Bogotá tendrá ahora un Acuerdo Distrital que declarará la bicicleta como medio prioritario en la ciudad para superar el covid-19.
El proyecto, liderado por el cabildante Juan Baena, fue aprobado hace una semana en el Concejo de Bogotá y ahora solo espera la sanción de la alcaldesa Claudia López para volverse realidad.
Baena, quien usa la bicicleta para recorridos urbanos y deportivos, busca que este Acuerdo sea un mecanismo que exija el cumplimiento de una promoción de este medio de transporte desde otros ejes y que permita perfeccionar estrategias que ya están marchandando.
Después de todo, Bogotá ya tiene una política pública de la bicicleta y varias estrategias que abordan este medio desde varias perspectivas (movilidad, educación, género, educación, economía, etc.).
EL TIEMPO conversó con Juan Baena sobre el nuevo Acuerdo Distrital.
¿Qué puede significar para Bogotá se denomine un transporte prioritario en medio de la pandemia?
El Acuerdo busca declararlo un transporte prioritario para la superación del covid-19, pero también es importante decir que también funciona para desarrollar una ciudad sostenible en el largo plazo.
Hemos desarrollado unos objetivos para que sea prioritario este medio. Son cinco: promover el distanciamiento físico, prevenir la congestión en el transporte masivo, facilitar la movilización segura en la reactivación, contribuir a mejorar la calidad del aire de nuestra ciudad y fomentar nuestra actividad física.
¿En qué le cambia la vida a Bogotá con esto? En que para cumplir los cinco objetivos se le da orden urgente a la istración para que reorganice el espacio vial para darle prioridad a la bicicleta.
Hay que reconocer todo lo que ha hecho Bogotá por la bicicleta, pero este es un paso más para seguir dándole espacio a la movilidad limpia.
¿Considera usted que Bogotá sí aprovechó la crisis del covid-19 para impulsar la bicicleta? ¿O se quedó corto?
El parágrafo del primer artículo ordena que esa redistribución del espacio vial para darle prioridad a la bicicleta la hagan con base en estudios de viabilidad técnica.
Ahora, nosotros tuvimos episodios como los de la calle 13 donde nos faltó adecuar planeación, diseños y estudios técnicos para no haber echado para atrás o haber congestionado la vía de esa manera.
Si bien nadie estaba preparado para la pandemia, hubo un esfuerzo interesante por darle prioridad a la bicicleta. Pero creo yo que hace rato debimos estar con una mucho mejor infraestructura para la bicicleta: porque impulsar la bicicleta es más que poner conos naranjas, es poner señalización y espacios seguros.
Llama la atención el artículo 3, donde dice que se promoverá el “uso y aprovechamiento de datos de la bicicleta en Bogotá”. ¿Eso qué significa?
La propuesta es hacer interoperables los datos, Los datos son el petróleo del siglo XXI. La Secretaría de Movilidad tiene unos datos, la Secretaría de Seguridad tien otros datos… la idea es hacerlos interoperables, que se hablen las instituciones para tomar decisiones de política pública.
Por ejemplo, que Seguridad reporte que en un lugar siempre roban porque falta iluminación, entonces la otra entidad actuará.
El artículo 4 habla de la protección en salud de los ciclistas, ¿de qué se trata la propuesta en concreto?
Proponemos que la Secretaría de Salud emprenda campañas que eduquen a los bogotanos alrededor de por qué es importante andar en bicicleta (por salud personal y salud pública).
En los debates usted se refirió al registro bici… ¿qué críticas tiene al respecto?
El registro es voluntario. La preguntas es cuántas bicicletas hay en Bogotá y cuántas realmente están registradas. Yo creo que si el proceso es voluntario no tiene ninguna efectividad frente a la seguridad que le puede referir a los bicis. ¿Estamos navegando a la deriva con el Registro?
Abro el debate, será bueno cuestionarnos si el registro debería ser obligatorio y ver cómo lo vamos a manejar.
¿Qué cosas ve por mejorar en la Política Pública de la Bicicleta?
En esto todos tienen que poner. Hay que tener mayor educación de cómo nos movemos en bicicleta y de cómo se respeta al ciclista.
Por otro lado, creo que debemos apoyar las empresas de economía colaborativa para que todos utilicen la ciclorruta de manera más educada.
En seguridad vial y personal hay que mejorar mucho. En lo primero, por ejemplo, que no haya huecos, que la ciclorruta no se interrumpa por huecos o por una caneca. Eso solo denota una indebida planeación. La infraestructura de la bicicleta tiene que mejorar.
Supongo que será práctico también el hecho de que esto sea Acuerdo y les permita a ustedes hacer control sobre el tema
Sí. Hay un artículo para garantizar la rendición de cuentas. Pero si no hay voluntad política, podemos hacer de todo normativamente y nada se lograría.
ANA PUENTES