El ascensor en el que iban dos adultos mayores en óptica de La Castellana se desplomó de forma repentina, lea quién debe hacer los mantenimientos y los rescates

Momentos de pánico vivieron dos adultos mayores de 83 y 77 años  en la óptica Optalmos del barrio La Castellana cuando el ascensor en el que se movilizaban se desplomó de forma repentina. Todo ocurrió ayer miércoles 27 de noviembre. 

Según su hijo, Jorge Vergara, sus padres cumplían una cita médica cuando ocurrió el accidente. "Ellos ingresaron  al ascensorr y cuando lo activaron para bajar al primer piso este quedó trabado. Se comenzaron a asustar mucho". 

Explicó que luego, de forma repentina, se activó y que, en el momento del rebote para llegar al primer piso, ellos quedaron prácticamente suspendidos en el aire. "El techo las cayó encima, ocasionándoles magulladuras, raspones, golpes. Luego de eso, el ascensor quedó cerrado. No los podíamos sacar. Fueron momentos de mucha angustia".

Explicó además que una hora después de lo sucedido llegaron oficiales del Cuerpo de Bomberos de Bogotá, personal de salud en las ambulancias y representantes de la alcaldía local del sector. "Ellos nos ayudaron y fue posible el rescate. Inmediatamente, fueron trasladados al Hospital Universitario Mayor (Méderi) en la localidad de Barrios Unidos. Allá les hicieron exámenes, rayos X hasta altas horas de la madrugada. Les dieron salida a las 2 de la mañana ". Hoy los padres de Jorge ya están en su hogar, pero dicen que fue un susto para no olvidar. "Mis padres quedaron traumados".

Felipe Mauricio Moreno Zuloaga, representante legal de la Sociedad de Servicios Oculares S.A.S, se pronunció a través de un comunicado. "La Sociedad lamenta profundamente los hechos acaecidos en nuestra sede".

Agregaron que se adelantarán todos los actos para salvaguardar y proteger a los s que hayan podido ser afectados por el accidente dentro del ascensor. "Así mismo estaremos informando la evolución de la investigación que puede esclarecer lo ocurrido, y daremos el debido acompañamiento a los pacientes afectados, siendo ello nuestra mayor prioridad".

Según el Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático (Idiger) son los es o propietarios de viviendas de propiedad horizontal y/o de edificios o empresas los responsables de solicitar cada año la certificación al Idiger, de los ascensores de sus predios, ya que esta respalda y demuestra que se encuentran en buen estado para el uso de las personas.

El Idiger según el Decreto 663 de 2011, es la entidad encargada de realizar la verificación de la revisión general anual obligatoria de los sistemas de transporte vertical en edificaciones y puertas eléctricas en la ciudad.

La certificación se debe realizar anualmente y se puede tramitar con cualquiera de las personas naturales/jurídicas acreditadas por el Organismo Nacional de Acreditación de Colombia (ONAC) y si identificarán algún tipo de riesgo en estos medios de transporte pueden notificarlo a través de la Línea 123 ó al correo [email protected].

El Idiger realiza la revisión del certificado, pero en caso de que los es del predio no cumplan con este documento, la entidad notificará a la Alcaldía Local correspondiente. Esta última entidad será la encargada de aplicar las sanciones correspondientes, como son los sellamientos y multas, según lo que se encuentra establecido en el acuerdo 79 de 2003 o norma que lo sustituya.

EL TIEMPO habló con Jairo Castro Florián, quien trabaja desde hace 35 años en Estilo Ingeniería, una compañía experta en transporte vertical con más de 44 años en el mercado y presencia en varios países de Latinoamérica.

Explicó que los ascensores son máquinas manejadas por una especie de cerebro electrónico o electromecánico, dependiendo de la antigüedad del mismo y que a su vez funciona con un motor. “Gracias a que tiene varios sensores, se ubica en el piso o en el nivel según los llamados que se le hagan a través de los que llamamos las botoneras de cabina. Esta es la forma en la que el interactúa con el ascensor”.

Explicó que las labores de mantenimiento son fundamentales para que ocurran accidentes y lo recomendado es que sean una vez al mes. “No es para menos, en un sistema que transporta personas y por ende del que dependen sus vidas”.

El primer tipo de mantenimiento es el que debe hacer de manera mensual la empresa especialista y que ojalá sea experta en conocer el equipo y su marca. “Ojalá sea recomendada por los fabricantes”.

El otro tipo de visita es el que realiza un tercero una vez al año y esta inspección debe estar acreditada para que apenas realice su trabajo, ponga un sello como responsable de la revisión de transporte vertical. “Estas son fundamentales y, si no se hacen, el ascensor debe estar sellado”.

Según el experto, y como se menciona en esta nota, la tercera inspección la debe hacer el Idiger y las alcaldías locales. “Ellos deben verificar que estén todos los mantenimientos e inspecciones al día”.

En cuanto a los accidentes, dijo que cuando las personas quedan atrapadas en el ascensor, lo primero que tienen que hacer es guardar la calma y estar tranquilos dentro de las cabinas. “Pueden estar seguros de que no se van a asfixiar y, si se va la energía, la mayoría de los ascensores deben tener una luz de emergencia con baterías recargables. Todos los equipos tienen un botón de alarma para que los afectados puedan comunicarse con la recepción del edificio o un centro de recepción de llamadas en donde contesta un experto que los va a guiar para que no se pierda el control”.

Para el experto, la parte más importante en este tipo de situaciones es que por nada del mundo se permita el rescate de personas por manos inexpertas. “Solo dos entes deben hacerlo. Los trabajadores de la empresa que le hace mantenimiento a los ascensores o los oficiales del Cuerpo de Bomberos de Bogotá. Nadie más”.

Agregó que los rescates no los deben hacer del personal del edificio o la empresa en donde ocurra el incidente, tampoco se deben forzar las puertas y mucho menos intentar salir por el techo. “Si alguien que no sabe intenta sacar a una persona, esta puede irse al vacío con consecuencias muy graves. Lo mejor es guardar la calma y aguardar la llegada de un experto”.

CAROL MALAVER

SUBEDITORA BOGOTÁ

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