Durante casi dos décadas, Tim Friede, un hombre estadounidense se inyectó veneno de serpiente. De acuerdo con muestras de laboratorio que le realizaron, los anticuerpos en su sangre tienen la capacidad de protegerlo contra dosis mortales de veneno de diversas especies.
Serpiente negra de vientre rojo en Australia. Foto:iStock
Los científicos aseguran que lo que realizó este hombre podría implicar un avance en la búsqueda de un antídoto universal contra cualquier mordedura de serpiente. Según cifras, en el mundo mueren más de 140.000 personas al año por este motivo y dejan a personas con amputaciones o problemas permanentes.
Friede, que empezó a documentar todo su proceso en su canal de YouTube, asegura que su objetivo era desarrollar inmunidad para protegerse de posibles mordeduras de serpientes. No todo salió bien: en un inicio, dos mordeduras de cobras lo dejaron en coma.
En una entrevista con BBC, Friede relató que esta motivación después se transformó, pues deseaba ayudar a las personas afectadas por las mordeduras de serpientes. "Se volvió un estilo de vida y seguí esforzándome al máximo por todas esas personas que viven a miles de kilómetros de mí y mueren por mordeduras de serpiente".
Los sueros antiofídicos no se crean a partir del veneno animal. Foto:iStock
¿Cómo se elabora un antídoto?
Según el portal especializado, CuidatePlus, los sueros antiofídicos no se crean a partir del veneno animal, sino de la respuesta inmunológica que este produce en los animales. Generalmente, para producirlos se requiere inyectar el veneno en pequeñas cantidades en animales por meses y luego, extraer los anticuerpos que neutralizan los efectos del veneno.
Como hay diversas especies de serpientes, la mordedura y las toxinas varían. Por ejemplo, el antídoto que se elabora en Australia probablemente es menos eficaz contra la misma especie pero de otro país.
En el mundo mueren más de 140.000 personas al año por mordeduras de serpientes. Foto:iStock
Un equipo de científicos empezó a buscar un tipo de antídoto universal, que atacara las partes comunes de toda una clase de toxinas. El doctor Jacob Glanville, director ejecutivo de la empresa biotecnológica Centivax, ó a Friede y le dijo que si era posible conseguir una muestra de su sangre.
La investigación se enfocó en los elápidos, una familia de serpientes venenosas. Los científicos seleccionaron 19 especies identificadas como las más mortíferas del mundo. Y luego de un análisis, se identificaron dos anticuerpos anti neutralizantes capaces de atacar a dos neurotoxinas.
Posteriormente, se creó un antídoto, que permitió que ratones sobrevivieran a dosis mortales de 13 de las 19 especies. "Probablemente cubre a todo un grupo de elápidos para los que no existe antídoto", agregó el doctor Glanville.
Esto representa un avance para la ciencia y seguramente los científicos seguirán haciendo pruebas para crear nuevos antídotos que sean eficientes y que ayuden a las poblaciones más afectadas.
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