El Plan del Alcalde Galán y los nuevos tributos | Opinión

Una de las principales fortalezas del plan “Bogotá camina segura” es precisamente que no propone cambios drásticos frente a los principales proyectos de inversión que la ciudad viene madurando. Con un liderazgo sereno, pero firme, el alcalde Galán propone gestionar de manera eficiente y acelerar la ejecución de una gran cantidad de proyectos que se están ejecutando entre ellos las líneas 1 y 2 del metro, así como otras obras de transporte público que requieren continuidad. El mayor cambio propuesto es el énfasis en seguridad, reflejando una necesidad sentida de los bogotanos, para lo cual se requiere no solo de una coordinación eficiente con otras autoridades, sino también de recursos adicionales.

La estrategia financiera del plan de desarrollo trae componentes destacables como el interés en atraer mayor inversión privada a través de figuras como “obras por impuestos” y el fortalecimiento de los esquemas de asociaciones público-privadas. Una buena gestión en esta materia es indispensable para compensar, al menos parcialmente, la limitada capacidad de endeudamiento adicional que tiene la ciudad y que el plan reconoce de manera responsable.

La discusión más álgida será sobre los nuevos tributos porque estos impactan directamente a muchos ciudadanos. Pero habría que decir que las propuestas son razonables y proporcionadas. El costo del alumbrado público se paga actualmente con cargo a los ingresos distritales, lo cual significa que dineros que podrían destinarse a educación, salud o bienestar de los más necesitados están realmente subsidiando a personas y empresas con capacidad de pago.

La fórmula que establece el plan para pagar el servicio se basa en una ley vigente; excluye del cobro a los estratos 1 y 2; y supondría un pago adicional sobre las tarifas de energía entre el 5% para el estrato 3 y el 7% para los estratos 5 y 6. Es una propuesta equitativa que se está aplicando desde hace varios años en varias ciudades de Colombia y que permitiría a Bogotá recaudar cerca de $300 mil millones anuales, monto que el distrito podría liberar para programas sociales.

También hace sentido la contribución por el servicio de estacionamiento, considerando las externalidades del uso del automóvil particular, y dada la urgencia de contar con recursos para financiar el subsidio a los miles de s del transporte público.

El plan del alcalde Galán recoge sus promesas de campaña, tanto por el énfasis en seguridad, como por la conveniencia de avanzar y terminar los grandes proyectos de infraestructura. Al concejo le corresponde ahora la tarea de discutir en detalle el plan, y acertaría al aprobar la estrategia de nuevos recursos porque estos beneficiarán a los más necesitados.
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​Carlos Alberto Sandoval 
Ex secretario de hacienda de Bogotá 
​Especial para EL TIEMPO