El imaginario nacional asocia a Barranquilla más con el jolgorio de su carnaval que con la ciencia y el saber. Pero la capital del Atlántico también es la sede anual de un singular evento dedicado a la difusión del conocimiento. Una fiesta también, pero de las ideas.
Hace 25 años, como iniciativa de la Universidad del Norte, nació Cátedra Europa: una semana de charlas y conferencias que buscaba acercar a la comunidad universitaria con académicos e investigadores del Viejo Continente. Con el tiempo, su alcance se fue ampliando, hasta convertirse en el mayor escenario para el intercambio de ideas en el Caribe colombiano y uno de los principales del país. Al día de hoy, más de 160.000 asistentes han escuchado a 3.800 invitados de más de 50 países, desde políticos como el expresidente español José Luis Zapatero hasta artistas como el pianista Chucho Valdez, pasando por todas las ramas de la cultura y el conocimiento.
Cada edición trae temas tan variados como pertinentes. Este año, entre muchas otras materias, se discutió de criptoarte, de arquitectura y su relación con la identidad, de diseño de servicios para mejorar la democracia y, por supuesto, de transición energética. La asistencia a todos los espacios de Cátedra Europa es gratuita tanto para la comunidad universitaria como para el público general.
Cada edición tiene también un país invitado de honor: este año fue Finlandia. Entre decenas de charlas relacionadas con esa nación, los asistentes a Cátedra Europa conocieron la historia sorprendente, y para muchos desconocida, de las 1.600 ‘viviendas obreras’ finlandesas que se instalaron en el caluroso barrio Simón Bolívar de Barranquilla durante el gobierno de Gustavo Rojas Pinilla.
Esta tarde, en el tradicional concierto de cierre, estudiantes de música de la universidad tocarán un homenaje al compositor Jean Sibeluis, seguido de una composición con porros, cumbias y champeta. Prueba indiscutible de que la cosmopolita capital del Caribe conjuga como nadie cultura con alegría.
EDITORIAL