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La otra cara de la noche bogotana tras la pandemia
Varias actividades están cambiando la dinámica nocturna en la ciudad. ¿Qué explica este fenómeno?
Si bien es cierto que hay cosas que no cambian –basta con visitar las zonas de rumba de la ciudad para notar que sigue siendo el plan por excelencia de los bogotanos–, también han surgido alternativas que logran impactar otros espacios: desde deportistas aficionados que se toman las calles, pasando por amantes de los relatos que se concentran en el centro histórico, hasta jóvenes que hacen de cualquier parque el escenario para expresarse con su arte.

Panorámica nocturna del Centro de Bogotá.
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La consecuencia de la consolidación de esas comunidades son miles de personas que muestran la otra cara ciudad, una que solo se hace visible entre el atardecer y el amanecer. A esas que ni el frío ni la lluvia, y menos los índices de inseguridad que azotan la ciudad, pueden apagar. EL TIEMPO volvió a las calles para conocer las historias detrás de estas ideas y a sus protagonistas.
(Además: Confesiones del último libretista y narrador de crónica roja).
Correr para ser libre
Si bien correr es una práctica deportiva extendida por toda la ciudad, no fue hasta hace un par de años cuando adquirió una connotación especial.
“La noche nos da la posibilidad de salir del trabajo y el estrés y realizar actividad física, pero, sobre todo, esta hora del día nos permite compartir con personas que son felices con los valores y pilares que aquí difundimos”, dice Carlos Ramírez, entrenador del equipo Adidas Runners.
Esta tendencia ganó fuerza con la creación de colectivos o grupos de atletas que aprovechaban otros parques de la ciudad para crear comunidad.
Laura Nova hace parte de Midnight Runners, un grupo que reúne cerca de 80 corredores de toda la ciudad y suele hacer recorridos de ocho kilómetros.

Todos los jueves, cientos de corredores de diferentes grupos se reúnen en torno a esta actividad en el parque El Virrey.
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Más allá de correr rápido, se trata de apoyarnos y crecer juntos
Todos los recorridos están acompañados por capitanes, quienes en todo momento están pendientes de la salud de los atletas.
Asimismo, la mayoría de grupos establecidos en Bogotá cuentan con aplicaciones en las que pueden registrar su avance, monitorear su estado físico y obtener beneficios de patrocinadores al cumplir objetivos.
“Más allá de correr rápido, se trata de apoyarnos y crecer juntos”, concluye Ramírez.
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‘Aprovechamos la noche para hacernos visibles’
Tras varios minutos de charlas y preparativos, a las 8 de la noche cerca de 30 personas ocupan un carril de la carrera 24 y comienzan su recorrido de 25 kilómetros. El objetivo es llegar a un parque aledaño a Titán Plaza, parar durante 45 minutos para jugar con un frisbi, charlar y tomar una bebida caliente.
Nosotros vamos de una forma tranquila. Esto nos da tranquilidad y ayuda a que haya compañerismo y solidaridad.
“Solo espero que no vayan tan rápido y no me hagan subir puentes. (...) Solía rodar con un grupo en Chapinero, pero la exigencia era muy grande, por eso vine: yo solo quiero sentirme en familia”, dice Lorena, una joven quien por primera vez asiste al recorrido.
Alexánder Forero, un ingeniero que además es brigadista, se encarga de cerrar el grupo. “Mi misión es evitar accidentes y atender a quien pueda tener inconvenientes. Además, ayudar a los rezagados a que no se queden atrás”, cuenta.

Entre 30 y 50 corredores se unen a los recorridos nocturnos de Teusacatubici. Hay al menos cinco colectivos que realizan actividades similares.
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La filosofía del grupo es hacerse visible en la noche, momento del día en el que reconocen que se sienten más vulnerables. “Nosotros vamos de una forma tranquila. Esto nos da tranquilidad y ayuda a que haya compañerismo y solidaridad. La prueba de que se está forjando una comunidad es que llega gente que nada tiene que ver con la bicicleta y termina quedándose”, agrega Henao.
Como ellos, hay un puñado de colectivos que realizan actividades similares. Bici Cultura Tadeísta, en la carrera 4.ª con 22, Ciclopaseo de los miércoles, en la 96, y Chapibici los más osados, pues su recorrido incluye una subida alto de Patios.
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Recorrer las calles con seres del más allá
Y es que los antiguos edificios de La Candelaria, con sus características fachadas de estilo colonial y republicano, se han convertido en el escenario ideal para los amantes de la historia y de los relatos paranormales, pero también en una alternativa para muchos guías turísticos.
Este plan empezó gracias a una iniciativa del Instituto Distrital de Turismo para llevar visitantes al tradicional sector de la capital. Con el tiempo, diferentes empresas de turismo lo adoptaron y le agregaron nuevos elementos: disfraces, más calles por recorrer y hasta actores.

Los actores son pieza fundamental dentro del andamiaje de los recorridos. Estos suelen ir disfrazados y en ningún momento se salen de su papel.
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“Lo que queremos es contar esos hechos de terror detrás de la historia de la ciudad. No se trata de un recorrido de espanto en su totalidad, también queremos narrar de otra forma nuestro pasado”, explica Carlos de Castro, de Parche x Bogotá.
Los recorridos suelen empezar en la plaza de Bolívar –según el guía esto puede variar– con 30 personas. Muchos de ellos llegan buscando una alternativa a los planes de pareja tradicionales.
“Estábamos buscando algo diferente a la rumba para hacer los sábados y hace 2 años descubrimos esta maravilla de plan”, dicen Manuela y José, una pareja de esposos que dicen haber participado en todos los tours disponibles en el centro.
Aunque estos planes tienen costo, se ha creado una comunidad alrededor de ellos que siempre busca nuevas historias. “Eso es lo que buscamos, innovar con las formas en que narramos para que las personas nos vean como su primera opción”, concluye Jiménez.
Lo que queremos es contar esos hechos de terror detrás de la historia de la ciudad. No se trata de un recorrido de espanto en su totalidad, también queremos narrar de otra forma nuestro pasado.
Actividades que ganan terreno en la capital
Además, la oferta cultural y deportiva del Distrito también suele agrupar un buen número de ciudadanos. Allí se incluye el Jardín Botánico de Noche, el último fin de semana de cada mes, o las funciones nocturnas de la Cinemateca o la Noche de Museos de Bogotá, actividad que tienen lugar una vez al año.
REDACCIÓN BOGOTÁ