Una “implosión catastrófica”, como la que se cree que destruyó el sumergible Titán, se produjo debido a la aplastante presión del agua en el fondo del océano.
Los restos del Titanic descansan en el lecho marino del Atlántico Norte, a unos 3.800 metros de profundidad. A nivel del mar, la presión atmosférica es de aproximadamente de un bar, nivel conocido como una atmósfera.
A la profundidad a la que se encuentra el transatlántico, la presión del agua multiplica por 400 los valores de la superficie marina. A modo de comparación, la mordedura de un gran tiburón blanco ejerce una fuerza de casi 275 bares, según Scientific American.
Una implosión es un fenómeno que se da cuando un objeto colapsa o se destruye hacia dentro debido a la presión que se ejerce desde el exterior, que es mayor a la que hay en el interior de dicha cosa, según explica Clarín.
En una implosión causada por un defecto en el casco o por cualquier otro motivo, el sumergible se derrumbaría sobre sí mismo en milisegundos, aplastado por la inmensa presión del agua que lo rodeaba. Por lo tanto, la muerte sería prácticamente instantánea para los ocupantes.
Esta imagen sin fecha, cortesía de OceanGate Expeditions, muestra su lanzamiento del sumergible Titán desde una plataforma. Foto:AFP
El Titán, construido por OceanGate Inc. de Everett, Washington, estaba diseñado para soportar la presión extrema del agua a la profundidad del Titanic y ya había realizado inmersiones anteriores en el pecio.
Pero se habían planteado algunas dudas sobre su seguridad, sobre todo en una demanda que involucraba al exdirector de operaciones marinas de OceanGate, David Lochridge, quien fue despedido en 2018 después de advertir sobre el casco de fibra de carbono “experimental” del Titán.
Roderick Smith, profesor de ingeniería del Imperial College de Londres, dijo que el accidente probablemente se debió a un “fallo del casco de presión”, pero será necesario recuperar los restos para llevar a cabo una investigación completa.
E incluso con ese material puede resultar difícil precisar la causa. “La violencia de la implosión significa que puede ser muy difícil determinar la secuencia de los acontecimientos”.
Un ejemplo de la implosión que le pudo haber sucedido a Titán, se encontraría precisamente en una de las películas de cineasta James Cameron, director de la película ‘Titanic’ y quien ha visitado en repetidas ocasiones las ruinas del transatlántico.
En la cinta ‘The Abyss’ (en español ‘El secreto del abismo’) de 1989, Cameron recrea visualmente el efecto de una implosión de una nave en el fondo del mar.
En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal,
elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada
con
sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando
esta
utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí