con precisión las causas que ocasionaron el siniestro.
El viernes, a las dos hermanas que murieron en la tragedia, Irlanda Meléndez, de 23 años, y Daniela Meléndez, de 22, les realizaron las honras fúnebres.
FELIPE MOTOA FRANCO
EL TIEMPO