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Rodadas en bici por Teusaquillo, runners en Usaquén y caminatas por las calles de Chapinero con temática paranormal son algunas de las actividades que están cambiando la dinámica de la nocturna en la ciudad.

Foto:Néstor Gómez / EL TIEMPO

Contenido

Noticia

La otra cara de la noche bogotana tras la pandemia

Varias actividades están cambiando la dinámica nocturna en la ciudad. ¿Qué explica este fenómeno?

CAMILO A. CASTILLO

Bogotá

Bogotá es una ciudad vibrante, intensa y llena de actividades durante el día; pero cuando el sol se pone, adquiere otro matiz y es allí cuando realmente cobra vida. Así era antes de la pandemia y así es ahora, meses después de que las cuarentenas finalizaran definitivamente.
Y es que a medida que las personas regresaron a la vida nocturna, se hizo cada vez más evidente la necesidad de encontrar actividades que estimularan otras dinámicas para socializar o relacionarse.

Si bien es cierto que hay cosas que no cambian –basta con visitar las zonas de rumba de la ciudad para notar que sigue siendo el plan por excelencia de los bogotanos–, también han surgido alternativas que logran impactar otros espacios: desde deportistas aficionados que se toman las calles, pasando por amantes de los relatos que se concentran en el centro histórico, hasta jóvenes que hacen de cualquier parque el escenario para expresarse con su arte.
Panorámica nocturna del Centro de 
Bogotá.

Panorámica nocturna del Centro de Bogotá.

Foto:Rodrigo Sepúlveda / EL TIEMPO

Por eso es cada vez más frecuente –en parte gracias a las redes sociales– ver grupos de personas que no solo comparten un gusto específico, sino que a partir de ellos forjan comunidades. Hay quienes buscan escapar de la rutina del trabajo o del estudio, otros que solo quieren pasar tiempo lejos de las pantallas y otros que encuentran en la noche el refugio ideal para sus ideas.

La consecuencia de la consolidación de esas comunidades son miles de personas que muestran la otra cara ciudad, una que solo se hace visible entre el atardecer y el amanecer. A esas que ni el frío ni la lluvia, y menos los índices de inseguridad que azotan la ciudad, pueden apagar. EL TIEMPO volvió a las calles para conocer las historias detrás de estas ideas y a sus protagonistas.

(Además: Confesiones del último libretista y narrador de crónica roja).

Correr para ser libre

De un tiempo para acá, es común ver los andenes del norte de la capital abarrotados de atletas aficionados. Tal panorama podría pasar inadvertido si ocurriera un sábado o un domingo en la mañana, pero no. Esta atípica escena tiene lugar todos los jueves en la noche en el parque El Virrey. Este emblemático punto de la capital se ha convertido en el epicentro de una actividad que día a día va ganando adeptos: el running nocturno.

Si bien correr es una práctica deportiva extendida por toda la ciudad, no fue hasta hace un par de años cuando adquirió una connotación especial.

“La noche nos da la posibilidad de salir del trabajo y el estrés y realizar actividad física, pero, sobre todo, esta hora del día nos permite compartir con personas que son felices con los valores y pilares que aquí difundimos”, dice Carlos Ramírez, entrenador del equipo Adidas Runners.

Esta tendencia ganó fuerza con la creación de colectivos o grupos de atletas que aprovechaban otros parques de la ciudad para crear comunidad.

Laura Nova hace parte de Midnight Runners, un grupo que reúne cerca de 80 corredores de toda la ciudad y suele hacer recorridos de ocho kilómetros.
Todos los jueves, cientos de corredores de diferentes grupos se reúnen en torno a esta actividad en el parque El Virrey.

Todos los jueves, cientos de corredores de diferentes grupos se reúnen en torno a esta actividad en el parque El Virrey.

Foto:Néstor Gómez / EL TIEMPO

Más allá de correr rápido, se trata de apoyarnos y crecer juntos

Carlos Ramírez, entrenador del equipo Adidas Runners.

“Hacemos tres paradas funcionales y ejercicios para tonificar. Pero, más allá de eso, acá venimos a disfrutar, a bailar y a sentirnos seguras”, cuenta esta joven de Suba que, motivada por esta idea, creó una comunidad en esa localidad llamada Atypical Runners.

Todos los recorridos están acompañados por capitanes, quienes en todo momento están pendientes de la salud de los atletas.

Asimismo, la mayoría de grupos establecidos en Bogotá cuentan con aplicaciones en las que pueden registrar su avance, monitorear su estado físico y obtener beneficios de patrocinadores al cumplir objetivos.

“Más allá de correr rápido, se trata de apoyarnos y crecer juntos”, concluye Ramírez.

(Siga leyendo: Las especies foráneas que llegan a la ciudad en busca de un mejor hábitat).

‘Aprovechamos la noche para hacernos visibles’

Todos los jueves a las 7 de la noche, un grupo de ciclistas se reúne en el monumento Almirante Padila, en el Park Way, localidad de Teusaquillo, sin importar el frío o la lluvia. Bicicletas de todo tipo –ruteras, urbanas, de carga– llegan adornadas con luces, banderas y hasta con parlantes. Allí los reciben Juan Pablo Henao y Daniel Rueda, las caras visibles del colectivo Teusacatubici.

Tras varios minutos de charlas y preparativos, a las 8 de la noche cerca de 30 personas ocupan un carril de la carrera 24 y comienzan su recorrido de 25 kilómetros. El objetivo es llegar a un parque aledaño a Titán Plaza, parar durante 45 minutos para jugar con un frisbi, charlar y tomar una bebida caliente.

Nosotros vamos de una forma tranquila. Esto nos da tranquilidad y ayuda a que haya compañerismo y solidaridad.

