En comparación con 2023, Chingaza está un 6 por ciento más alto que el año pasado, según la Alcaldía de Bogotá

En el salón Guillermo Valencia, en el Capitolio Nacional, se llevó a cabo este lunes en la tarde el debate sobre la situación de desabastecimiento de agua en Bogotá. La sesión fue liderada por la senadora del Pacto Histórico María José Pizarro y a la misma estuvo invitado el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán.

En esta sesión, Pizarro realizó un análisis sobre el manejo que se ha tenido sobre el agua y sus políticas desde la primera alcaldía de Enrique Peñalosa, hasta la de Claudia López. Según la senadora, no se ha actuado de manera contundente y previsiva.

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“El alcalde Galán desestimó las alertas y actuó tardía y erráticamente. En diciembre de 2023, la Empresa de Acueducto de Bogotá (EAAB) señaló que los embalses llegarían a niveles críticos en marzo de 2024. A pesar de las diferentes alertas, el alcalde Galán desestimó el racionamiento a inicios de año y esperó hasta el 4 de abril para tomar medidas, aun cuando las afluencias solo eran comparables con el año más seco registrado, 1995”, afirmó Pizarro.

La congresista del actual gobierno también dijo que en materia de pedagogía “las acciones han sido insuficientes” y que la Alcaldía de Galán ha invertido solo 88’361.489 millones de pesos entre enero y septiembre de 2024, lo que equivaldría a 1,9 peso por persona.

Desde hace varias semanas, María José Pizarro ha sostenido diversas discusiones con Galán, a través de la red social X, en la que responsabiliza al alcalde de que, hasta la fecha, no se haya llegado al 80 por ciento de agua en los embalses. Hasta el momento, se registra que hay un 54 por ciento de agua en dichos embalses, es decir, que no se ha cumplido la meta para finalizar el racionamiento del agua. 

Hay que recordar que la actual crisis de agua estuvo precedida por un fenómeno de El Niño, que generó una reducción de las lluvias, y anuncios del Ideam de una Niña para este año que finalmente no llegó.

Así, a la disminución de las precipitaciones se sumó que los embalses -que se llenan en un año y esa agua es utilizada en el año siguiente- presentaban bajos niveles. 

El alcalde Galán, por su parte, comenzó su intervención hablando de los retos que le tocó asumir con su llegada a la Alcaldía de Bogotá el 1 de enero de este año frente a la situación de los embalses que surten el agua de la capital.

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Para este primer mes, el sistema de agua de Chingaza contaba con 40,51 por ciento de su nivel. Con el paso de los meses, este porcentaje fue disminuyendo, aunque en marzo hubo un aumento y se cambió el plan de racionamiento. El 11 de abril, se decretó el racionamiento de agua que está aún vigente.

“La gráfica de los 15 años anteriores nos arrojó que los niveles de los embalses nunca habían estado por debajo del 50 por ciento. Cuando llegamos a asumir la alcaldía, este porcentaje estaba en 41 por ciento”, afirmó Carlos Fernando Galán.  

Por parte del distrito, en un comienzo, se propuso que el racionamiento se diera en la totalidad de la capital por unas horas, pero de acuerdo con ingenieros del Acueducto, esto no podría llevarse a cabo debido a la red que tiene Bogotá, ya que podría llegar a causar el rompimiento de varios tubos y alcantarillado. Razón por la que se determinó que sería por zonas.

La ciudad fue, entonces, dividida en 10 zonas, nueve de las cuales entraron en un esquema de racionamiento diario.

Uno de los factores que ha causado la disminución del agua en los embalses es la deforestación, principalmente en el Amazonas. Este ecosistema húmedo nutre de humedad a los páramos del país, permitiendo que el agua baje por los cerros y montañas y llegue a los ríos y embalses.

Frente a esto, Galán explicó que los cerros orientales están, en su mayoría, llenos de eucalipto y pino, especies que no son nativas de este territorio, y esto fomenta que haya una sequía mayor y aumenten los incendios, como pasó al principio del año.

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Y gracias a las medidas que se han tomado, como el racionamiento y el aumento de la captación del río Bogotá, con el fin de reducir la dependencia de Chingaza,  al cierre del lunes 25 de noviembre, este último sistema está en 53,71 por ciento de su nivel. Está un 6 por ciento más que hace un año.

“Este año, octubre ha sido el mes más seco que se ha registrado en Bogotá, por encima del que se vivió en 1995, con la diferencia de que en 1994 fue un año de abundancia, mientras que el 2023 estuvo por debajo de la media. Gracias a las medidas que se han tomado, el sistema de Chingaza está por encima del que se registró el año pasado. Tenemos presente que estamos por debajo de casi un 10 por ciento de la meta”, agregó el alcalde.

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Laura Valeria López Guzmán

Redacción Bogotá

EL TIEMPO