¿Cómo ha sido el ‘barrigazo’ político para el Partido Comunes?

Así ha sido el recorrido de aciertos y dificultades de la antigua guerrilla en la arena política.

Algunos de los asistentes al IX Pleno del Consejo Nacional de los Comunes Foto: Comunes

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“Uno pensaba que no iba a ser fácil, pero nunca creía que iba a ser tan complejo”. Con estas palabras Rodrigo Londoño, jefe del Partido Comunes, describe lo que han sido para ellos estos cinco años en la política, uno de los terrenos más difíciles a los que se han enfrentado los excombatientes de las Farc.
Tal y como quedó consignado en el acuerdo de paz, la organización armada hizo un tránsito para convertirse en un partido político, el cual inicialmente se denominó Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (Farc) y después adoptó el nombre de Comunes.
El tema del nombre fue uno de los primeros que sembró dudas dentro de la opinión pública, ya que muchos sectores no comprendieron que la exguerrilla quisiera seguir con la denominación que tanto dolor causa entre varios colombianos víctimas del conflicto armado.
Pero más allá del nombre, lo cierto es que cinco años después de esta transición, el Partido Comunes todavía no despega y hay varios hechos que lo rodean que deben ser resueltos por sus integrantes para que se cumpla su llegada plena a la democracia.
Uno de los primeros elementos que habría que dejar en claro es que, para varios analistas, la sola existencia de un partido político derivado de una antigua organización armada es un triunfo para la democracia y para la búsqueda de la paz en Colombia.
Catalina Monroy, experta en temas políticos y académica de la Universidad del Rosario, afirma que “si bien son más los obstáculos, críticas y estigmas a los que se enfrenta el Partido Comunes, el hecho de que exista y tenga la oportunidad de participar en las elecciones de 2022 en igualdad de condiciones a las demás fuerzas políticas del país habla muy bien de la democracia colombiana”.

Partido Farc El partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (Farc) fue fundado por exintegrantes de la guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) en 2017. Su candidato presidencial es Rodrigo Londoño y su cabeza de lista es Iván Márquez. Foto:Mauricio Dueñas / EFE

Este, sin duda, es un logro que se le debe al proceso de paz y que ha puesto a los antiguos combatientes a formarse y a aprender sobre la acción política, una de las actividades más complejas, como lo itió el mismo Londoño en un diálogo con EL TIEMPO.
Según él, “nos faltaba saber mucho, mucho. Uno hablaba de las elecciones y otros temas y las posiciones que teníamos. Incluso, en la última etapa llamábamos a la abstención electoral y ahora, cuando uno se mete en ese mundo, ve lo complejo que es”.
Y una muestra de esto es el poco brillo que ha tenido el Partido Comunes en el Congreso, pese a tener aseguradas diez curules –cinco en el Senado y cinco en la Cámara de Representantes- hasta el 2026, año en el que deberá competir en igualdad de condiciones a los demás.
De acuerdo a lo pactado, los escaños se le deberán otorgar al Partido Comunes así no alcance los votos necesarios para estar en el Congreso durante dos periodos constitucionales: 2018-2022 y 2022-2026. Después de esto podrán competir en las elecciones legislativas, pero tendrán que alcanzar el umbral mínimo para tener presencia en el Capitolio, es decir, el tres por ciento de la votación.
En materia de proyectos de ley propios, los resultados no son demasiados y lo que han hecho es acompañar algunas iniciativas de otros sectores de oposición que han tenido respaldo de las mayorías en el Legislativo.

Uno de los logros del año en materia de paz fue la incorporación de las Farc a la vida política, reconvertidas en el partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común. Foto:Raúl Arboleda / AFP

Y en cuanto a debates de control político, la otra actividad prioritaria del Congreso, los impulsados por el Partido Comunes no han tenido el impacto esperado por ellos y que sí han logrado otros ejercicios de esta naturaleza.
Uno de los últimos fue en la plenaria de la Cámara de Representantes y fue sobre la implementación del acuerdo de paz. En este, las respuestas del Gobierno parecen haber respondido a las expectativas de la mayoría de los partidos políticos ya que, a diferencia de otros debates de control político, la sesión concluyó varias horas antes y sin demasiadas intervenciones.
En este sentido, parece haber pesado también el episodio que envolvió a ‘Jesús Santrich’, quien antes de abandonar el proceso de paz y regresar a las armas, ocupó una curul a nombre del Partido Comunes, en la Cámara de Representantes.
La presencia de Santrich en el Capitolio fue uno de los hechos más rechazados en tiempos recientes en el Congreso y en el cual se unieron todas las fuerzas políticas –incluso de oposición al Gobierno Nacional-, en una sesión en la que el guerrillero recibió recriminaciones y reclamos de diferentes sectores.

Las divisiones, en el orden del día

Y el segundo factor que ha jugado en contra del Partido Comunes en sus cinco años haciendo política han sido las constantes divisiones por las que ha atravesado, las cuales han enfrentado a diferentes sectores de la colectividad con su actual dirigencia.
Primero fue un grupo en el que uno de sus líderes más visibles es Andrés París, exlíder de las Farc, y después fue la petición de escisión de otro sector encabezado por los senadores Victoria Sandino y Benkos Biohó.
En ambos casos ha habido críticas a los actuales dirigentes, entre ellos Londoño, quien tiene una explicación para este ‘barrigazo’ que ha tenido el Partido Comunes en sus cinco años de ejercicio político.
Para él, uno de los factores que ha influido la “falta de la implementación” del acuerdo de paz, lo que ha hecho que, para el jefe de la colectividad, se mantenga “la estigmatización”, el cual “es un elemento difícil y complejo de superar, después de toda la historia que tenemos”.

Los senadores Victoria Sandino y Benkos Biohó, algunos de los firmantes de la petición. Foto:Prensa Victoria Sandino

Varios observadores coinciden en que la estigmatización que todavía existe en ciertas capas de la opinión pública es un elemento decisivo para el poco brillo que ha tenido el Partido Comunes, pero también hay otra razón que también itió el mismo Londoño: la falta de preparación de los excombatientes para los retos políticos que les esperaban.
Una prueba de esto parecería ser la baja votación que el Partido Comunes ha obtenido en las elecciones: en las legislativas del 2018 sacó 52.532 apoyos al Senado, según la Registraduría Nacional, y en las regionales de 2019 eligió un alcalde, Julián Conrado, en el municipio de Turbaco (Bolívar).
Así las cosas, el balance político para el Partido Comunes cinco años después de firmado el acuerdo de paz no parece muy favorable y el reto para el futuro está en responder a las expectativas de los ciudadanos que apoyan el proceso de paz.
JUAN FRANCISCO VALBUENA
REDACCIÓN DE POLÍTICA
En Twitter @PoliticaET

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