Juan Pablo Henao de Teusacatubici.

“Por temas de seguridad, nunca revelamos la ruta hasta que no empieza el recorrido”, reconoce Rueda, quien siempre va a la cabeza.

“Solo espero que no vayan tan rápido y no me hagan subir puentes. (...) Solía rodar con un grupo en Chapinero, pero la exigencia era muy grande, por eso vine: yo solo quiero sentirme en familia”, dice Lorena, una joven quien por primera vez asiste al recorrido.

Alexánder Forero, un ingeniero que además es brigadista, se encarga de cerrar el grupo. “Mi misión es evitar accidentes y atender a quien pueda tener inconvenientes. Además, ayudar a los rezagados a que no se queden atrás”, cuenta.
Entre 30 y 50 corredores se unen a los recorridos nocturnos de Teusacatubici. Hay al menos cinco colectivos que realizan actividades similares.

Entre 30 y 50 corredores se unen a los recorridos nocturnos de Teusacatubici. Hay al menos cinco colectivos que realizan actividades similares.

Foto:Camilo A. Castillo / EL TIEMPO

Esa última frase define el talante del grupo y el propósito de este encuentro. “La idea es que todos y todas aprendamos a compartir el espacio público y las vías con otros. También se trata de sentirnos seguros y por eso realizamos charlas sobre acoso callejero y defensa personal, que las combinamos con actividades culturales en otros espacios a los que normalmente no llegaríamos, como plazas de mercado”, explica Henao.

La filosofía del grupo es hacerse visible en la noche, momento del día en el que reconocen que se sienten más vulnerables. “Nosotros vamos de una forma tranquila. Esto nos da tranquilidad y ayuda a que haya compañerismo y solidaridad. La prueba de que se está forjando una comunidad es que llega gente que nada tiene que ver con la bicicleta y termina quedándose”, agrega Henao.

Como ellos, hay un puñado de colectivos que realizan actividades similares. Bici Cultura Tadeísta, en la carrera 4.ª con 22, Ciclopaseo de los miércoles, en la 96, y Chapibici los más osados, pues su recorrido incluye una subida alto de Patios.

(Le puede interesar: Los migrantes que dejaron su país y ahora emprenden en Bogotá).

Recorrer las calles con seres del más allá

“La Candelaria siempre ha tenido trasfondo de miedo e inseguridad, y nosotros lo que queremos es invertir esa narrativa”, dice Johanna Jiménez, guía de turismo y vocera del Tourfantasmas, una iniciativa que nació hace 5 años.

Y es que los antiguos edificios de La Candelaria, con sus características fachadas de estilo colonial y republicano, se han convertido en el escenario ideal para los amantes de la historia y de los relatos paranormales, pero también en una alternativa para muchos guías turísticos.

Este plan empezó gracias a una iniciativa del Instituto Distrital de Turismo para llevar visitantes al tradicional sector de la capital. Con el tiempo, diferentes empresas de turismo lo adoptaron y le agregaron nuevos elementos: disfraces, más calles por recorrer y hasta actores.
Los actores son pieza fundamental dentro del andamiaje de los recorridos. Estos suelen ir disfrazados y en ningún momento se salen de su papel.

Los actores son pieza fundamental dentro del andamiaje de los recorridos. Estos suelen ir disfrazados y en ningún momento se salen de su papel.

Foto:Cortesía Jorge Rey. Parche x Bogotá

Hoy, recorridos como el de Parche x Bogotá y Tegua Travel ofrecen rutas temáticas que incluyen relatos como ‘El cura sin cabeza’, ‘La Pola’, ‘La loca Margarita’, ‘Espectro de José Raimundo Russi’ y ‘La Novia Plantada’. En cada trayecto hay un guía, un paramédico, un asistente y entre dos y tres actores.

“Lo que queremos es contar esos hechos de terror detrás de la historia de la ciudad. No se trata de un recorrido de espanto en su totalidad, también queremos narrar de otra forma nuestro pasado”, explica Carlos de Castro, de Parche x Bogotá.

Los recorridos suelen empezar en la plaza de Bolívar –según el guía esto puede variar– con 30 personas. Muchos de ellos llegan buscando una alternativa a los planes de pareja tradicionales.

“Estábamos buscando algo diferente a la rumba para hacer los sábados y hace 2 años descubrimos esta maravilla de plan”, dicen Manuela y José, una pareja de esposos que dicen haber participado en todos los tours disponibles en el centro.

Aunque estos planes tienen costo, se ha creado una comunidad alrededor de ellos que siempre busca nuevas historias. “Eso es lo que buscamos, innovar con las formas en que narramos para que las personas nos vean como su primera opción”, concluye Jiménez.

Lo que queremos es contar esos hechos de terror detrás de la historia de la ciudad. No se trata de un recorrido de espanto en su totalidad, también queremos narrar de otra forma nuestro pasado.

Carlos de Castro de Parche x Bogotá.

Actividades que ganan terreno en la capital

Otro de los planes que están teniendo auge en la ciudad es el freestyle. Esta actividad, que en su mayoría es llevada a cabo por jóvenes, es cada vez más masiva: hay hasta 50 competencias callejeras. En lugares como Skate Park del Movistar Arena, la Estación de Bomberos de Chapinero o la plazoleta del City U se pueden ver batallas totalmente gratis los sábados o miércoles.

Además, la oferta cultural y deportiva del Distrito también suele agrupar un buen número de ciudadanos. Allí se incluye el Jardín Botánico de Noche, el último fin de semana de cada mes, o las funciones nocturnas de la Cinemateca o la Noche de Museos de Bogotá, actividad que tienen lugar una vez al año.
CAMILO A. CASTILLO
REDACCIÓN BOGOTÁ

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