Cada día, en algunos puntos específicos de la ciudad, se ve tanto el aumento de las bolsas con residuos como su aparición tan pronto se ha hecho la limpieza. Así, el poste de la esquina, la pared del vecino que no reclama, la zona verde que nadie cuida o el separador de la vía se convierten en basureros.
Entre abril y octubre del 2017, los puntos críticos pasaron de 784 a 845. La localidad más afectada es San Cristóbal, que antes tenía 21 y hoy registra 45 pese a que allí se ha mitigado el 97,7 por ciento de estos, según datos oficiales del Distrito solicitados por EL TIEMPO.
Algunos residentes, comerciantes, empresarios e industriales se quejan porque cerca de sus predios el incremento de residuos sólidos abandonados en sitios públicos es evidente, pero lo paradójico es que cuando no son ellos los responsables, son sus propios vecinos.
A esto se suma la proliferación de habitantes de calle, quienes al ver una bolsa de basura se acercan, la rompen y se llevan lo que les sirve. Otros se llevan la bolsa y dejan los residuos. Este es un círculo vicioso que comienza con la indisciplina ciudadana, justo cuando la bolsa llega al espacio público por fuera de los horarios de recolección.
Aunque de forma permanente se realizan acciones para enfrentar y tratar de controlar esta situación –solo en octubre pasado fueron más de 460 mitigaciones, 130 intervenciones, y se erradicaron 182–, la mala conducta de los ciudadanos llevó a que la cultura ciudadana perdiera el año pese a medidas como el comparendo ambiental y el Código de Policía, el cual poco o nada importa a esos ciudadanos reincidentes.
Un operador consultado por este diario dijo que hay zonas que llevan diez años con la misma frecuencia, pero los ciudadanos sacan las bolsas de la basura “cuando les viene en gana”.
En términos generales, nueve localidades aumentaron los sitios sucios, en ocho se mantuvieron igual y en solo dos localidades los puntos críticos sí disminuyeron: Engativá y Usme.
Según el documento, en las zonas que atiende Aguas de Bogotá aumentaron así: Fontibón pasó de 26 a 30; Barrios Unidos, de 28 a 38; Chapinero, de 19 a 27; Teusaquillo, de 34 a 42; Los Mártires, de 62 a 69 y San Cristóbal, una de las localidades más afectadas.
En la zona que atiende Aseo Capital se reporta que los puntos críticos subieron de 43 a 48, en la localidad de Tunjuelito; en Ciudad Bolívar, de 77 a 88 y Puente Aranda, de 76 a 79.
En estos sitios donde los ciudadanos arrojan las bolsas con residuos se afecta la convivencia, se generan malos olores, se deteriora el medioambiente y pueden aparecer vectores (moscas, ratas, cucarachas) y enfermedades.
De los 845 puntos críticos –dato reportado por la firma interventora Inter Capital a la Unidad istrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp)–, los más graves se ubican en vías. Eso pasa en tramos de la avenida Caracas, de la calle 19 entre las carreras 14 y 17, o sobre la avenida Comuneros. También en la carrera 17 entre calles 13 y 19, sector de La Favorita.
Rompen las bolsas
“La problemática en estos sectores se presenta por la presencia de habitantes de calle que dispersan los residuos que están embolsados y porque los comerciantes no sacan los residuos en las frecuencias establecidas”, dice la directora de la Uaesp, Beatriz Elena Cárdenas.
En otros sectores como María Paz, en la localidad de Kennedy, los reportes señalan que la basura está en la calle “debido a vendedores informales que no realizan manejo adecuado de residuos”, dice la Uaesp.
Y más hacia el norte hay otros puntos críticos con otras características, como lo que pasa en Villa Cindy, Santa Rita y Bilbao, en Suba, donde la principal problemática es que arrojan residuos de construcción y de demolición.
Jennifer Arias, gerente social de Aguas de Bogotá, la empresa pública que tiene poco más del 50 por ciento de atención de la ciudad, advierte que el 95 por ciento de los puntos críticos se debe a la indisciplina de los s, que sacan la basura en horarios diferentes a los del camión recolector o el día que no corresponde.
Según la última encuesta de percepción ciudadana del programa
Bogotá Cómo Vamos,
el 62 por ciento se siente satisfecho con el aseo y la recolección de las basuras.Con el nuevo esquema de aseo, el cual se espera se adjudique en un par de semanas, la istración Distrital tiene la esperanza de que se aumente el reciclaje, se incrementen las frecuencias de recolección y se instalen 9.826 contenedores a fin de que los ciudadanos depositen allí sus residuos mientras pasa el camión recolector.
HUGO PARRA
EL TIEMPO