La mitad de los homicidios en Bogotá son sicariatos por ajuste de cuentas

El homicidio arrecia y las bandas del microtráfico parecen haber regresado a la capital con más fuerza. Según los datos reportados por la Fiscalía seccional Bogotá, tan solo en lo que va del año se han registrado 214 casos de homicidio violento, de los cuales 102 corresponden a eventos de sicariato. La cifra es seis por ciento más alta que la reportada el año pasado para la misma fecha.

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No obstante, el homicidio en la capital también tiene otros matices como el aumento de los asesinatos en medio de riñas que, entre el primero de enero y el 21 de marzo, dejó un saldo de 78 casos, 26 por ciento más que en 2022. También, las muertes violentas en las que no ha sido posible determinar la causa pasaron de tres a 14 en el mismo periodo y las muertes en medio de hurtos ya suman 10 víctimas.

Si se revisan las cifras de las entidades oficiales que corresponden a los cuerpos que han aparecido con signos de tortura. Este año solo ascienden a tres casos, sin embargo, la investigación realizada por EL TIEMPO y CityTv, mediante la recopilación de reportes oficiales de la Policía Metropolitana, la Sijín, la Fiscalía y las denuncias ciudadanas, estableció que en realidad son 23 casos de torturados y envueltos en sábanas y colchones o de los llamados embolsados.

“Una de las razones por las que ha aumentado el homicidio en Bogotá es porque han quedado los espacios de las bandas criminales desarticuladas. Esto genera un gran vacío territorial y son muchas las organizaciones que han intentado ingresar a esas zonas, lo que aviva el conflicto territorial”, explicó el director de las Fiscalías, seccional Bogotá, José Manuel Martínez.

La situación respecto a las personas que mueren de forma violenta y que luego son empacadas en bolsas negras y dejadas en las calles es aún más preocupante, toda vez que para esta misma fecha de 2022 el conteo de reportes no superaba la decena de casos, e incluso, pese a la negativa de las autoridades, al poco tiempo se confirmó que en realidad eran 15, una cifra que aunque es alta sigue siendo menor a la registrada entre enero, febrero y marzo de este año, con 23 casos. Este reporte es mayor incluso al de todo 2022, con 22 hechos de tortura.

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Aunque el homicidio, especialmente por sicariato, es un fenómeno que se ha expandido por todas las localidades, hay un listado de cinco donde el fenómeno se propaga de manera acelerada y que en conjunto suman el 63 por ciento del total de los asesinatos en la capital.

Tan solo en Ciudad Bolívar se registran 50 muertes violentas que corresponden al 24 por ciento; luego Bosa, con 25 reportes; Kennedy, que sumó 22; le sigue Engativá, con 21 registros y, finalmente, Usme, que aporta 17 que significan el ocho por ciento.

Pero, ¿qué pasa particularmente con Ciudad Bolívar y por qué son en su mayoría jóvenes los que caen en medio de la guerra de bandas? Andrés Nieto, exsubsecretario de Seguridad de Bogotá, explica que Ciudad Bolívar es una ubicación estratégica para la formación de las redes del microtráfico por su cercanía con la frontera de Soacha, donde llegan en un primer momento los grandes cargamentos de droga que ingresan a la ciudad.

“Allí aplica la modalidad del ‘pitufeo’, que permite dividir la droga en microdosis y distribuirla en toda la ciudad. Con los golpes que se dieron durante 2020 y 2021 nacieron bandas más pequeñas que intentaron quedarse con las rentas de las grandes organizaciones, y otras que trataron de operar bajo el nombre de las que ya no estaban para infundir terror. Esa guerra disparó la muerte allí, sobre todo por el control de la frontera de Soacha”, explicó.

Frente al tema de los menores de edad que estarían conformando, y en algunos casos, liderando células delictivas de grandes organizaciones, el director de las Fiscalías Bogotá señaló que solo este año han muerto en medio de ajustes de cuentas 16 menores de edad, en su mayoría en Ciudad Bolívar. Entre los 18 y los 26 años, los muertos han sido 46, y de los 27 años para arriba, el conteo llegó a los 130 casos.

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Expertos en seguridad señalan que el fenómeno del reclutamiento de jóvenes para la delincuencia en Ciudad Bolívar no responde únicamente a una reacomodación de las estructuras criminales, sino que tiene el fin de evadir la justicia.

Según Nieto, las grandes estructuras delincuenciales que operan en Bogotá estarían instrumentalizando a menores de edad debido a la facilidad que tienen para saltarse la ley, pues “hay zonas grises dentro de los proceso de judicialización de los menores que, por lo general, son más complejos por su condición de imputabilidad”.

Como lo había revelado EL TIEMPO, las organizaciones que estarían detrás de esto son ‘los Paisa’, ‘Tren de Aragua’, ‘Camilo I y II’, ‘Satanás’, ‘los de Claudia’ y ‘Maracuchos’ (ver gráfico). Sin embargo, advierten los expertos que esto podría convertirse fácilmente en una máquina de producción de delincuentes, pues las organizaciones reclutan con el fin de “formar dentro de la cadena delictiva” a jóvenes con perfiles marcados por la necesidad y contextos complicados.

“Los jóvenes han encontrado en este tipo de actividades ilícitas una forma de sustentar su día a día, pero es un escenario que los pone en situaciones desafortunadas como la muerte”, dijo Orlando Carrillo, experto en seguridad ciudadana, quien además afirmó que esta situación no es nueva y se desprende del alto tráfico de armas ilegales que llegan a la localidad, justamente por Soacha, de donde también arriba gran parte de la droga que se vende en Bogotá.

Aunque la cifra de homicidios está creciendo con agilidad en la ciudad, lo cierto es que las autoridades trabajan de la misma manera para poder esclarecer el panorama delictivo de Bogotá. Según el último informe de la Fiscalía Bogotá, entre enero y marzo se han logrado esclarecer 61 casos de homicidio violento, lo que representa un avance del 33,89 %. De esa misma manera, el 2022 cerró con un porcentaje de esclarecimiento de 48 % de los asesinatos y 100 % en lo que tiene que ver con feminicidios.

CON INFORMACIÓN DE CITYTV.